La campaña de aceite se adelanta
Cosecha ·
El aumento de la superficie de regadío y la demanda de aceites frescos consolidan la tendencia de abrir antes las almazaras en ExtremaduraEn la memoria colectiva del productor de aceite está escrito que la cosecha de aceituna se inicia en el puente de la Constitución-La Inmaculada ... y se tiene recolectada un gran parte en las fechas navideñas. Enero queda para su finalización. Pero este año en pocas zonas de Extremadura, ni siquiera en las del olivar de secano, tradicionalmente las más tardías para la recogida del fruto, se va a presenciar mucho ajetreo en este periodo navideño. En realidad, la imagen de la campaña de aceite acabada antes del inicio del invierno, impensable décadas atrás, ya no es tan rara.
La explicación a esta evidencia no viene solo del hecho de que el incremento de la superficie de olivar en regadío, intensivo y superintensivo, empuje a producciones más tempranas. Ni tampoco de que la climatología depara una grandísima o, en su defecto, una paupérrima cosecha.
La justificación al cada vez más extendido adelanto de las campañas de aceituna para almazara está también en una dinámica asentada: el consumo de aceites frescos, obtenidos a partir de las primeras aceitunas entre los meses de octubre y principios de diciembre, cuando este fruto alcanza su punto óptimo de maduración.
Esta campaña se va a cerrar con 63.000 toneladas, por encima de la media de los cinco últimos años
«La tendencia ya no es tanto entregar la aceituna con el máximo de rendimiento graso (la cantidad de aceite que se puede extraer de una aceituna) sino obtener la mayor producción y competitividad de cada olivar, unida a la calidad», resume Alfonso Montaño, oleólogo del Centro Tecnológico Agroalimentario (Ctaex) y gran conocedor de la situación del subsector del aceite de oliva en Extremadura y de las demandas de un mercado con vaivenes en los últimos tiempos.
Una tendencia consolidada
En Torremayor, municipio de las Vegas Bajas del Guadiana, la familia Doblado cerró su almazara el domingo 22 de diciembre, el día del sorteo extraordinario de la Lotería de Navidad. Lo hizo justo dos meses después de iniciar la campaña de aceite.
«Normalmente abrimos a mitad de octubre aunque este año años tuvimos que retrasar unos diez días el inicio de cosecha por la falta de maduración de la aceituna. Lo normal es que antes de las navidades siempre hayamos terminado», concreta Toribio Doblado, de 49 años, gerente de la almazara Alguijuela, que recolecta tanto aceitunas de olivares de regadío como de secano.
Cabeza visible de una empresa agrícola familiar en la que están también como socios Domingo, Carmen y Lourdes Doblado, de la vecina localidad de La Garrovilla, abrió en 2018 una instalación que suele tratar cada campaña una media de 600.000 kilos de aceituna.
La mitad de la producción que transforma en aceite procede de olivares propios, tanto de regadío (olivar de las variedades arbosana y arbequina, con árboles en seto superintensivo) como de secano (con la variedad verdial de Badajoz).
«Cada vez hay más conciencia de hacer aceite de mayor calidad y se tiende a hacerlos frescos»
«Nuestra empresa es pequeña y ha optado por un segmento de mercado de aceites virgen extra frescos, tempranos, que mantienen sus propiedades excelentes a lo largo de un año. Hacemos aceites premium, para tiendas gourmet y enfocados hacia la máxima calidad», resume al equipo de HOY, junto a la carretera de la estación del tren en Torremayor.
«Cada vez hay más conciencia de hacer aceite de mayor calidad. Por tanto, cada vez se está recolectando antes la aceituna. Se tiende cada vez más a hacer aceites frescos en verde y eso hace que año tras año se vaya adelantando la cosecha», subraya Toribio Doblado. Lo hace tras enumerar las cualidades de las variedades de aceituna que transforma.
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El virgen extra arbequina presenta un aroma afrutado de aceituna, manzana, plátano y almendra. Es un aceite –cuenta– fluido, suave y dulce, en el que casi no se aprecian sabores amargos o picantes, para los paladares menos acostumbrados al sabor del aceite de oliva tradicional.
