Bótoa celebra su romería asomándose a la puerta debido a la lluvia

Solo unos cuantos coches y alguna tienda de campaña se han instalado en la dehesa de Bótoa en la que, normalmente, el primer domingo de mayo es imposible encontrar una sombra. Pero este domingo no había sombra ni sol, solo charcos de barro. La lluvia ha obligado a saludar a la reina del campo a cubierto.

A las diez ha tenido lugar la misa extremeña y pasadas las once de la mañana han comenzado los actos centrales de la romería con la misa mayor. En ese momento lo llovía pero se ha descartado sacar a la Virgen de Bótoa a la dehesa porque estaba inundada, también se ha suspendido la tradicional procesión. Mientras en el interior de la ermita las lavanderas cantaban, el exterior era muy distintos a otros años. Además de faltar las familias en la dehesa, no había ferias y solo dos puestos de comida han abierto.

Los más fieles, eso sí, no han faltado y se han apretado en la iglesia para seguir la misa mientras otros la escuchaban desde fuera a través de los altavoces, el patio estaba lleno y otros se conformaban con seguir los actos detrás de las rejas. Los cantantes del grupo de Coros y Danzas de Badajoz se han instalado en el coro, en el segundo piso de la ermita, para poder cantar. «Yo llevo 26 años y solo dos veces no ha podido salir, pero es lo que ha querido la Virgen», ha dicho Ana Cordero, hermana mayor de Las Lavanderas.

Justo cuando han comenzado las canciones de la misa, las nubes se han abierto y el sol ha hecho brillar el blanco de la ermita. «Le gusta a la Virgen, se alegra», ha dicho Rosario Gómez que seguía la eucaristía en una silla de plástico colocada en el patio. El cielo, sin embargo, se ha vuelto a nublar.

Al terminar de la misa, y aprovechando que no llovía fuerte, la Hermandad de Bótoa ha trasladado a su Virgen al atrio para que pudiesen verla desde el exterior. Ha sido recibida con una ovación y al grito de «Viva la Virgen de Bótoa».

En el patio han bailado en honor a la reina del campo. El grupo infantil ha interpretado la Jota enredá y el de adultos la Rondeña de Castilblanco.

Aunque el día no acompañaba, no han faltado algunas tradiciones muy ligadas a Bótoa. Antonio Cuenca ha ido desde Valdebotoa a caballo con sus dos hijas. «Venimos desde que son pequeñas, la mayor montó con ocho meses y tenemos mucha devoción. Hemos decidido arriesgarnos a pesar del tiempo y venir a Bótoa».

A continuación se ha llevado el tradicional sorteo del ramo y el

rosario de la Virgen. El rosario de plata ha sido para Pilar Alfaro, camarera de la Virgen y próxima hermana mayor de la Hermandad. Ha pujado 1.300 euros y se ha emocionado al saber que se lleva un rosario que ha sido que para ella «es todo». Estaba muy emocionada. El ramo, por 1.500 euros, ha sido para Francisco José Elías, alcalde de Valdebótoa.

A la romería se han acercado numerosas autoridades civiles y militares, entre ellas el consejero de Presidencia de la Junta, Abel Bautista y el alcalde de Badajoz, Ignacio Gragera.

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