La PAC cumple 60 años
ANÁLISIS AGRARIO ·
JUAN QUINTANA
Lunes, 14 de febrero 2022, 09:08
La Política Agrícola Común (PAC), la gran artífice de la seguridad alimentaria en la Unión Europea, celebra este año su sexagésimo aniversario, en un momento ... convulso para el campo español y en un contexto mundial de cierta normalización de la pandemia, preocupación por el cambio climático y una importante crisis de las materias primas.
La PAC surgió tras la Segunda Guerra Mundial en un momento donde una de las prioridades de Europa era conseguir el autoabastecimiento alimentario, para ser autosuficientes en uno de los puntales de la recuperación. Por ello, en 1962 los Estados fundadores del mercado común europeo (Francia, Alemania, Italia, Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo) crearon esta primera y casi única gran política común europea, que sesenta años después es de aplicación en 27 países. Sin duda fue una herramienta muy eficaz, porque solo dos décadas después se había alcanzado y superado la suficiencia alimentaria, siendo el nuevo problema el elevado coste de la gestión de los excedentes. También su imagen pública se empezó a deteriorar, ya que en un momento en el que buena parte de la población mundial pasaba hambre, se comenzó a ver con muy malos ojos el desperdicio masivo de alimentos o el pagar por producirlos, y luego por transformarlos en productos secundarios. Por ello, comenzaron una serie de reformas sucesivas con el objetivo de ajustar la oferta a la demanda y reducir la incentivación productiva mediante ayudas directas.
En medio de este proceso de cambio, España se incorporó. Fue en 1986, aunque la plena integración en esta política no se produjo hasta 1995, con un periodo transitorio que tuvo muchas luces, pero también sombras; por ejemplo, en el sector lácteo, excesivamente contingentado, lo que le obligó a reducir de forma drástica la producción y a la vez aumentar las importaciones. A pesar de todo, han sido seis décadas, 36 años para España, en las que el agro europeo, pero en particular el español se ha visto muy beneficiado. España pasó de ser una país importador a exportador, se potenció la modernización agraria y nos ha permitido situarnos en la vanguardia mundial en muchos sectores como el vino, el aceite de oliva, el porcino, las frutas y hortalizas, etc. A pesar de todo, todavía quedan temas pendientes que afectan a España de forma especial, aunque no solo. Por ejemplo, el excesivo envejecimiento del sector, la todavía escasa concentración productiva, lo que impide al sector tener una posición de fuerza en el mercado. Consecuencia de lo anterior pero no solo, la existencia de una cadena alimentaria tensionada donde los precios en origen en muchos casos están en el límite de la rentabilidad de las explotaciones o incluso por debajo. Entre los otros factores mencionados, también han marcado este desequilibrio los altos estándares impuestos por otras directrices europeas como las que enmarcan la seguridad laboral, los requisitos medioambientales para la producción, el bienestar animal, etc. Todas ellas han encarecido los costes de producción muy por encima de lo que han evolucionado los precios en origen. Para terminar, algo en lo que, con carácter general, nuestro país ha demostrado bastante debilidad en comparación con nuestros competidores europeos es la transformación, habiendo perdido mucho valor añadido en beneficio de otros países que han sabido explotar este importante escalón industrial de la cadena.
En la actualidad la nueva PAC, que muy poco tiene que ver con aquella aprobada en el 62, afecta a alrededor de 21 millones de profesionales del campo en toda la Unión Europea (UE) y 10 millones de empresas. En España reciben ayudas de la PAC 695.000 agricultores y ganaderos, una cantidad que continúa descendiendo, aunque cada vez a menor velocidad. El presupuesto total de esta política para el nuevo periodo asciende a 387.000 millones de euros. Un 12,3% corresponden a España, el tercer beneficiario de la UE. Como dato, en el año 2022 esta política europea ha dejado en Extremadura 542 millones de euros, el 8,8% de toda España, de los que el 66,5% ya ha llegado al bolsillo de los beneficiarios.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión