Borrar
OPINIÓN

Idiotés

ENRIQUE FALCÓ

Domingo, 6 de febrero 2011, 01:19

SE habla mucho de política y candidatos con palabras de escaso interés. Pregúntenle a cualquier joven a quien piensa votar en mayo y seguramente le responderá que no votará, que 'pasa' de política. Y esto si, con suerte, el joven está al 'loro' de las elecciones, que lo dudo.

A los jóvenes no nos interesa la política. Esto, desgraciadamente, es una realidad como un templo. Naturalmente, estoy generalizando. Uno, que a pesar de que siempre está con la cantinela de que a sus 32 años se siente viejo, reconoce que la política le interesa bastante más que hace 10 años, debe confesar que, cuando era más joven, nunca llamó mi atención. La verdad es que no sé donde podríamos encontrar a los culpables. Es posible que entre nosotros, los propios jóvenes, que 'pasamos' de la política porque es un 'rollo'. Pero prefiero echarles todo el barro encima a los que considero que son los máximos responsables: Los políticos.

Conste en acta que el menda no habla por hablar y es conocedor del complicado mundo que encierra la política, del desgaste que supone, de lo desagradecido que resulta, de la imposibilidad de satisfacer a todo el mundo por igual. No obstante, no sé como los dirigentes no quieren darse cuenta de que somos nosotros, los jóvenes, quienes deberíamos de estar los primeros en sus listas y programas. Con todos mis respetos, a una persona de 40 o 50 años no hay que convencerla ya de nada, y poco puede conseguir cualquier mandatario si no recurre a aligerarle o llenarle el bolsillo, que es lo que realmente nos importa a todos al final. Pero somos nosotros, los jóvenes, quienes no tenemos aún una visión completa de la realidad. Es a nosotros a quienes hay que convencer y explicarnos como funciona el mundo. Si a un chico de 18 años que vaya a votar por primera vez no se le ofrece algo que capte su atención, nunca se preocupará por la política hasta que quizás sea ya demasiado tarde.

Es lamentable la falta de información de los jóvenes respecto a la importancia de la política, pero innegable es la total despreocupación de los políticos por intentar captar su atención. El espectáculo que estamos presenciando estos días en Badajoz, mi ciudad, no deja de resultar algo bochornoso. Un candidato que quiere debatir, el otro que se niega porque le insultaron. Este tipo de acciones consiguen que los jóvenes no solo no se preocupen por el panorama político, sino que ni siquiera se lo lleguen a tomar en serio. Con todos mis respetos, lo del 'Ciudadano Vegas' suena un pelín a cachondeo. Y lo de Miguel Celdrán negándose a debatir porque Vegas le llamó borracho, con otras palabras, parece más propio de una comedia española de Pajares y Esteso. Solo falta que nuestro alcalde se anime con lo de los títulos cinematográficos y se haga un cartel que rece 'Uno de los nuestros' y ya tenemos montada la película. Creo que Vegas y Celdrán están muy equivocados. Sus colegas, que luchan por hacerse con la región, Vara y Monago, también. No se soluciona nada visitando barrios abandonados a su suerte cuando las elecciones están al caer, ni echándole en cara a tu oponente que lo haga o no, tampoco se consigue nada dando por hecha una victoria basada en estadísticas, sin molestarte en conocer la realidad de los ciudadanos. Los medios de comunicación también están obrando mal. No se puede emitir una entrevista de un candidato (Vara en este caso) en horario de 'prime time' y pretender que su oponente (Monago) haga lo propio a horas donde lo normal es estar descansando y no viendo la televisión.

Los jóvenes estamos hastiados, aburridos y cabreados. Los jóvenes necesitamos sentir a nuestros políticos cerca. Queremos estar con ellos. Hacerles partícipe de nuestras necesidades, nuestras preocupaciones, nuestros problemas, nuestras ideas, en definitiva, explicarles lo que ronda por nuestras seseras. Y ellos deberían estar ahí, con nosotros, para ayudarnos, para aconsejarnos, para trazarnos el camino. Ofreciéndonos apoyos, alternativas, ideas, nuevas metas para mejorar. No es suficiente con tener presencia en las redes sociales, de las que ya he tratado su gran importancia y funcionalidad, también es necesario estar ahí, en persona, cara a cara. Desde mucho antes incluso de tener la edad suficiente para votar. Los jóvenes no solo queremos dinero y trabajo, que también, ansiamos vivir más y mejor; necesitamos sentir que existen quienes de verdad trabajan y se preocupan por y para nosotros. Y ya sé que es duro, y la política exige mucho, pero ser joven a día de hoy tampoco es nada fácil, se lo garantizo.

Hablo para los más jóvenes, colegas. Hoy escribo para vosotros más que nunca. ¡Por el Cetro de Ottokar, no dejéis que nos mangoneen, que nos utilicen! Seamos algo más que carne de voto joven. No os dediquéis a 'pasar' y a votar lo que os dicten vuestros 'papaítos'. Si os creéis tan mayores para ciertas tonterías tenéis que apechugar necesariamente con las cosas serias. Sabed que los antiguos griegos, que tenían bastante más de dos dedos de frente, a quienes no se preocupaban por la política los llamaban 'idiotés' que significa persona aislada, preocupada por las pequeñeces de su hogar. Ni que decir tiene que de tal vocablo deriva nuestro 'idiota'. No seáis 'idiotés' mil rayos y truenos. Las explicaciones sobran.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

hoy Idiotés