Abatido no por las aguas, sino por la ineficacia institucional, la burocracia, y las desidias personales, el puente de Gévora o Cantillana se derrumbó ayer ... por fin. No ha sido una sorpresa, pues dado su estado de abandono, lo milagroso es que no desapareciera antes. El percance estaba anunciado hace mucho tiempo.
El investigador Fernando Marcos, en su repertorio de fuentes documentales para la historia de Badajoz, expone la evolución de tan importante obra a lo largo del tiempo, con reseña de los esfuerzos del ayuntamiento por mantenerlo operativo, incluso en los momentos de mayores dificultades bélicas o económicas. Luego, la situación cambió. A mediados del siglo XIX, el cronista Valentín Falcato clama ante su mal estado.
A partir de 1982 desde la Sección de Patrimonio de la Consejería de Cultura en Badajoz, elevamos a la Dirección General correspondiente repetidos informes sobre su grave deterioro, y necesidad de declararlo Bien de Interés Cultural y atender a su reparación. El Director del Museo Arqueológico, Guillermo Kurtz, además de apoyar tales peticiones, retiró del puente la placa que lo databa para custodiarla en el Museo y evitar su pérdida.
En 1994, en el libro Badajoz Cara al Guadiana, reeditado en 2018, dedicamos un capítulo al puente clamando ante su abandono y creciente degradación. Desde 1996, como Cronista Oficial de la Ciudad, hemos elevado al Ayuntamiento reiteradas peticiones en igual sentido. En la sección El león y la Columna, de este periódico, en articulo recogido también en el libro de igual título, hemos insistido en el mal estado del puente y el despropósito que suponía que nadie se ocupara de su atención bajo el pretexto de ignorarse a quién pertenecía. El periódíco HOY también se ha ocupado del tema en diferentes ocasiones.
Otras muchas voces, en particular Amigos de Badajoz, clamaron por lo mismo de forma reiterada. La última vez, mediante un completo estudio del profesor García Blanco que finalmente logró que, tras cuarenta años de ser solicitado de oficio desde la propia Consejería de Cultura, el puente de Cantillana fuera declarado Bien de Interés Cultural. Y ahí quedó todo, pues pese a reconocer su valor histórico y crítico estado de deterioro, nadie movió un dedo para consolidarlo.
Como era de temer el monumento se ha derrumbado. Ahora echarán las culpas al agua, a su antigüedad, al mal estado, a … Piove, porco governo. Pero los responsables reales de tan imperdonable daño son de todos conocidos. Gobierno de España.
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