Fruta extremeña en las máquinas expendedoras
Un matrimonio de agricultores de Barbaño utiliza las piezas que no pasan el calibre para introducirlas como aperitivo saludable
alba baranda
Viernes, 1 de noviembre 2019, 08:37
María del Carmen pasea con resignación por enésima vez el pasillo de la cuarta planta del Perpetuo Socorro de Badajoz. Hace ya catorce días que lleva ingresada su madre. Son las doce de la mañana y aún no ha desayunado, así que se acerca a la máquina expendedora que hay en la sala de espera para acallar a sus intestinos, pero como es diabética y no debe ingerir productos con azúcar, sus posibilidades de desayunar algo rápido de la máquina disminuyen. «Ojalá una frutita», se le escapa en voz alta.
Ese antojo de María del Carmen se mezcla con la ilusión de Sonia Moto, una de las creadoras de la primera máquina expendedora de fruta fresca. Esta joven agricultora de Barbaño deseaba que el primer enchufe donde se conectase una de sus máquinas hubiera sido en Extremadura, pero no ha podido ser.
Sonia Moto y su marido César Gallardo llevan toda la vida dedicándose a la fruta. Disponen para su cultivo de nueve hectáreas en Barbaño, entidad local menor de Montijo, y aunque para el próximo año esperan aumentar su producción hasta 400.000 kilos, llevan mucho tiempo intentando que no se desperdicie nada. «Cada año se tira muchísima fruta por pequeña y me da tanta pena», confiesa ella recalcando la pena, «que decidimos aprovechar las piezas que no superaban el calibre, que además, suelen ser las más sabrosas».
Esa idea que les rondaba en la cabeza coincidió también con una larga estancia en un hospital, en el cual solo pudieron merendar bebidas azucaradas, bollería industrial, refrescos o aperitivos salados, que es lo habitual en las máquinas. «Nos dimos cuenta de que no había productos frescos en este tipo de establecimientos públicos, así que pensamos que ahí podrían encajar perfectamente las piezas pequeñas», explica Moto.
Tras llegar a esta conclusión, estuvieron dos años buscando la forma de introducir la fruta en las máquinas expendedoras, conocidas también como 'vending'. «Me dejaron una e hice muchas pruebas, sin embargo solo se me ocurría meter la fruta en los carriles, pero se estropeaba al caer en el cajón», cuenta Gallardo. Hasta que un día fueron a la feria Fruit Attraction de Madrid y allí estaba la solución esperándoles.
«Íbamos andando por el pabellón y mi marido empezó a saltar de pronto, no sabía qué le pasaba», cuenta Moto. Acababa de ver una máquina con todos los carriles llenos de fruta. Al dueño de este dispositivo no le pasó desapercibida esta reacción y rápidamente entablaron una conversación, que sin ellos todavía saberlo, estaba sentando las bases de Fru&Tube.
Él era Carlos Méndez, de Madrid, que por aquel entonces estaba empezando a comercializar la fruta en envases de plástico. Antes de conocer al matrimonio, ya le daba vueltas a la idea de envasar los productos frescos para venderlos como snacks, sin embargo, al igual que los agricultores de Barbaño, no daba con la fórmula. Pero Méndez, que es un gran aficionado al pádel, en una ocasión metió dos manzanas en los envases para las pelotas de tenis y entraron perfectamente. Revelación newtoniana. Tras ese día de 'flechazo empresarial' Sonia Moto y César Gallardo entraron en el proyecto, aportando ellos la materia prima.
Cuatro años después, con un envase más que desarrollado, y hasta patentado, Fru&Tube es, según sus miembros, la única empresa del mundo que tiene máquinas de 'vending' solo con productos naturales. En ellas se puede encontrar desde fruta de hueso hasta plátanos, pasando por tomates cherry, caquis, albaricoques... También hay zumos, frutos secos y fruta disecada, todo natural. Como sus socios dicen, «caramelos de la naturaleza para llevar».
