El Ayuntamiento trasladará sus mosaicos de las casas aisladas de Valdebótoa al pórtico de la iglesia
La producción artística de Guillermo Silveira se concentró fundamentalmente en la pintura y la escultura, pero también hizo mosaicos. El ejemplo único que queda se conserva en la capilla escuela de las casas aisladas de Valdebótoa. Se trata de dos piezas que Silveira creó en 1967 para adornar el porche de la capilla de la escuela, que nunca llegó a usarse para tal fin y que, tras servir de cuadra y gallinero, quedó abandonada estando actualmente en ruina.
Se trata de dos mosaicos de iconografía religiosa, que Silveira hizo por encargo del Instituto Nacional de Colonización. Uno titulado 'Los doce apóstoles y el espíritu santo' y un segundo, 'Belén', que recrea dos escenas unidas por la estrella de oriente: el nacimiento de Jesús y la adoración de los pastores.
Ambas piezas las realizó el pintor con mármol de colores, granito, arena y cantos rodados del río Gévora y pese a estar prácticamente a la intemperie, su estado de conservación es bueno.
42.410 euros para salvarlos
Para salvar la obra de Silveira en Valdebótoa, catalogada por Patrimonio como bien protegido, los vecinos de esta pedanía pacense se organizaron el pasado mes de agosto en una plataforma para impulsar el traslado de los mosaicos, con el fin de llevarlos al pórtico de la iglesia y garantizar así su conservación.
Querían evitar que el techo de la capilla, con riesgo de derrumbe, pudiera acabar con las piezas para siempre y para ello presentaron un proyecto al Ayuntamiento (que es el propietario de la capilla escuela), para trasladar los muros de la capilla decorados con los mosaicos a la entrada de la iglesia.
La petición no ha caído en saco roto ya que en el plan de inversiones, aprobado en noviembre, se recoge una partida de 42.410 euros para llevar a cabo el traslado de los mosaicos este año.