La quinta del 48 estrena jubilación a los 65 años y un mes
Siete mil extremeños se ven afectados desde primeros de año el retraso progresivo de la edad de jubilación
J. LÓPEZ-LAGO
Lunes, 28 de enero 2013, 11:09
Lupe Villarroya tiene que estar un mes más en el tajo. Pertenece a la quinta del 48. Desde hace tiempo pensaba que el 21 de enero de 2013 celebraría su cumpleaños con el ansiado retiro. Sin embargo, la reforma legal que entró en vigor a primeros de año la obliga a trabajar un mes más. No ha podido librarse de la prórroga al no tener cotizados 35 años y tres meses. De modo que hasta el 21 de febrero seguirá siendo la primera persona que le dé los buenos días a la Virgen de la Soledad, la patrona de Badajoz. Lupe se encarga de la limpieza, el orden y la decoración floral de la céntrica iglesia pacense. Lo hace desde 1988, 19 años cotizando a media jornada. Desde entonces han sido titulares de este templo tres sacerdotes distintos y se han casado en su altar sus tres hijos. Lupe acepta de buen grado ser una de las primeras extremeñas que 'sufre' el retraso de la edad de jubilación. «Estoy aquí mejor que en casa. Sé que cuando me jubile echaré de menos a la gente y a mi virgencita». Pero a pesar de su disposición entiende que otros trabajadores de su quinta «no se lo hayan tomado tan bien». Lo que tiene claro es que no echará de menos madrugar. Como Lupe, ahora mismo en Extremadura hay 5.200 personas que tienen entre 60 y 64 años que encaran un escenario cuesta arriba. La jubilación es esa etapa final de la vida en la que se supone que los trabajadores gozarán de un merecido descanso, pero cada vez está más lejos y cuando llegue será más barata para el Estado, lo que a su vez hará más cara la vida del jubilado. Actualmente hay más de 212.000 extremeños con más de 65 años, casi una cuarta parte de la población.
La reforma de las pensiones que ha entrado en vigor este mes de enero pretende ampliar el periodo de cálculo y pone más difícil el cobro del cien por cien de la pensión. El argumento es asegurar la sostenibilidad del sistema público de pensiones. Según los datos de la Seguridad Social, 12.100 personas en Extremadura se dieron de alta como pensionistas entre enero y noviembre del año pasado, lo que supone 1.300 personas más respecto a un año antes (2011). Algo más de la mitad de ellos, en torno a 7.000, lo hicieron por jubilación, mientras que el resto fue por viudedad, incapacidad u orfandad.
Quienes se jubilen en 2013, en torno a siete mil extremeños según la tendencia de los últimos años, serán los primeros a los que no les baste haber cumplido los 65, a excepción de los trabajadores que hayan acumulado al menos 35 años y tres meses de cotización.
La culpa es de la Ley de Actualización, Adecuación y Modernización del sistema de Seguridad Social, consensuada con los agentes sociales por el Gobierno de Zapatero en 2011 y que afecta a quienes coticen en el régimen general. La norma, que acaba de empezar a ejecutarse, retrasa la edad de jubilación de los 65 a los 67 años de forma progresiva durante los próximos quince años, hasta 2027.
Esto se hará a razón de un mes por año durante los primeros seis ejercicios y de dos meses en los nueve últimos. Valgan un par de ejemplos: si el año que viene alguien ha cotizado menos de 35 años y seis meses, se podrá jubilar a los 65 y dos meses. Pero si en 2026 alguien ha cotizado menos de 38 años y tres meses se le exige tener 66 años y diez meses de edad y solo podría jubilarse a los 65 si hubiera cotizado más de esos 38 años y tres meses.
La mayoría de los extremeños jubilados o a punto de jubilarse desconocen los detalles de esta reforma más allá del dinero que dejarán de percibir, explica el presidente del Colegio de Graduados Sociales de Badajoz, José Manuel Giraldo, también responsable del departamento laboral de Fiecco Asesores. Según sus cálculos, los efectos de la reforma serán negativos desde el punto de vista del consumo «porque un jubilado con una pensión 835 euros euros al mes, se quedará sin ingresar 222 de paga compensatoria y 214 euros menos por la inflación, por lo que perderá, en poder adquisitivo 436 euros anuales».
Pero es que además -añade- «en Extremadura el pensionista se verá más afectado por la falta de recursos de la región, que no permiten compatibilizar la pensión con alguna actividad que complemente los ingresos que venían percibiendo antes de la jubilación». Tampoco pasa por alto Giraldo que en la actualidad muchos pensionistas se hacen cargo de sus hijos o asisten a sus nietos económicamente debido a la alta tasa de paro, especialmente juvenil.
En este contexto de desempleo generalizado hay que tener en cuenta que muchos ciudadanos han dejado de cotizar temporalmente, lo que complicará su jubilación. Se debe a que otro de los cambios introducidos por la reforma es la ampliación del periodo de cálculo de la pensión de 15 a 25 años. Este periodo se extenderá de año en año hasta 2022. Es decir, que se llegará a los 25 años de cálculo en un horizonte de diez años. La reforma mantiene en quince años la cotización mínima para tener derecho al 50% de la pensión, pero harán falta no 20 sino 22 años más para acceder al cien por cien de la prestación.
Órdenes de Bruselas
La Comisión Europea pidió hace unas semanas al Gobierno de Rajoy que acelere el retraso en la edad de jubilación en función del aumento de esperanza de vida para frenar el gasto en pensiones y garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas a largo plazo, pues el gasto español en esta materia es superior a la media europea.
Obviamente, Extremadura no es ajena a este envejecimiento. Según la pirámide de población del Instituto Nacional de Estadística (INE), en la actualidad hay en torno a 52.500 extremeños en la franja de los 66 a 70 años, y la proyección para 2022 es que serán más de 55.000.