Perianes deja la Consejería de Salud sin aclarar del todo su actividad privada
Tras dimitir y aceptarle Monago la salida, asegura que no cobraba dinero por la «labor asistencial» que realizaba en Elvas
J. L. AROCA
Jueves, 10 de mayo 2012, 15:44
El ya exconsejero de Salud y Política Social, Francisco Javier Fernández Perianes, se marchó ayer sin aclarar a fondo su actividad profesional privada como oftalmólogo, en una rueda de prensa en la que sí aseguró que no percibía retribución alguna, una comparecencia informativa de apenas siete minutos en la que respondió solo tres preguntas y luego se levantó. No quiere que haya dudas sobre la apuesta de la Junta por la sanidad pública.
Después de únicamente tres meses en el cargo, el consejero dijo que presentó anteayer por la tarde su dimisión irrevocable ante el presidente de la Junta, José Antonio Monago, y este se la aceptó, una vez que este diario había publicado en su edición digital que Perianes atendía a pacientes en una consulta situada en una óptica de Elvas.
El Ejecutivo regional se calló la dimisión e incluso envió una agenda informativa para el día siguiente, ayer, en la que se anunciaba al consejero de Salud y Política Social en tres actos distintos. A última hora se convocaba sin embargo una rueda de prensa de Javier Perianes.
A las once y media de la mañana, cuando llegaban los periodistas, en la sala de prensa de la Junta estaban ya sentados los altos cargos de la Consejería y del Servicio de Salud, entre ellos la propia esposa de Perianes. Éste apareció por fin, algo pálido y muy serio, y dio a conocer la esperada noticia: «Ayer mismo por la tarde presenté mi dimisión irrevocable como consejero de Salud y Política Social al presidente y el presidente la ha aceptado», tras lo que tomó un trago de agua.
La clave de la dimisión es que considera que en estos momentos «cruciales» para el futuro de Extremadura y de España, donde hay que llevar a cabo actuaciones inaplazables en la construcción de un nuevo modelo sanitario sostenible y financiable, «la mera duda sobre mi persona o mi capacidad me obliga moralmente a esta decisión de ejemplaridad pública».
«No quiero -añadió- que la más mínima duda ponga en entredicho el esfuerzo, trabajo y responsabilidad que está desarrollando el Gobierno de Extremadura y en esta caso la Consejería».
Perianes quiso dejar claro que «no he obtenido retribución alguna por la labor asistencial que haya podido realizar puntualmente durante este tiempo», y que la ha hecho «exclusivamente fruto de mi vocación como médico». Se va, asegura, con la conciencia «bien tranquila» de sus actuaciones al frente de la Consejería, «con el mayor de los orgullos» y con fidelidad al juramento hipocrático o de ética médica que en su día hizo.
El también exalcalde de Almendralejo afirmó por otro lado que en todo momento de estos tres meses ha dedicado la totalidad de su esfuerzo al cargo público, y que está seguro de que continuará el esfuerzo del Gobierno regional por un modelo de sanidad sostenible, universal y financiable.
Tras su declaración sonó un aplauso de los altos cargos sanitarios y ya ante las preguntas de los periodistas declinó dar más detallas sobre las cuestiones que se han publicado en torno a su actividad profesional privada. «En este caso estoy convencido de que no merece la pena pero sí quiero decir a los extremeños que sepan que he hecho lo que en conciencia creía y tenía que hacer, y sé también lo que tengo que hacer en estos momentos, lo que tenía que hacer ayer» [cuando presentó la dimisión].
En relación a su trabajo en Elvas solo respondió que como médico lo es las 24 horas al día y atiende en cada momento a toda persona que lo necesite. «De todo lo demás tengo la conciencia bien tranquila pero no quiero dudas».
Tras presentar la dimisión el presidente y él tuvieron una conversación, describe Perianes. «Son momentos muy difíciles para la sanidad, para los profesionales, para los pacientes y el futuro del sistema sanitario, y en estos momentos más que nunca hay que ser tan honrado como que si hay una mínima sospecha, sea verdad o mentira, uno tiene que dar un paso atrás».