La artesanía local de Badajoz encuentra su escaparate por Navidad

Igual que le ocurre a Elia, de San Roque, que tras tres años tratando de lograr un hueco en el mercado, este año lo ha conseguido. Es ilustradora y comparte espacio con las camisetas de Sirocografía, con una bellota y el 'acho' que lleva dentro.

Elia vende por Internet. Pero en San Francisco encuentra la oportunidad de acercarse a un público más amplio, que pasea en tiempo de regalos y que busca artesanía local harto de la etiqueta 'made in China'.

Para Naara es el tercer año bajo el cartel de Doctora Irrins, los pendientes que hace con resina. Algunos parecen golosinas, los hay con motivos navideños, largos y cortos. Tiene tienda 'on line', pero dice que le resulta más fácil vender físicamente. «Los clientes pasan, ven y comprueban la calidad».

Los artistas de Badajoz saben que los mercados funcionan. Blanca Ambel ha perdido la cuenta de navidades que ha pasado en este céntrico paseo con sus pinturas, donde ofrece las más pequeñas con formato de marcapáginas a tres euros hasta cuadros enmarcados. Son estampas de Badajoz y figuras de animales en unas acuarelas que reflejan un mundo colorido. Se lleva todo el año dibujando para esta cita.

A los pacenses les gusta encontrar artículos hechos en Badajoz. José se llevó un regalo para un cumpleaños en la mañana de ayer. Considera que San Francisco es estos días un buen escaparate de la artesanía local. «Esta es la mejor manera de conocer los artículos locales, regionales y de Portugal». Este año repite el puesto de loza: un plato por dos euros, seis por diez.

María se llevó un par de cuarzos para recibir buena energía. «Vendré más veces. Cada vez que pase por aquí, entraré. Y compraré más, claro», dice con seguridad.

Papel y vidrio

Las joyas en papel de Karui y los bolsos de la Apañá comparten este año mercado con Vidrioart, la marca de Peter Thomas Kampfl. Este artista del vidrio se asentó en Badajoz hace décadas y ha hecho, por ejemplo, una de las nuevas vidrieras del convento de las Descalzas.

Entre tanto producto hecho con las manos, el paseante se encuentra con un Belén diferente, artesano, elaborado en Badajoz. Gema Zamora ha creado un nacimiento con los personajes de Ibáñez. «Ay, qué gracioso», no paraba de decir Angelina Santos mientras buscaba a Mortadelo y Filemón.

En San Francisco hay de todo. Cuesta pasar de largo por el puesto de los buñuelos o el de las garrapiñadas de Antolín. Y casi nadie se marcha sin parar en la furgoneta de Paco, que es de los más famosos. Lleva 14 años demostrando que los churros saben mejor en Navidad. A 50 céntimos, muchos pacenses se llevan el calentito en la mano. El cartucho de patatas, fritas en el momento, sale por dos euros.

Hay sitio, también, para la solidaridad con los artículos de Mi Princesa Rett, del Economato Social o las monjas que venden esas piezas delicadas hechas a mano.

De Plasencia e Ibiza llegan artículos diferentes, que son las flores prensadas y resinadas con las que uno puede llevarse una gerbera al cuello o unas margaritas a las orejas. Los placentinos de Artesana Carol han dado un paso más y crean joyería con frutas, madera y plumas. Venden rodajas de kiwis como colgantes.

San Francisco, aun siendo el más grande, no es el único mercado. Por primera vez, la ciudad cuenta con tres. Quienes se acerquen a la plaza de Santa María, junto al Museo de la Ciudad, encontrarán cinco puestos. De ellos, cuatro ofrecen comida. El Ayuntamiento ha colocado mesas de picnic, pero este sábado estaba desanimado por la mañana y por la tarde.

El tercer mercado se abrió ayer. Organizado por El Corte Inglés, ofrece tres gastronetas con hamburguesas, comida mexicana y churros que dan paso a diez puestos con dulces, regalos Disney y adornos de Navidad. Los puestos son de aspecto nórdico, están decorados y están desplegados en forma de semiluna sobre moqueta roja. En el centro, un escenario circular donde varios colegios ejercieron de campanilleros en la tarde de ayer, cuando encendieron las luces con la presencia de autoridades municipales, y empezaron a vender.

En Conquistadores y San Francisco hay tío vivos de aires clásicos y, algo más alejadas, atracciones. Colchonetas y trenecitos que el Ayuntamiento permite en cinco puntos de la ciudad. Por primera vez y a partir de mañana lunes, en San Fernando y Pitusa. Y desde este viernes, también, en Los Alféreces. A tres euros el viaje, el bono de diez sale por 20 euros.