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¿Qué ha pasado este viernes, 5 de diciembre, en Extremadura?
Badajoz. Calle El Brocense, al fondo, Espantaperros. :: J. V. ARNELAS
REGIONAL

Rehabilitación, la asignatura pendiente

El exceso de burocracia a la hora de solicitar las ayudas, y la rigidez de las normativas municipales dificultan esta práctica muy extendida en EuropaEl 20 por ciento del parque de viviendas construidas en Extremadura es anterior a 1950; muy pocas de ellas han sido reformadas en los últimos años

ARCELY R. ROBUSTILLO

Domingo, 22 de agosto 2010, 14:57

Cuando un extremeño se plantea comprar una casa, entre una antigua y una de nueva construcción, casi siempre opta por la segunda. Al menos en la mayoría de los casos y, sobre todo, en las grandes ciudades de la región. Ubicadas casi siempre en los cascos antiguos, es habitual verlas deshabitadas durante años. Sólo unas pocas son rescatadas del deterioro que les ha ocasionado el paso del tiempo porque hacerlo es «costoso y engorroso».

La rehabilitación se ha convertido, según los expertos en la materia, en una de las asignaturas pendientes a nivel arquitectónico en una comunidad autónoma en la que el 20% del parque de viviendas construidas (573.796) fueron realizadas con anterioridad a 1950.

En la Unión Europea, la rehabilitación constituye una parte importante del sector de la construcción y llegó a alcanzar el 41% en 2008. En España, este indicador no supera el 25% , mientras que en países como Alemania se llegó al 62%.

Extremadura cumple con la tendencia española. En los grandes núcleos urbanos los habitantes prefieren 'emigrar' a la periferia a urbanizaciones en las que las promotoras edifican viviendas de nueva construcción antes que comprar un inmueble 'viejo' en el centro y tener que rehabilitarlo, con todo lo que ello conlleva.

La Junta y también el Gobierno central han decidido apostar por este tipo de iniciativa dotándola de ayudas económicas y ventajas fiscales para incentivar el sector de la construcción en tiempos de crisis. El Gobierno de Fernández Vara ha incrementado los límites establecidos por el Plan de Vivienda, Rehabilitación y Suelo de Extremadura (VRS). Hasta ahora beneficiaba a aquellos cuyos ingresos máximos fueran 4,5 veces el Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (la actualización del antiguo salario mínimo interprofesional), es decir, 32.215,98 euros. Ahora se eleva a 6,5 veces el IPREM, 47.978,64, por lo que permitirá un «mayor» número de subvencionados.

También, y con carácter extraordinario hasta el 31 de diciembre de 2011, se permite solicitar la ayuda a personas que tengan otra vivienda en propiedad, siempre que la rehabilitada sea el domicilio habitual y permanente. Respecto a las áreas de rehabilitación, si hasta ahora el Plan contemplaba una ayuda por vivienda del 30 por ciento para las urbanas, y del 25 por ciento para las integrales (zonas de especial protección) hasta el 31 de diciembre de 2011, estas ayudas se elevarán hasta el 35 y 30 por ciento, respectivamente.

Además, se establecerá una desgravación por rehabilitación en el tramo autonómico del 10 por ciento de los gastos, que se suma al 10 por ciento del Ministerio.

Sin embargo, estas medidas siguen sin ser lo suficientemente atractivas para los extremeños. Las dificultades burocráticas que entraña su solicitud, unidas a la poca flexibilidad de la normativa municipal, frenan todavía más la escasa iniciativa de los ciudadanos en materia de rehabilitación, según los arquitectos.

Eleuterio Sánchez Vaca considera que hay poco apoyo de las instituciones y de la Administración. «La gente se cansa de hacer papeleo y de recibir las ayudas cuatro años después de acabar la casa. Cuando se necesita el dinero es durante la construcción, cuando se está apretado. Porque estamos hablando de proyectos muy complicados, que siempre son más costosos que una obra nueva», señala el conocido arquitecto cacereño.

«Además, se une la poca flexibilidad de las normativas municipales y la problemática de construir en callecitas muy estrechas, que incrementan los precios para la empresa constructora y para el promotor. El metro cuadrado se encarece significativamente. Estamos encorsetados. Tendrían que ser mucho más permisivos en cuanto a la habitabilidad de los solares, por ejemplo, de las últimas plantas, con el tema de los áticos, que suponen uno de los principales atractivos de la zona centro», explica, por su parte Francisco Hipólito, arquitecto pacense con años de experiencia.

Desde hace una década se está intentando retomar la normalidad de los centros históricos y 'repoblarlos' de nuevo, pero Hipólito insiste en que sólo se ha logrado atraer a un determinado perfil de usuario. «Son los jóvenes, artistas, bohemios y enamorados de los cascos antiguos los únicos interesados en vivir en el centro de Badajoz, por ejemplo. La gente de mayor poder adquisitivo prefiere irse a vivir a cinco kilómetros a un chalet de nueva construcción con piscina, garaje y demás, en vez de escuchar el tañir de las campanas de la catedral. Lo normal es que aquellos que quieren gastarse 600.000 euros en una vivienda se vayan a Los Montitos o a las masificadas Vaguadas», opina Francisco Hipólito.

Sánchez Vaca también ve algunos 'brotes verdes' en esta parcela de la construcción que achaca a la crisis por la que atraviesa el sector. «Tengo la sensación de que la gente más joven sí que aprecia la casa antigua y han dejado un poco al lado la obsesión que hubo durante un tiempo por tener una casa adosada. Es bueno que se recupere esa sensibilidad, pero la rehabilitación es, sin duda, una asignatura pendiente importantísima en Extremadura».

La situación parece no ser la misma en todas las poblaciones, sin embargo. Así, Hipólito asegura que en Cáceres o Trujillo, con cascos históricos muy valorados y cuidados, la gente con posibilidades se hace con una casa en estas zonas. Sin embargo, en Mérida, Plasencia, Almendralejo o Badajoz no se valoran las cosas de igual forma. «Prueba de ello es la ubicación de los grandes hoteles en estas ciudades. En Cáceres, por ejemplo, se sitúan en el casco antiguo que funciona como reclamo, mientras en Badajoz, están todos junto al río», subraya Hipólito.

Para Sánchez Vaca la fórmula para recuperar los cascos antiguos pasa por aplicar fórmulas más inmediatas de ayuda a la rehabilitación y, por supuesto, ayudas más cuantiosas.

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