El Ayuntamiento de Badajoz limpia más de un centenar de pintadas al año en la ciudad

El concejal delegado de Limpieza, Rubén Galea, explica que suelen sufrir casos de forma regular, cada dos o tres días, pero que se han intensificado las últimas semanas. Borran las pintadas lo más rápido posible para desanimar a los autores de las mismas.

Indica Galea que de media los operarios del servicio de limpieza hacen más de un centenar de intervenciones al año. Eso supone borrar bastantes más pintadas porque en cada acción suelen borrar varias.

A este respecto el edil de Limpieza hace un llamamiento al civismo. Limpiar las pintadas supone un coste «y los operarios que dedican su tiempo a eliminarlas no pueden hacer otras tareas en ese caso».

En las últimas semanas han aparecido nuevas, principalmente con lemas, como pidiendo la libertad de Palestina. Se han detectado en la Alcazaba, por ejemplo en las escaleras recién instaladas junto al museo, también en la catedral o en varias zonas de la plaza Conquistadores.

Respecto a estos ataques vandálicos, Rubén Galea destaca que se trata de casos especialmente graves porque la mayoría se han producido en edificios patrimoniales y recuerda que estos comportamientos son ilegales, no solo una falta administrativa.

En concreto hay dos tipos de sanciones a los que se enfrentan los que realizan pintadas. La Ordenanza Municipal de Limpieza prohibe este comportamiento. En concreto, el artículo 57: «Con objeto de mantener las adecuadas condiciones de limpieza en el ámbito urbano, queda prohibido: Colocar o fijar carteles, vallas, rótulos, pancartas, adhesivos, papeles pegados u otra forma de publicidad, realizar inscripciones o pintadas en fachadas, muros, paredes, vallas, rejas, quioscos, cabinas, contenedores, papeleras, farolas, señales de tráfico, etc. o en cualquier otro elemento de la vía pública que no sean paneles o lugares debidamente autorizados para este fin por la autoridad competente». La sanción prevista de va de 750 a 1.500 euros.

En el caso de producirse el grafiti en un monumento, el castigo puede ser más severo. En concreto, el delito por daño al patrimonio está recogido en el artículo 323 del Código Penal. «Será castigado con la pena de prisión de seis meses a tres años o multa de doce a veinticuatro meses el que cause daños en bienes de valor histórico, artístico, científico, cultural o monumental, o en yacimientos arqueológicos, terrestres o subacuáticos», indica este artículo.

La pena por día/multa supone que el juez puede decidir el importe que debe abonar cada jornada el sancionado y durante cuánto tiempo, por ejemplo, cuatro euros al día durante 10 meses. El importe puede variar de 2 a 400 euros al día. Eso supone que, en el caso del daño al patrimonio, como el periodo puede ser de 1 a 2 años, la multa puede variar de 730 euros al mínimo a 290.000 si el juez impone el máximo. A esto se sumaría una pena de prisión de un año como mínimo. A esto se suma que las personas responsables deben pagar los daños que hayan producido en el monumento. Así fue para un grupo de adolescentes que rallaron y pintaron las murallas de la Alcazaba y fueron localizados.

Para limpiar los grafitis, los operarios de limpieza utilizan distintos métodos dependiendo de la superficie que hayan pintado con spray. En algunas ocasiones usan un chorro de agua o aire para levantar la pintura, pero en las zonas más delicadas, o de valor patrimonial, en ocasiones extienden un producto y se limpia a mano.