«El agrario es un sector de oportunidades»

Aunque ha ejercido como abogada, lleva ya un tiempo inmersa en el mundo del campo. Hace unos años creó 'Agrotrading Extremadura'. Se trata de María del Camino Limia, una emprendedora dedicada a la compra y venta de animales vivos, «a la exportación e importación de cordero y vacuno». Cree que es la única mujer que está operando en el mercado como bróker. También gestiona la ganadería trujillana 'La Llave'. Gracias a esta labor, forma parte de la asociación de empresarios de la ciudad.

-¿Por qué el cambio?

-El campo me ha gustado siempre. Llegué a Extremadura con un puesto en un matadero. Pasado un tiempo, decidí emprender de una forma innovadora en el sector rural. Creo que el principal problema que había era encontrar en el sector agrario la transparencia en la compra y en la venta. Esa figura no existía. La postura del bróker o intermediario en compra es velar de una forma igualitaria entre las dos partes y posicionar el producto de ese ganadero de la mejor manera posible. Hay que especializar el campo. Cada ganadero o cada empresa agraria tiene un producto particular y en el mercado hay industrias que quieren un determinado producto.

-El intermediario no es siempre una figura bien vista.

-El intermediario en Extremadura generalmente cobra al ganadero. Yo no. Soy una bróker que trabajo para la industria final o hago la compra directa. No soy una persona que pongo en contacto al ganadero con el industrial y me llevo una comisión. Yo tengo mi riesgo. Compro esa producción, la posiciono en el industrial. La otra opción es que opero entre las dos partes pero mi trabajo lo valora el industrial, porque tiene una persona de confianza que se encarga de la logística, que sabe cómo tiene que llegar ese producto al matadero o a la industria. Eso no se hace en Extremadura. El intermediario básico pone en contacto a las dos partes, se lleva un dinero pero no sigue ese proceso. Yo creo que hay que seguirlo porque una vez que se sacrifica se puede dar mucha información al propio productor para mejorar. Otra de la cosas que hago es el apoyo al ganadero en el proceso de mejora y modernización de la explotación.

-¿Es necesaria esta figura?

-Creo que el intermediario opera en todas las industrias y sectores. Se trata de posicionar el producto en el mejor sitio. Y eso, la mayoría de los productores no lo pueden hacer. Creo que tiene que haber personas, como yo, que hacen esa labor y la sepan hacer. Los ganaderos trabajan conmigo porque, primero, intentamos vender el producto al mejor precio. Además, buscamos cuál es el industrial que realmente está demandando ese producto.

-¿Cómo se entiende esta labor?

-Inicialmente ha chocado mucho y los comienzos han sido complicados, pero no por ser mujer. No creo que el campo diferencie entre sexos. Lo que diferencia es que hagas las cosas bien y que seas un profesional o no lo seas. Fue complicado porque era una labor que no se hacía y siempre se es reticente a los cambios y las nuevas formas de trabajar. Sin embargo, a día de hoy trabajo mucho con cooperativas y ganaderos de calado y mis clientes están contentos y yo también.

-Es un paso a la profesionalización de esta figura.

-Tenemos la mayor y mejor cabaña en Extremadura de producción de ovino y vacuno. Lo que no somos capaces es de posicionar y de vender el producto. Lo que hay que buscar es una modernización. La gente habla de crisis en el sector rural. Yo hablo de un cambio de concepto. El relevo generacional es complicado porque se ha estado inculcando a las nuevas generaciones que el campo es muy duro y que se tenían que ir a la ciudad. No hay que avergonzarse de llevar una empresa agraria. Si el campo no produce, la ciudad no come. El mundo agrario es un sector de oportunidades y hay un campo importante para innovar, invertir y crecer.