Borrar
Directo Directo | La Vera Cruz también cancela su salida, tercera suspensión del día en Cáceres
Con su sempiterno sombrero de paja, en su huerta. :: r.c.
El mesías de las plantas mágicas

El mesías de las plantas mágicas

El horticultor Josep Pàmies dice que el sida no existe y que el ébola se puede curar. Los científicos intentan impedir que hable en espacios públicos

INÉS GALLASTEGUI

Jueves, 7 de enero 2016, 08:02

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

En el pasado, los charlatanes llegaban en carro a una plaza y utilizaban la oratoria y algún truco de magia para embaucar al público. Ahora usan internet. Josep Pàmies es un horticultor catalán que, aparte de haber alcanzado cierta notoriedad judicial por arrasar campos de maíz transgénico y cultivar marihuana con fines medicinales, asegura que el virus de la hepatitis C y del sida no existen, que el cáncer se elimina con infusiones o que el ébola se cura en tres días con unas gotitas de su producto milagro, el dióxido de cloro, que hasta ahora era un modesto desinfectante para piscinas. «Es que los seres humanos somos agua en un 80%», justifica.

El personaje llega esta semana a Granada para animar a los ciudadanos a crear su propia farmacia, al margen de una sanidad «pervertida» por la OMS y secuestrada por los intereses «asesinos» de la industria farmacéutica y alimentaria. Asociaciones de científicos, divulgadores y escépticos han iniciado una campaña contra la celebración de su conferencia en el Teatro Municipal José Tamayo.

El payés leridano dice muchas cosas a través de la web de su empresa -en la que vende flores comestibles a restaurantes y plantas medicinales-, su blog ('Una Opinión Silvestre') y el de su asociación ('Dulce Revolución'). Y lo que dice puede resumirse en pocas palabras: la cura para la mayoría de las enfermedades está en los vegetales, pero a la pérfida «far-mafia» no le interesa curar, porque no es negocio, sino «cronificar» a los enfermos; por eso silencia los hallazgos de la 'medicina natural'. Tan poderosos enemigos lo tienen perseguido, amenazado y 'hackeado', asegura, explotando una cara de David contra Goliat que entusiasma a los 'conspiranoicos'.

De esa afirmación inicial se derivan otras muchas, a cada cual más extravagante. El dióxido de cloro, también conocido como «solución mineral milagrosa», está prohibido por la Agencia Española del Medicamento por su toxicidad, pero el herbolario catalán considera «escandaloso» que sus beneficios no se publiciten. «Las monjitas de Montserrat se lo dan a los niños moribundos en Kenia y ellos se curan de la malaria en horas», afirma Pàmies, quien admite no tener pruebas de lo que dice.

A él le sobran los ensayos clínicos. Frases como «Fulanito se curó de un cáncer terminal con kalanchoe, artemisia annua y diente de león» o «Menganito se quitó la diabetes con hojas de estevia» son, a su juicio, tan válidas como los estudios en los que los laboratorios invierten muchos años y millones en probar, con miles de personas, en qué dosis y condiciones un medicamento es eficaz, no tóxico y con efectos secundarios controlados.

Este mesías de la fitoterapia tampoco explica en qué se diferencian los perversos intereses económicos de las grandes corporaciones de los suyos -va de espíritu libre, pero al fin y al cabo es un vendedor-, o por qué las ONG dejarían morir a millones de niños de ébola, sida o malaria teniendo la supuesta cura al alcance de la mano, solo por favorecer a la industria. «Perderían sus ayudas», aventura.

Vende miedo

Para José Miguel Mulet, profesor de Biotecnología en la Universidad Politécnica de Valencia, autor del libro 'Comer sin miedo' y del blog 'Tomates con genes', lo que hace Pàmies «no es libertad de expresión, sino intrusismo», porque en su blog «da consejos médicos que, además, no tienen ningún sentido». Recuerda que «cuando uno toma plantas se está medicando a ciegas, porque el principio activo puede cambiar -no conoces la dosis- y porque pueden contener otros compuestos con efectos contraproducentes». Es decir, si te duele la cabeza, es más segura una aspirina que una infusión de hojas de sauce, de las que se extrae el ácido acetil-salicílico.

El nutricionista Aitor Sánchez, investigador en la Universidad de Granada y bloguero ('Mi Dieta Cojea') cree que lo que este señor vende es miedo: «Él dice que la industria alimentaria nos envenena con químicos y eso no es verdad: todo lo que comemos pasa controles de seguridad. La gente enferma porque lleva una mala dieta».

José Manuel López Nicolás, profesor de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Murcia y divulgador a través de su blog 'Scientia', no comprende que centros educativos y sociales cedan su púlpito para la divulgación de falsedades que pueden inducir a una persona enferma a abandonar un tratamiento médico en favor de una presunta terapia ineficaz o, peor aún, peligrosa: «Lo mejor que te puede pasar con las pseudociencias es que te estafen y lo peor, que te maten».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios