Borrón y cuenta nueva
ENRIQUE FALCÓ
Domingo, 26 de diciembre 2010, 01:03
PARECE que fue ayer cuando, el primer domingo del año, quien suscribe se transportaba junto a ustedes hacia el portal de mi tierna infancia y adolescencia y les hablaba de mis discos y cómics favoritos, de Tintín, de Asterix, Mortadelo y tantos otros, y de lo importantes que fueron para la forja de mi carácter y personalidad. Doce meses después vuelvo la mirada atrás y no cabe sino preguntarme donde estará aquel sentido del humor e inocencia, que parece se haya agriado con el paso del tiempo.
Este 2010 ha sido un año terrible, muy duro para todos, harto difícil y complicado para las economías de diferentes rangos. Enrevesado para los empresarios, para los trabajadores, políticos; para todos en general. Pero aún así hemos logrado sobrevivir y ya va siendo hora de plantarle cara a este año, de mirarle a los ojos de tú a tú, y proceder al necesario y oportuno inventario anual de las diferentes sensaciones y buenos y malos sentimientos que nos ha proporcionado.
Hoy, 26 de diciembre, recuperándonos aún de la masiva y desproporcionada ingesta de sólidos y líquidos, comienza la cuenta atrás hacia una nueva vida. Cual indulgencia plenaria, el paso del 31 de diciembre al 1 de enero se convierte en una especie de puerta mágica que nos abre la posibilidad de una nueva oportunidad. Algo así como borrón y cuenta nueva, y vuelta a empezar. Comenzamos no sólo un año, sino una década. ¿La década de los 10? ¡Que mal suena! ¿Verdad? Lo peor es que aún desconozco como se conoce a esta en la que aún vivimos. ¿La de los ceros?
Igualmente, estoy convencido de que para casi todos 2010 será una año para olvidar. Crisis. La maldita y fastidiosa palabra que ha sido compañera de viaje cada uno de los 365 días, y que sigue sonando de boca en boca, de medio en medio, y su rumor no escapa ni al viento más salvaje.
Mi menda es de la opinión de que las palabras se desgastan de tanto usarlas, y frases del estilo de 'por culpa de la crisis' han perdido y abandonado ya todo valor semántico, gramatical e incluso literario. Espero y deseo que en este nuevo año que se acerca imparable, pronunciemos de igual modo algunos otros términos como: estabilidad, recuperación, trabajo, salud, mejoría.
Dentro de algunos años, cuando todo haya pasado, ustedes también mirarán atrás y recordarán 2010. Es posible que quizás no les parezca ya para tanto y piensen aquello de 'tampoco fue tan malo'. Pero yo les ruego que no olviden, no dejen de recordar todo lo malo que nos ha pasado este año y ténganlo siempre presente en su cabeza, para que aprendamos cada día de aquellos errores que cometimos en el pasado, de todas las cosas que podían haber salido mal y tornaron incluso a peor. De aquellas acciones que hubieran paliado parte de los daños y no se llevaron a cabo. Piensen en ellas, reflexionen y nunca olviden, pues el olvido es el primer paso hacia el camino de la consecución del tropiezo reiterativo en la misma piedra, esa piedra desgastada, tan puñetera e incómoda, que siempre se nos cruza en el trayecto, como para recordarnos que todo lo que hicimos mal sigue ahí, esperando el mejor momento para volver a aparecer en nuestras vidas.
No quisiera despedirme, mis desocupados lectores, sin añadir alguna que otra nota significativa que aporte trazos de positivismo y buen rollo. Este año he tenido la inmensa fortuna de poder llegar hasta ustedes todos los domingos, sin faltar ni uno; estoy seguro de que más de una risa les he despertado, aunque solo haya sido de pensamiento. No ha sido otra mi intención que la de entretenerles y divertirles como buenamente he podido, aunque bien es cierto que también les he brindado momentos donde el derecho al pataleo o a la reflexión se convertían en protagonistas inesperados de mis tribunas. Les prometo que seguiré trabajando incansable para que en 2011 nos sigamos riendo y divirtiendo juntos, para que comiencen sus mañanas de domingo saboreando la primera taza de café con una sonrisa. ¡Y ustedes que lo lean! ¡Feliz 2011!