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El primer día de abril Francisco Borrego colgó un letrero en la puerta del restaurante del que es copropietario, La bodega de San José, ubicado ... en la plaza del Casco Antiguo que le da nombre al local. En él anunciaba el cierre temporal, que no abrirá hasta que terminen las obras que el Ayuntamiento inició a finales de marzo en esta explanada que sube a la Alcazaba.
«A los pocos días de empezar la obra nos dimos cuenta que el negocio en estas condiciones era inviable. Intentamos mantenernos abiertos, de hecho hemos estado trabajando quince días con la obra en la puerta y nos dimos cuenta que no podía ser. Estamos en el epicentro de los trabajos y una obra genera mucho polvo. La gente prácticamente no entraba en el local porque el paso estaba cortado con vallas, y la mayoría de los clientes ahora lo que buscan es sentarse en la terraza», cuenta Borrego.
Hace casi un mes que las empresas adjudicatarias del Ayuntamiento comenzaron los trabajos para cambiar las redes de abastecimiento, ampliar las aceras, y crear un mosaico que conviertan la plaza de San José en otro tramo más con plataforma única en la ciudad.
Los trabajos que se están llevando a cabo en estos momentos son la renovación de la red de abastecimiento, lo que ha tenido hasta hace unos días las vallas en la puerta de la bodega.
«Las obras nos dejan sin poder utilizar la terraza, que es el potencial de nuestro local porque está junto a la muralla. Tenemos capacidad para 40 mesas fuera, y alrededor de 80 personas caben en el interior. El problema es que cuando llega la primavera la gente lo que busca es estar en la calle», apunta el copropietario del restaurante, que no deja de recibir llamadas de clientes que quieren reservar mesa estos días.
Este es el motivo por el que Francisco Borrego cree que las obras se deberían haber realizado en otro momento, ya que esta previsto que duren cinco meses, precisamente el periodo de tiempo que mejor funciona la hostelería en Badajoz, que según su experiencia es de abril a octubre.
«Supongo que el Ayuntamiento tendrá sus motivos para hacer las obras ahora, pero creo que podían haber elegido otro momento mejor porque estamos en primavera, que es cuando más se usan las terrazas, y precisamente coge la Semana Santa que sale mucha gente a la calle y vienen turistas», apunta esperanzado por que el resultado merezca la pena y les beneficie.
Los trabajos que se llevan a cabo en la plaza también engloban el acceso de la calle Suárez de Figueroa, desde donde se creará la plataforma única hasta la Puerta de Carros.
Los viales de este tramo serán de adoquín de granito y las aceras de calzadinha portuguesa.
Además, las actuaciones también se llevarán a cabo en los espacios que ahora están sin urbanizar junto a la muralla, y en el centro de la plaza se colocará un mosaico con una temática relacionada con la Alcazaba y la muralla. «Todo apunta que va a quedar muy bien, pero no sabemos el tiempo que nosotros tardaremos en recuperar las pérdidas tan importantes que nos causa», dice.
Con la terraza cerrada, la mala accesibilidad que ocasionan las vallas que ocupan la calle, las máquinas, y el polvo originado por las obras, Francisco ha preferido reubicar a sus diez empleados. «Es imposible mantener los gastos del local con las pérdidas que nos está generando. De hecho nos llegamos a plantear hacer un ERTE, pero también era inviable», destaca el propietario.
De haber llevado a cabo el expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) de los diez trabajadores de la Bodega de San José, Borrego tendría que haber continuado pagándoles la Seguridad Social, aunque su contrato de trabajo se hubiese suspendido de manera temporal hasta la reapertura del restaurante.
Por eso prefirió buscar una alternativa más beneficiosa tanto para los empleados como para la propia empresa. «Tenemos la suerte de que tenemos otros restaurantes o locales de copas. Así que ahora están trabajando en el Gastrobar 47, que está en el río, y en la Rana Loca, que también está en el río pero en la margen derecha».
Estos locales son de temporada, y aunque están abiertos durante todo el año, es ahora con el buen tiempo cuando entran en temporada alta. Por eso han preferido beneficiarse de estos empleados en lugar de llevarlos a ERTE y contratar personal nuevo que refuerce el que ya hay.
«Tendría que echar números para saber las pérdidas que vamos a tener, pero solamente en trabajadores necesito 20.000 euros al mes. Ahora añade luz, agua y alquiler», lamenta Francisco, que agradece al propietario del edificio donde tiene su bar que les rebaje el alquiler hasta que esté terminada la plaza.
El suyo es el único restaurante al que le afecta la obra de la plaza, ya que el resto de locales de hostelería que están en la zona se encuentran en la Plaza Alta. Por ello Francisco Borrego lamenta haberse enterado de esta intervención por la prensa.
«Sabíamos que iban a adecentar la plaza, pero no sabíamos cuando ni nadie nos avisó que iban a empezar. Llegamos un día y nos encontramos las vallas en la puerta. Ojalá y se cumplan los plazos y terminen en cinco meses, para poder abrir así al final del verano».
Los trabajos, a los que el Ayuntamiento ha destinado un importe de 380.000 euros, no solo han alterado el negocio de Francisco Borrego, también ha modificado el tráfico de la zona, y ahora se puede acceder a la plaza de San José por la calle Suárez de Figueroa con única salida por la calle San Atón.
. Las cinco mesas que le caben a Juan Duarte en la terraza de su cafetería 'El Cafelito', en la calle Juan Duarte, están apiladas en una esquina desde el 16 de diciembre.
La rotura de una tubería, junto al espacio destinado a los veladores, le obligó a retirarlas, y aunque Aqualia ya la reparó, las vallas y la zanja que dejó la avería aún permanecen. «No es justo que yo haya pagado la tasa de veladores, que en mi caso ronda los 200 euros para que no pueda beneficiarme de ellos», contaba Duarte indignado. Él junto a otros vecinos como Fernanda Luna, que tiene problemas de movilidad han reclamado una solución al Ayuntamiento y a Aqualia, pero no han obtenido respuestas.
En cambio, la compañía de agua ha afirmado a HOY que el retraso en la reparación se debe a un problema con el suministro de baldosas, pues tardaron en llegar y no eran las correctas. Ya tienen las adecuadas y está programado que las coloquen en las próximas semanas.
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