Blindaje antiokupa para evitar el deterioro del viejo palacio medieval
El Ayuntamiento certifica la invasión y toma medidas para dificultar la entrada a la Casa de las Dos Torres
A. S. O.
Viernes, 2 de marzo 2012, 01:22
Habitada hace meses por okupas, el Ayuntamiento ha puesto coto a las entradas a la Casa de las Dos Torres . El viejo palacio medieval se había convertido en refugio de personas que colonizaron la torre o de toxicómanos que acamparon en el cuerpo central del edificio como delataron los colchones, jeringuillas y papel albal de los 'chinos' de heroína hallados por los efectivos policiales que entraron al inmueble.
La acción municipal no solo confirma la existencia de los ocupantes ilegales en el histórico palacio sino que frenará el deterioro y daños causados dentro. De paso, mejora la negativa imagen de un edificio abandonado, con ventanas batientes y cristales hechos añicos, en pleno corazón turístico en vísperas de la época de más visitantes.
Las acciones antiokupas tomadas por el Ayuntamiento se centran en el recrecimiento en un metro de parte de la tapia del jardín trasero hacia Podadores, el reforzamiento de la puerta de metal de salida del recinto y del cierre de la entrada principal y el tapiado con paneles de madera de la puerta de acceso a las viviendas en la torre. También han sido cegadas con ladrillo algunas ventanas, que han sido cerradas, incluidos los postigos, para evitar nuevos problemas.
«Hemos tomado medidas de urgencia después de inspeccionar con la Policía Local el edificio para que no vuelva a entrar gente, todo con vistas a evitar su deterioro y a mejorar la imagen de la ciudad de cara a la Semana Santa» explicó el edil de Obras, José María Nisa.
En el interior, la policía se encontró con colchones en diversas habitaciones además de grafittis, jeringuillas y restos de haber consumido drogas y otros daños como el derrumbe de la balaustrada de la gran escalera de granito que ha sido volcada.
A la torre se cree que los okupas accedieron a través de un agujero hecho desde el desván del cuerpo principal, ya que se trata de partes independientes. Sin embargo, en navidades, algunos vecinos advirtieron ya la entrada y salida por la puerta en la esquina de la calle Blanca, de grupos de personas jóvenes a las antiguas viviendas de la torre. El Ayuntamiento redoblará la vigilancia del edificio para detectar la posible vuelta de okupas y evitar que suceda.
La casa está deshabitada desde hace años. Una parte, es propiedad de una constructora que presentó un proyecto de reconstrucción de la torre, eliminada en 1917 por el riesgo de derrumbe que suponía estar sin forjados y dañada por el terremoto de Lisboa de 1755. El proyecto de recreación de la torre desaparecida y aumento del edificio fue parado por Patrimonio en 2008. No solo trataba de reconstruir la torre con mayor volumen que la actual, sino que utilizaba un llamativo diseño con acabado exterior en acero oxidado (corten) para crear en ella y en parte del palacio pequeños módulos susceptibles de ser usados como oficinas o estudios en el futuro. Además, edificaba el jardín y patio que está protegido por el Pepri.
Del proyecto quedaban ajenos a la intervención la torre existente, buena parte de la planta baja y de la primera del palacio que es en origen, uno de los más antiguos de la ciudad, como delata la portada original conservada.
Fue levantado por Nuño Pérez de Monroy, a principios del XIV. Reformado y ampliado en el XVI fue solar de almarazes y carvajales y remodelado para viviendas, a principios del XX, por Juan Sánchez-Ocaña Clavijo, con fachada neogótica de Francisco Mirón, que es la traza que presenta en la actualidad. Fue una de las primeras fachadas en las que se usó el cemento.
En el interior posee una gran galería abovedada en planta baja, una delicada ventana gótica tallada en piedra partida en dos por fina columna de mármol, laudas con inscripciones latinas o un raro altorrelieve medieval en mármol de un unicornio, estudiado por Sayáns.