Todavía no ha sido posible instalar ninguna en la región, pero ya hay doce máquinas de Fru&Tube en Madrid
El envase tiene varios agujeros cuya funciónes retrasar la maduración del alimento, que dura fresco más de quince días
El precio oscila entre uno y dos euros, siendo las fresas y cerezas lo más caro. Al principio este producto se empezó a comercializar en los supermercados, pero no tuvo éxito, ya que colocaban el envase al lado de un kilo de fruta, y no era rentable. Sin embargo, la horquilla de precios es la misma en la que se mueven las chocolatinas o los refrescos de las máquinas tradicionales.
Envase innovador
El paquete de plástico en el que viene la fruta en un principio se pensó para evitar el impacto al caer desde el carril, pero actualmente las máquinas que Fru&Tube disponen de un ascensor que sube, recoge el producto y lo vuelve a bajar. Sin embargo, han mantenido el envase porque tiene otras ventajas. Los orificios están estratégicamente colocados para que la fruta respire, pero como entra menos oxígeno el proceso de maduración se retrasa. Esto, unido a la refrigeración de las máquinas, hace que la pieza dure fresca quince días como mínimo.
El cierre es hermético y el envase, transparente, por lo que se puede ver el estado de conservación de lo que vamos a comer. Además, el tamaño del bote encaja en el posavasos de los coches, por eso, los productos de Fru&Tube también están a la venta en gasolineras. Si el consumidor desea meterlo en una mochila o bolso, puede hacerlo sin miedo a que se destripe el alimento.
Trabas
Este pasado verano, la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), emitió un comunicado en el que pedía la regulación del sector de las máquinas expendedoras para que, por lo menos, hubiera un 50% de productos saludables. Opinaban que «la Administración no solo está incumpliendo su deber de promover hábitos de vida saludable, sino que, además, está privando de la libertad de elegir un producto más sano, pues la oferta se concentra en bebidas edulcoradas, bollería y aperitivos tostados».
¿Por qué entonces no se cumplió la ilusión de Moto de instalar la primera máquina de frutas de España en Extremadura? Por el mismo motivo que denuncia la SEE. «Llevamos cuatro años de papeles intentando introducir este proyecto en Extremadura y es imposible. Hemos hablado con muchísima gente y les encanta la idea, pero al final no sale. El dinero lo mueve todo», señala casi resignada. En este sector, sale a concurso la instalación de máquinas en los edificios públicos y gana el que más paga.
«No podemos competir con las empresas de vending, que tienen muchísimo dinero y máquinas», subraya Méndez. «No se está valorando la oferta nutricional ni la salud del consumidor, sino quién paga más», apostilla. «De hecho, vas al médico, te dice que evites los productos ultraprocesados y comas fruta y verduras, pero sales de la consulta y tienes una máquina con todo lo que te ha dicho que no consumas», recalca el madrileño.
El matrimonio extremeño también se muestra contrariado en este aspecto. Han llegado a intentar, incluso, que la central de envasado estuviera en la región, concretamente en Puebla de la Calzada, pero tampoco fue posible, así que la montaron en Madrid. Sin embargo, las cifras de consumo son tan esperanzadoras que confían en que pronto se aplique canon cero para máquinas de productos saludables.
La primera máquina de fruta se instaló en la Universidad Rey Juan Carlos. En el primer día de funcionamiento, 20 estudiantes sacaron una pieza. «Si la gente no come más fruta es por no tenerla a mano», comenta Méndez. Meses más tarde, el 14 de febrero de este año, instalaron otra máquina en el Hospital la Paz, también en la capital española. En lo que va de 2019, casi 11.000 personas han consumido fruta en ese centro hospitalario.
Actualmente hay doce máquinas instaladas en Madrid, aunque Fru&Tube provee a las de vending que quieran incorporar algo de fruta. «Pero de momento son reacias porque es más barato un producto ultraprocesado y requiere menos mantenimiento, a pesar de que solo tenemos un 5% de merma en nuestra fruta», incide. «Necesitamos apoyo institucional», repite en más de una ocasión.
Mientras llega ese apoyo, Fru&Tube tiene un ojo en el futuro. Han conseguido diseñar un envase 100% biodegradable. Para el año 2020 pretenden dejar de producir plástico y fabricar sus paquetes únicamente con plástico reciclado. Una empresa de productos saludables que además, mira por el medio ambiente.