El Gurugú se reivindica como barrio tranquilo a pesar del tiroteo del Jueves Santo
En la calle pocos hablan de lo ocurrido y en las asociaciones insisten en que no se trata de un problema de seguridad ni convivencia
Antonio Gilgado
Viernes, 10 de abril 2015, 07:43
En el Gurugú quieren desvincularse por completo de lo ocurrido la tarde del pasado Jueves Santo, cuando dos familias se enzarzaron cerca de la plaza de la Rana y la Policía tuvo que intervenir para frenar la multitudinaria pelea en la que se escucharon disparos.
En el barrio insisten una y otra vez que los protagonistas de aquel suceso no tienen vinculación con la zona porque residen allí desde hace pocos meses.
Ricardo Cabezas es el histórico presidente vecinal y uno de los más preocupados en que no se dañe la imagen con acontecimientos de este tipo. Lleva 70 años residiendo en el Gurugú y trabaja para evitar que se ponga el foco en algo que califica como excepcional. «La gente se puede llevar una idea equivocada y eso es una mala noticia».
Ante todo, deja claro que se trata de una barriada poblada por gente humilde a la que no le sobran los recursos, pero ni mucho menos se puede hablar de familias conflictivas. «Todo lo contrario, aquí destaca la solidaridad».
Cabezas enumera los logros de la prolífica red social que se mueve en la Margen Derecha, en la que colegios, institutos, el centro de salud y hasta la mezquita se reúnen periódicamente para tratar temas que afectan a los vecinos.
La asociación de vecinos del Gurugú fue la primera en poner en marcha los comedores de verano para escolares durante la crisis y a lo largo del año mantienen una intensa labor de integración y campañas de educación social. Por las tardes, mantienen el refuerzo escolar y los chicos, antes de volver a casa, se toman la merienda. «De eso es de lo que se debe hablar, aquí enfrentamientos vecinales no se dan, salvo en raras ocasiones, y la mayoría de las veces viene de gente de fuera». La consecuencia directa de este tipo de episodios, cuenta, es que entre los propios residentes cunda el desánimo. «Hay quien puede pensar que para prosperar en el Gurugú hay que salir del Gurugú. Yo llevo aquí toda mi vida y no me voy a ir»»
La unión de todos los colectivos contra el vertedero de las Cuestas de Orinaza, la campaña para facilitar la información de la Renta Básica o las protestas contra el cierre del puente peatonal de la estación de tren son algunos de los logros que destaca el portavoz vecinal. Ahora, cuenta, desde su agrupación trabajan para que muchos de los beneficiarios de los subsidios sociales renueven su derecho.
Salvador del Amo es otro de los representantes vecinales más conocidos. Es la voz de El Progreso y por experiencia sabe que en la periferia hay estigmas difíciles de erradicar. Insiste igualmente en desvincular lo ocurrido con los residentes. Para combatir prejuicios apela a la actividad social del barrio. «Cualquiera que conozca un poco la ciudad, sabe que aquí se están consiguiendo resultados asombrosos, solo hay que citar lo del centro de salud». Por eso pide a las administraciones que no abandonen a los colectivos en esta lucha.
Otra referencia positiva es la del instituto San José de Formación Profesional de la avenida Padre Tacoronte, el pulmón regional de la Formación Profesional.
Más allá de la incomodidad que genera en los vecinos este suceso, muy pocos se atreven a decirlo públicamente. En la plaza de la trifulca prefieren guardar silencio y evitan hablar de las familias enfrentadas. La Policía confirmó el martes que hay dos detenidos y que en la intervención, los agentes se llevaron de local donde se enzarzaron las dos familias una pistola y varios casquillos, una navaja, una palanca, dos destornilladores, palos y barras metálicas. Hubo cinco vehículos dañados.