La arbosana propicia un aceite frutado, con amargos y picantes de intensidad media-alta. «Evoca olores a hierba recién cortada, almendra, tomate, nuez o alcachofa. Los sabores son persistentes y agradables», reseña. Del aceite conseguido de los olivares de secano de la verdial de Badajoz destaca que es rico en ácido linoleico. Posee un sabor agradable y dulce, con amargo y picante ligero.
Las variedades arbosana y arbequina se están implantando de forma muy rápida en Extremadura.
Hace dos campañas, se plantaron de media diez hectáreas de olivar en Extremadura. Como veinte campos de fútbol al día. «Obviamente gran parte de esas hectáreas han sido de regadíos pero también se ha vivido y se está viviendo la reconversión de parcelas que tenían otros cultivos, como el arroz y el almendro, y ahora han puesto olivos, en regadío pero también en secano», explicita Alfonso Montaño.
El oleólogo del Ctaex resalta que el olivar de uno de los pocos cultivos que puede ofrecer rentabilidad. Y eso propicia que haya crecido la superficie en Extremadura.
Más producción
En 2010 había 264.934 hectáreas de olivos en la región. En 2022 se alcanzaban las 292.248. La última cifra oficial, la de 2023, indica que en la región se contabilizaban 296.189 hectáreas de olivar. De ellas, 224.619 de secano (con un descenso de 430 hectáreas respecto al año 2022) y 71.570 de regadío (13.500 hectáreas más respecto al año anterior).
Según la información aportada por Alfonso Montaño, conocidos los datos a cierre del mes pasado, se deduce que en cuanto a producción fue el mejor tercer mejor noviembre de los últimos catorce años en Extremadura, con 32.805 toneladas.
Cuando se cierre esta campaña, calcula q ue se llegarán a las 63.000 toneladas de aceite en Extremadura, en la media de los últimos cinco ejercicios. El año pasado fueron 68.993. La mejor campaña fue la de 2021-2022, que acumuló unas increíbles 104.265 toneladas.
«El año que viene vaticino que si todo va bien en cuanto a climatología y con las nuevas plantaciones en producciones llegaremos entonces a las 40.000 toneladas en este mes», dice Montaño.
En conclusión, crece la superficie ocupada por olivos en producción en Extremadura gracias a la producción intensiva y superintensiva, mientras el olivo de secano sigue perdiendo peso aunque de manera más matizada quizás que en años anteriores.
«Esta tendencia se va a consolidar cuando sepamos los datos oficiales al terminar 2024», enfatiza Montaño.
La novedad, quizás, ya no es tanto que los productores de aceite y aceituna de mesa opten por plantaciones en intensivo o superintensivo en regadío, sino que algunos de secano estén cambiando sus olivares tradicionales por otros diseñados en seto; esto es, intensivos.
«Se puede hacer así aunque si no tienes agua asegurada te la juegas con lo que caiga del cielo. De todas formas no es nada ilógico», avanza el experto. «El sector mira y se ajusta. Y al mismo tiempo que potencia los aceites tempranos extraídos de las primeras aceitunas cosechadas, sabe que tiene un problema serio con la mano de obra. Y necesita plantear soluciones, que llegan con las producciones en seto, y ser más competitivos», finaliza.
En este sentido, desde el sector del aceite de oliva virgen extra se busca recuperar los niveles de compra de este producto al que el incremento de precios en las últimas campañas ha hecho bajar enteros en las preferencias de los consumidores.
«Con unos precios tan altos el consumidor ha mirado hacia otro tipo de aceites más económicos. Pero estoy convencido de que el consumo de aceite de oliva virgen extra se va a recuperar y va a crecer de nuevo porque está dentro de nuestra gastronomía», vaticina el oleólogo.
«Lo que hay que hacer es conseguir un sector productor mucho más competitivo y eso requiere mecanizarse y automatizarse lo más rápido posible», agrega Alfonso Montaño.
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