«Nos hemos acomodado siendo sólo proveedores de corcho»

Jorge Gruart Vila (Cassá de la Selva, Gerona, 1949) es uno de los expertos del corcho en la región. Afincado en Mérida desde hace tres décadas y vinculado a San Vicente de Alcántara por motivos profesionales, es gerente de Ibérico Belga de Cápsulas (Ibelcap), secretario del Clúster del Envase de Extremadura, presidente de la Asociación de Empresarios de Mérida y presidente de la Plataforma Empresarial de las Méridas del Mundo. Gruart hablará sobre la industria corchera extremeña y sus perspectivas en Aula HOY el lunes en Cáceres y el martes en Badajoz.

Se puede decir de usted que es el extremeño más catalán o el catalán más extremeño, ¿no?

Soy extremeño de pura cepa. Vine a San Vicente de Alcántara con unos meses de vida. Nací en un pequeño pueblo de Gerona donde mis abuelos fabricaban tapones de corcho. Mi padre era el encargado de viajar a Extremadura a comprar la materia prima. Al acabar la Guerra Civil, decide establecerse en San Vicente de Alcántara, donde abrió una fábrica de tapones. Y, claro, allí vamos toda la familia.

Extremadura es la segunda productora nacional de corcho mientras que España, a su vez, es la segunda productora en el mundo. ¿Cómo se encuentra el sector, sobre todo en el ámbito extremeño?

Es un sector que mantiene su gran prestigio porque el mejor corcho del mundo está aquí pero que adolece de ser todo lo productivo que debiera para crecer y copar más mercado. Aparte de la materia prima de alta gama que tenemos, nos falta más manufactura, más transformación. El corcho, afortunadamente, sigue teniendo un gran mercado. De las 20.000 millones de botellas que se consumen en el mundo, un 65%, 14.000 millones de botellas, llevan corcho. Y en España se tapa con corcho el 80% del mercado del vino.

Ya quisieran muchas empresas tener esas perspectivas, pero seguro que algo falla también además de que se produzca poco aquí.

El tamaño de nuestras empresas. Son de pequeño y mediano tamaño frente a los grandes grupos franceses y portugueses, básicamente. Nos hemos quedado cómodos siendo básicamente proveedores de materia prima.

¿Qué supone, en cifras, el negocio del corcho en Extremadura?

En España hay unas 250 empresas, 2.000 trabajadores. En Extremadura son 54 las empresas, de ellas unas cuarenta en San Vicente de Alcántara, y con unos 500 empleados. A eso se añade algo difícil de contabilizar pero muy importante como es el empleo indirecto que acarrea y da beneficios para mucha gente. En el año 2012, Extremadura produjo 20.000 toneladas, que supusieron 35 millones de euros. Para el año que viene percibe que hay más demanda aunque también existe más producción.

Aparte de la calidad del corcho, ¿cuál es la otra gran fortaleza de Extremadura con este producto?

Nuestra mano de obra. No hay trabajadores que sepan cuidar y tratar el corcho como los extremeños. Conozco generaciones completas de sacadores de corcho y de manipuladores que determinan las líneas del producto y su precio final. La sapiencia de la mano de obra extremeña da un valor añadido al producto.

¿La competencia del tapón de plástico, sintético, es relevante?

Hace ya muchos años que se ha intentando encontrar un producto sustitutivo del corcho y no lo han logrado, al menos de forma general. En todo caso, el corcho tiene un gran mercado y de alta calidad. El tapón de corcho es el filtro más perfecto que hay para el vino. El corcho es el único material que permite una transpiración e impide una oxidación.