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Las explotaciones de ganado vacuno extremeñas deberán adaptarse, como en el resto de España, a la modificación del sistema de identificación de los animales previsto para garantizar la trazabilidad. Algo que por el momento se hace y se seguirá haciendo mediante esas placas de plástico de color naranja –denominadas crotales– que las reses llevan prendidas en sus dos orejas a lo largo de toda su vida.
La novedad radica en que a partir del mes de julio uno de esos crotales deberá ser electrónico. Hay una excepción, que en Extremadura tiene peso dentro de la cabaña ganadera, como es la que se permite para los toros de lidia
El resto de las razas deberán cumplir con la normativa de identificación y registro del ganado bovino que marca el reglamento europeo. De esta forma, todas las reses nacidas a partir del 30 de junio de este año tendrán que portar un crotal electrónico en la oreja izquierda y un crotal tradicional en la oreja derecha.
La entrada en vigor de esta medida estaba prevista para el 1 de julio de 2024. Sin embargo, se estableció una prórroga de un año para facilitar su aplicación a las explotaciones ganaderas. «Se negoció el aplazamiento porque consideramos que no habría capacidad suficiente por parte de la industria para suministrar todos los crotales», explica Ignacio Huertas, secretario general de UPA en Extremadura, que añade que durante el año pasado ya se identificó con crotales electrónicos a la cabaña de ganado ovino.
El cumplimiento de la normativa será gradual, en la medida de que se irán colocando los crotales a los animales que vayan naciendo. «Será un coste añadido para las explotaciones ganaderas, pero no esperamos que sea un trauma porque el precio de los nuevos dispositivos, aunque son más caros que los actuales, se irá ajustando con el paso del tiempo», considera Huertas, que sí demanda que sean las administraciones las que asuman el impacto económico que supondrá para los ganaderos la entrada en vigor de la normativa.
Tampoco prevén problemas en el cumplimiento en relación al acceso a los crotales. «La administración nos dice que habrá suficientes», detalla el secretario general de UPA.
Visualmente ambos elementos identificativos, el convencional y el electrónico, son muy similares, de color naranja y con una serie de dígitos. Con el cambio se pretende avanzar en la modernización de la gestión ganadera. Al final se trata de digitalizar la ganadería para tratar de reducir los errores en la toma de datos y la carga de trabajo de los profesionales del campo en busca de una mayor eficiencia de sus explotaciones. «Da una capacidad mayor de control en la trazabilidad de los animales y todo lo que se trabaje en esa línea, sin que supongan excesivos costes para los ganaderos, nos parece que está bien», remarca Huertas.
Los crotales son uno de los elementos imprescindibles en el caso del ganado bovino para controlar esa trazabilidad. A partir de ahora, aunque ya hay ganaderos que los están utilizando de manera voluntaria, se podrá utilizar un lector electrónico para identificar a los animales aunque se haya dañado o no sea visible la información de las placas que portan en las orejas.
Continuará siendo un código alfanumérico con el que se identifique a los animales. Al menos en la comprobación visual. La procedencia del país, España en este caso, se marca con las letras 'ES' y el resto de aspectos como la especie, la comunidad autónoma de origen y el propio ejemplar, con diferentes combinaciones de números.
Sí desaparecen las letras en la lectura electrónica y el código para España es el 724.
Durante el tiempo que los crotales electrónicos no sean obligatorios para todos los animales –el tiempo en el que permanezcan vivas reses nacidas antes del 30 de junio de 2025– habrá dos codificaciones distintas. El motivo es que los ganaderos podrán reidentificar a sus reses y colocar el crotal electrónico de manera voluntaria. Así, los ejemplares nacidos con posterioridad al 30 de junio estarán identificados con los dígitos 22, que se refiere a la especie, bovina en este caso. Mientras que para los reidentificados, el código del bovino será el 27. Eso será así, tanto en el formato electrónico como en el visible en la oreja del animal.
Sin embargo, desde la organizaciones ganaderas no creen que haya muchas reidentificaciones. «Básicamente, sólo se pondrán crotales electrónicos a los animales que vayan naciendo», entiende el secretario general de Upa-Uce.
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