En la ciudad de Badajoz se abandona más de un perro al día
El año pasado se desatendieron más de 500 perros; en lo que ha transcurrido de enero han sido otros 26
JOSÉ TOMÁS PALACÍN
BADAJOZ.
Martes, 17 de enero 2023, 07:22
«Cada vez va a peor. Las instituciones públicas deberían darse cuenta de que se está descontrolando. A este tema no se le hace tanto ... caso como a los radares o las redadas de botellones. Se creen que sacan más dinero con eso que con el abandono de perros. Y, de verdad, no lo creo». Quien habla así es Carlos Rosa, veterinario de Clinivex.
Según él, a día 17 de enero de 2023 ya se han abandonado en Badajoz a 26 perros. Una racha que se va a agravando año tras año y de la que no hay unas causas que estén claras.
El año pasado, a falta de datos concretos por cotejar con la Policía Local y protectoras animales, se localizaron alrededor de 500 perros abandonados. Incluso puede haber más, ya que todavía están cerrando la estadística. «Y este año se superará esa cifra al ritmo que vamos en este enero», subraya el veterinario.
En Badajoz, el 95% de los casos son de perros sin identificar. Los que sí lo están tampoco lo tienen fácil para ser devueltos
No hay causas específicas ni un perfil exacto sobre los que dejan a los perros a su suerte. Puede deberse a la situación económica actual, por ejemplo. La inflación y la subida de tarifas ha hecho que la gente empiece a recortar en según qué gastos. Hasta en el de los seres vivos que, seguramente, formaban parte de la familia hasta hace no mucho. Rosa ha visto muchos casos, quizá demasiados.
«Hay abandonos de todo tipo. Un perro que ladra mucho porque su anterior dueño no lo sacaba de casa, no lo enseñaba, así que de nuevo a la calle. Separaciones complicadas de parejas porque le recuerda a uno o a otro. Herencias en las que se recoge el dinero, pero no el animal. Jóvenes que tienen que irse a trabajar fuera –¿por qué lo cogiste entonces si tenías un ambiente laboral inseguro?, me pregunto siempre–. Alergias, que ya hay tantas que no me las creo, porque existen lociones para evitarlas. Niños que ya no le hacen caso al perro. En fin, miles de tipos de abandono, yo ya he visto de todo», explica Carlos Rosa.
Para él, ahora mismo hay una insensibilización continua en la sociedad en cuanto a los animales domésticos –«como una relación de Tinder. Ahora me gusta, ahora no»–. Y él siempre estará para que, en último término, nunca lleguen a la perrera. A partir de ahora, agrega, se hará más difícil. En su refugio tienen más de 80 perros. Sin embargo, ese no es el problema: la cuestión está en el espacio. No se da para más.
Reitera que evitan situaciones radicales como los sacrificios. «Aunque llegará un punto en el que tendremos que tomar una decisión. Nuestro trabajo es velar por ellos, nos ayudan muchas protectoras, voluntarios, yo mismo he puesto dinero. Pero yo solo soy un veterinario».
Carlos Rosa tampoco es un veterinario más. Es el de del Centro de Protección Animal de Badajoz y fundador de Ayúdanos a ayudar, una organización que busca una especie de cadena de favores hacia los animales. Buscan casas temporales hasta dar con la definitiva. Si no hay sitio, van a la perrera.
Como él mismo afirma, cada uno ayuda a la parte social que quiere. «Nuestra lucha es buscar un lugar lo antes posible y educar a los dueños, junto con la Policía Local. Cabe decir que ellos son la autoridad, los que saben la ley, los que saben las obligaciones».
En Badajoz, el 95% de los casos de abandono son de perros sin identificación. Los que tienen chip son difíciles de devolver, por muchas razones: denuncias que se eternizan en los juzgados, dueños reincidentes, falta de documentación, cambios de ubicación y de números, entre otros. Aunque, por si acaso, él siempre denuncia.
La nueva Ley de Bienestar Animal tampoco ayuda. No quiere decir que haga que se abandonen perros, pues la culpa es del que no tiene escrúpulos en hacerlo. Pero la desinformación que la rodea dará que hablar. «Tiene cosas de perogrullo», que dice Rosa.
«La gente se cree que los organismos los van a investigar cada día por su perro. Será el mismo volumen de investigaciones, nada más. Esta ley derivará en leyes más estrictas que se irán aplicando. Habrá un periodo de adaptación, como en toda ley. Es el miedo de que viene el lobo. Aunque todo el mundo se adaptará. Siempre lo hacemos».
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