Celdrán ya tiene su estatua en Badajoz
Los amigos del veterano alcalde impulsan una suscripción popular y reciben una respuesta tan generosa que donarán unos 6.000 euros al Banco de Alimentos
La sencillez y el diálogo con los vecinos. Daba igual que fuera rico, pobre, de los suyos o de la oposición. Después haría caso o no, pero escuchar siempre escuchaba y se prestaba al diálogo». Quien así habla es Juan Burgos, un pacense que se sumó este sábado a la inauguración de la estatua de Miguel Celdrán Matute en la plaza de Conquistadores. Decenas de pacenses se sumaron de forma espontánea al homenaje que un grupo de amigos del veterano regidor impulsó después de su fallecimiento la madrugada del 28 de enero pasado.
Sus amigos, con Pedro Rubio Lozano a la cabeza, promovieron una recogida de fondos para erigir esta escultura esculpida por Luis Martínez Giraldo, que también era amigo personal del veterano político. Ayer reconoció que mientras le ha dado forma a los moldes antes de la fundición ha tenido conversaciones imaginarias con su amigo. A las que el otro respondía con las frases más espontáneas que se le han quedado al escultor grabadas en la mente y recordando la primera actuación de ambos en los inicios del Carnaval.
Este sábado fue un día de amigos, familia y políticos del PP, de los que siguen siendo concejal y los que ya no sientan en el salón de plenos acompañados por los concejales de Cs y el no adscrito, Alejandro Vélez. Pero fue también un día de reconocimiento de los pacenses que vieron el acto y se pararon a mostrar sus respetos.
Como Edith Botana, que lo calificó como «el mejor alcalde de Badajoz». «Lo hizo todo perfecto». Siguió el acto detrás de las vallas junto a Cristina Reynolds. Para ella, el político «era una persona muy allegada a todo el mundo. Pero a todo el mundo es a todo el mundo. Su gran corazón y ahí lo tienes, que no ha robado ni una peseta y todo el mundo lo ha querido siempre». Cree que «nunca se le subió el cargo a la cabeza», a pesar de haber ganado cinco elecciones por mayoría absoluta entre 1995 y 2011, y dejar de ser regidor por su propia decisión en 2013 a los 73 años.
En tantos años formó a muchos políticos que después han tenido responsabilidades más allá de las concejalías que él les confió. La que fuera delegada del Gobierno, Cristina Herrera, el ex director general de la Policía Nacional, Germán López Iglesias, y el ex presidente de la Junta, José Antonio Monago acompañaron ayer a amigos y familiares. Como hizo el alcalde, Francisco Fragoso, que tomó la palabra en un discurso de agradecimiento a la confianza que le mostró siendo prácticamente un niño y pronunció este sábado sus últimas palabras como regidor en un acto antes de la dimisión el martes.
Delante de la estatua hay una placa conmemorativa y debajo guarda una urna con el ejemplar de HOY del 12 de junio, así como ejemplares de la Constitución Española y el reglamento del Senado, donde tuvo escaño durante cuatro años en dos legislaturas diferentes, junto a su primer discurso como alcalde pronunciado en su investidura en 1995. En esa caja queda constancia de todas las personas que han apoyado este monumento porque sus amigos querían que fuera un reconocimiento ciudadano al político, pero no un acto político. El Ayuntamiento ha corrido con la obra civil.
La respuesta de los pacenses fue tan rápida y tan generosa, que los amigos han pagado la escultura realizada de forma altruista por Martínez Giraldo, algo más de 16.000 euros, y ha sobrado dinero. Unos 6.000 euros irán a la cuenta del Banco de Alimentos en otro homenaje más al alcalde que afrontó los peores momentos de la ciudad con la riada solo dos años después de llegar al cargo.
La escultura esconde casi el bastón, que sujeta con una mano colocada en la espalda como una alegoría de su cercanía. Javier González-Lena y Pilar Mondero también siguieron el acto detrás de las vallas. «Me parece que sin duda alguna es una figura irrepetible, el mejor alcalde que ha tenido la ciudad y no creo que fuera por las siglas, sino el amor a la ciudad. Quizás se pudo equivocar, pero fue un político que nunca metió la mano y que cogió Badajoz de una manera y la cambió radicalmente para dejarla de otra tras dieciocho años de alcalde», reflexionó González-Lena justo después de que la Banda Municipal entonara el himno de España para terminar el acto. Ya habían descubierto la escultura, que se llevó los aplausos más intensos de la jornada, y Muñoz Aldana, que fue vicario de la ciudad cuando Celdrán era alcalde, había bendecido la figura.
La Banda Municipal, que él recuperó con Consuelo Rodríguez Píriz como concejala de Cultura y que murió en febrero, puso las últimas notas a un acto que había comenzado con un pasodoble compuesto por su director, Vicente Solano, y llamado Miguel Celdrán.