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¿Qué ha pasado hoy, 28 de marzo, en Extremadura?
Un momento de la fiesta del pasado lunes. Se aprecia la cantidad de gente y algunos asistentes de espaldas a la carrera./ MARISA NÚÑEZ
Arroyo se replanteará su fiesta tras morir el policía atropellado por un jinete
REGIONAL

Arroyo se replanteará su fiesta tras morir el policía atropellado por un jinete

Cándido C. C. tenía 45 años, mujer y un hijo de 16, y falleció ayer en Badajoz. «Hay que mejorar la seguridad de la fiesta manteniendo su esencia», dice el alcalde

ANTONIO ARMERO

Miércoles, 15 de abril 2009, 11:49

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Casi nadie en Arroyo de la Luz pensaba en un final así de triste. Las fiestas de la Virgen de la Luz del año 2009 permanecerán en el recuerdo del pueblo como las peores de la historia, porque con ellas se fue la vida de Cándido C.C., el agente de la Policía Local que murió ayer por la mañana en el Hospital Infanta Cristina de Badajoz. A este centro sanitario llegó el lunes por la tarde, sólo unas horas después de sufrir el accidente que ha acabado resultando mortal. Sobre las 12,30 horas de ayer, el agente estaba en la calle Corredera, por la que, conforme a la tradición de cada Lunes de Pascua, los caballistas bajan a galope tendido. Ayer lo hicieron unos ciento cincuenta. En concreto, Cándido se encontraba en 'Las cuatro esquinas', un punto especialmente peligroso de esa vía de 850 metros de largo que en el momento del suceso se encontraba repleta de público. Ese punto concreto del recorrido es el preferido por algunos entusiastas de la fiesta, porque permite una vista muy amplia de la calle. Pero es también uno de los que presenta más riesgo, si no el que más, ya que en ese punto, la calle se estrecha y es un cruce con otra vía. De hecho, el vocero que avisa al público a través de un megáfono cada vez que sale un jinete, repetía constantemente que los asistentes tuvieran especial cuidado «en Correos y en Las Cuatro Esquinas». A pesar de estas llamadas al orden, ocurrió lo que otras veces: un atropello. Y según apuntan varios testigos, sucedió por la imprudencia de una espectadora. Habían salido dos jinetes, y a la altura de 'Las cuatro esquinas', una mujer comenzó a cruzar la calle. El policía local intentó evitar que lo hiciera, y consiguió salvar la trayectoria del primer animal, pero no del que iba detrás, el segundo, que lo arrolló de forma violenta y desplazó su cuerpo un par de metros. En un primer momento, el agente fue atendido en el quirófano móvil instalado en la plaza del pueblo como medida preventiva en caso de posibles accidentes. La cantidad de traumatismos que presentaba, incluidos uno en un costado y otro en la cabeza (los dos más graves) aconsejaron su traslado al hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres, donde fue intervenido quirúrgicamente de urgencia. Tras la operación fue trasladado en helicóptero al hospital Infanta Cristina de Badajoz, donde falleció ayer por la mañana. Hasta el centro sanitario pacense se trasladaron durante la mañana de ayer representantes del gobierno municipal, entre ellos el alcalde, y también varios vecinos y compañeros de la Policía Local de Arroyo de la Luz. El cuerpo de Candi fue velado en el tanatorio de la localidad, y la misa funeral se celebrará esta mañana, a las 11.00 horas en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. El suceso fue el tema de conversación ayer en Arroyo de la Luz, un municipio acostumbrado a que cada año, las carreras de caballos dejen algún que otro herido, principalmente lesionados en brazos o piernas, pero no un golpe mortal como el del lunes. Ahora se abre el debate en torno a la seguridad de la celebración, algo que compete en exclusiva al Ayuntamiento, según explicó ayer la Subdelegación del Gobierno en Cáceres, que aclara que sólo actúa si el municipio le pida colaboración. «Sabemos que la fiesta tiene un riesgo intrínseco y si hace falta cambiar algo se cambiará, igual las medidas de seguridad no son todas las que debería, lo analizaremos», reflexiona Santos Jorna, el alcalde. Ayer por la tarde, él presidió el pleno extraordinario en el que el gobierno local acordó por unanimidad suspender los actos que quedaban del programa de fiestas. Además, el municipio ha decretado tres días de luto oficial y conceder a Cándido C.C. la Medalla de Arroyo de la Luz, que se entrega en un acto oficial cada 8 de septiembre (Día de Extremadura). El accidente más grave de cuantos han ocurrido en la historia reciente de la fiesta de los caballos sucede justo el año en el que se estrenaba un nuevo elemento de seguridad: un semáforo. El dispositivo se instaló en el balcón del edificio de Correos -aproximadamente en la mitad de la calle- y servía para que los encargados de controlar la salida de los caballos supieran con un simple vistazo si la calle estaba lista para dar salida a los jinetes (luz verde) o si por el contrario, alguna incidencia aconsejaba no permitir que ninguno iniciase su carrera (luz roja). El dispositivo de la fiesta establece un director de carrera, «encargado de la marcha de la carrera desde su inicio hasta su conclusión», según consta en el reglamento para jinetes y amazonas. También contempla que el Ayuntamiento designe a seis personas encargadas de regular la salida de los caballistas, y obliga a todo el que sale con su cabalgadura a apuntarse para poder acceder al seguro colectivo que cubre daños ocasionados por el jinete (incluidos los que sufra él mismo). No obstante, ese contrato sólo atiende a mayores de edad, y es un hecho que un año sí y otro también salen niños montando caballos. Esta Semana Santa corrió calle abajo un niño de cuatro años haciendo pareja con su padre. Consejos desoídos El reglamento también desaconseja, «debido al peligro que supone», que salgan a la vez tres jinetes, y aunque la mayoría galopa solo o en pareja, no hace falta pasar más de cinco minutos en la calle Corredera para ver bajar a toda velocidad a tres jinetes al mismo tiempo. En total, vigilaban la seguridad de las carreras ocho agentes de la Policía Local, más seis personas encargadas de la salida y un director de carrera, según explicó ayer el alcalde. «Creo que el accidente podría haber ocurrido igual con dos mil personas menos en la calle -reflexiona Santos Jorna-, tenemos por delante todo un año para pensar cómo podemos mejorar la seguridad de la fiesta manteniendo su esencia». Sobre la posibilidad de cambiar de escenario y renunciar a la estrecha calle Corredera, el alcalde contesta que «no se cierra a ninguna opción», y que le gustaría «escuchar a todo el mundo». Además, aclara que si las carreras acabaron antes que otros años fue porque a causa del accidente mortal y de otro siniestro sin importancia, la salida de caballos se interrumpió durante una hora, y desmiente que este hecho motivara una huelga entre los jinetes. Ayer, muchos de ellos pasaron por el tanatorio. A las siete de la tarde, llegar allí obligaba a aparcar a doscientos metros de la puerta.

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