«Nunca he tenido un ligue tocando el tamboril ni lo he propuesto»

Gargüera es un pequeño pueblo de La Vera de 130 habitantes. Allí vive Pedro Garrido Sánchez desde que se jubiló. Nos recibe en su cochera, que hace también de taller. Es ahí donde confecciona tirachinas, garrotas, tamboriles, flautas o esas maderas para lanzar cohetes que se usan en las fiestas de los pueblos. Mientras charlamos, su mujer, atenta y sabia, saca perrunillas y otros dulces.

Pedro es tamborilero. Quizás uno de los mejores. El tamborilero es pieza imprescindible en los festejos de gran parte de la provincia de Cáceres. Quizás sea una de las diferencias entre el sur y el norte de la región: del Tajo hacia Castilla: el tamboril y la flauta. Del Tajo hacia Andalucía, otras músicas.

-Tamborileros históricos de la provincia de Cáceres: tío Remundaina de La Garganta de Baños, Roque Cruz, de El Cabrero, Antolín Martín, de Aceituna y El Picardías. ¿Es usted ya un histórico del tamboril?

-De flauta, soy el número uno: haciéndolas y tocándolas. De tamboril, quizás el número tres de la provincia. En cada sitio tocan de una manera. En San Sebastián tocan el txistu a su manera. Yo no doy pie con bola allí ni ellos, aquí. Se dan notas distintas.

-¿En España, flautas y tamboriles como los que usted hace y toca, dónde los hay?

-En Salamanca y en el norte de Cáceres, del Tajo para arriba. Por ahí los hay que dicen que hacen flautas, claro, también dicen que hacen muchachos, por decir. En Salamanca también está una flauta que llaman gaita, pero suena distinto que la nuestra.

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