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Antonio Pozo. :: hoy
Pozo y los ediles de Guadiana abandonan también el PP por sus diferencias con la dirección

Pozo y los ediles de Guadiana abandonan también el PP por sus diferencias con la dirección

Acusan a los dirigentes populares de «ponerse de perfil y no plantar cara» a la ley de la Memoria Histórica de la Diputación

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Lunes, 23 de julio 2018

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El pasado fin de semana Antonio Pozo Pitel, alcalde de Guadiana del Caudillo, participó en el congreso que ha encumbrado a Casado como sucesor de Rajoy. Lo hizo porque era compromisario, uno de los elegidos dentro del PP extremeño para participar en ese cónclave histórico. Compartió horas y buen ambiente, dicen sus hasta ayer compañeros de partidos, en Madrid. Veinticuatro horas después, mediante un mensaje en el grupo de whatsapp que tienen dirigentes populares y alcaldes de su partido, dijo que se iba. Que abandonaba el PP. Lo mismo que hizo Juan Antonio Morales, número dos de la formación en territorio pacense y diputado en la Asamblea.

Pozo se da de baja del PP junto con los cinco ediles con los que gobierna Guadiana (2.500 vecinos). «El PP solo sabe ponerse de perfil en los asuntos que afectan directamente» a este pueblo, argumentó en una carta mandada a sus vecinos. Después envió otra a su partido para anunciar que deja la formación.

Su salida, como la de Morales, está vinculada a la posición poco combativa -«por no plantarle cara»- que, según dice, mantiene la dirección provincial y regional del PP en la aplicación de la ley de la Memoria Histórica que está desarrollado el presidente de la Diputación pacense, Miguel Ángel Gallardo. Pozo se refiere a las «pretensiones de querer quitarnos las subvenciones que nos corresponde por ley», debido a la negativa del alcalde de eliminar el apellido 'del Caudillo' del nombre del municipio.

Pozo anunció su marcha del PP el mismo día que José Antonio Monago comparecía ante la prensa para hablar del resultado del congreso nacional en Madrid. El abandono de la militancia de cargos públicos como Morales y Pozo le beneficia a su partido más que perjudica, resumió Monago. «A estas alturas, estas cosas no nos resta sino que nos suma. No tengo ninguna nostalgia del franquismo. No le debo nada a Franco y no hay nostalgia hacia el franquismo. Respeto a quienes en mi partido puedan tener esa nostalgia y que haya gente que tome la decisión de irse de mi partido», agregó Monago.

Expresó el presidente de los populares extremeños que en «ocasiones se nos pone la etiqueta de partido franquista (...). Yo no he venido aquí a hacer un giro a la extrema derecha. La extrema derecha no está en el PP y mucho menos en el de Extremadura. Aquí está la moderación». Concluyó que «en esta casa no son bien acogidos (los simpatizantes del franquismo)» y se refirió expresamente a Morales y Pozo.

«A ellos la fundación Francisco Franco les dio un premio. A mí nunca me lo van a dar, no se preocupen. No tengo que hacer méritos ante esa fundación. El único premio que quiero que me den es el de mis paisanos en las urnas», concluyó Monago.

Diputado provincial

Antonio Pozo seguirá siendo diputado provincial. No deja su escaño que consiguió por el PP por el partido judicial de Badajoz. Pasará a ser diputado no adscrito. No irá por tanto al grupo mixto ni puede formar grupo propio. Es lo mismo que le ha pasado a Morales en la Asamblea.

Pero las diferencias en la situación que ahora vivirá Pozo respecto a la de Morales existen. Sobre todo porque el primero apenas se verá perjudicado en cuanto al cobro de cantidades por ser diputado provincial tras salir del PP. Antonio Pozo tiene derecho a formar parte de todas las comisiones de la Diputación. Podrá asistir mensualmente a dos comisiones (300 euros por comisión) y al pleno ordinario de cada mes (600 euros). Es decir, cobrará 1.200 euros, prácticamente como hasta ahora.

Morales ha perdido su liberación completa por la Asamblea (58.628,08 euros brutos al año) y percibirá como mucho por asistir a dos plenos (150 euros cada uno) y una comisión (150 euros por reunión) al mes.

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