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ETA anuncia el «cese definitivo» de la violencia
fin a 51 años de terror

ETA anuncia el «cese definitivo» de la violencia

La banda terrorista asume la hoja de ruta marcada en la conferencia de San Sebastián y señala su compromiso "claro, firme y definitivo" para "superar la confrontación armada"

MELCHOR SÁIZ-PARDO

Viernes, 21 de octubre 2011, 12:36

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ETA echa el cierre definitivo a una historia negra de 52 años de terrorismo, 829 asesinatos y miles de heridos. Punto y final. La organización terrorista, derrotada y más débil que nunca, hizo el anuncio más esperado de las últimas décadas de la historia de España: el "cese definitivo de su actividad armada" sin que medie ninguna contrapartida. Aunque los encapuchados no comunicaron la desaparición oficial ni la disolución ni el desarme de la organización, por primera vez los pistoleros no ponen condiciones ni amenazas. Lo dejan porque -argumentan- es "tiempo de mirar al futuro con esperanza". "Frente a la violencia y la represión, el diálogo y el acuerdo deben caracterizar el nuevo ciclo", dicen con un lenguaje desconocido en sus escritos.

336 palabras exactas que firman el epílogo de la última organización terrorista activa en Europa y que fueron celebradas, con algunas excepciones, por todos los agentes políticos y sociales. José Luis Rodríguez Zapatero habló de "victoria de la democracia, la ley y la razón". Mariano Rajoy reconoció el "paso definitivo" de la banda, sin que hayan mediado "ningún tipo de concesión política". Alfredo Pérez Rubalcaba llamó a "celebrar la gran victoria de la democracia". La voz más crítica vino de las víctimas del terrorismo, que vieron en el anuncio un "teatro" y lamentaron que los terroristas no anuncien su desaparición definitiva y no pidan perdón.

El esperadísimo comunicado llegó a través de un vídeo remitido simultáneamente a los diarios Gara y Berria y a la cadena BBC británica a las siete de la tarde. Con una terminología mucho menos dura que en anteriores comunicados, en castellano y en euskera, tres encapuchados, se comprometieron en nombre de ETA a no volver a retomar las armas jamás como prueba de su "compromiso claro, firme y definitivo" para la "superación de la confrontación armada". Eso sí, hacen un "llamamiento", no una exigencia, a los Gobiernos de España y Francia para que abran "un proceso de diálogo directo" con la organización para analizar las "consecuencias de la confrontación armada", un eufemismo con el que la banda se suele referir al futuro sus más de 700 presos y de las decenas de huidos en el extranjero, principalmente en Sudamérica y suelo galo.

ETA no habla de su disolución -nadie lo esperaba-, no menciona su desarme, ni obviamente usa el término rendición, pero para todos los responsables de la lucha antiterrorista el comunicado es lo más cercano a esos términos que puede salir de la boca de los activistas y recuerdan que tampoco el IRA irlandés nunca ha declarado oficialmente su fin. Esos mismos expertos destacan que la contundencia del comunicado parece descartar posibles escisiones o que sectores minoritarios puedan seguir la lucha armada.

La banda, que hasta ahora había considerado la autodeterminación de Euskadi como condición sine qua non para desaparecer, no supedita a nada su abandono de las armas y en ningún momento insinúa la posibilidad de retomar la senda de la violencia si no se cumplen sus expectativas. Los encapuchados, es cierto, apuntan "la necesidad de un reconocimiento de Euskal Herria y el respeto a la voluntad popular", pero no reclaman expresamente el famoso referéndum. Tampoco hacen mención explícita a la anexión de Navarra ni a las tres provincias vasco-francesas, olvidando así otra de sus reclamaciones históricas, aunque su alusión a Euskal Herria pudiera entenderse así.

Hoja de ruta

El comunicado de ETA, que llega diez meses y diez días después de que la banda hiciese "permanente" su alto el fuego, incluso, es en muchos aspectos menos reivindicativo que la propia declaración de la conferencia internacional celebrada el pasado lunes en San Sebastián, la cumbre que ha puesto puente de plata a la banda terrorista para su esperado anuncio de final definitivo de la violencia. Siguiendo al pie de la letra la hoja de ruta diseñada por la izquierda abertzale para la escenografía del fin de la actividad de ETA, los portavoces de la organización terrorista dan a entender que esa conferencia (a la que el martes siguió la petición de la propia izquierda abertzale para declarar ese cese) y la presión internacional han terminado de convencerles para dejarlo manera irreversible.

El texto, de hecho, aplaude ese encuentro auspiciado por el Premio Noble Kofi Annan, el ex'premier' irlandés Bertie Ahern y el líder del Sinn Féin Gerry Adams, entre otras personalidades. ETA dice que la cumbre del Palacio de Aiete y sus conclusiones son "los ingredientes para una solución integral del conflicto". Esa conferencia, a la que el martes dieron su apoyo Tony Blair, Jimmy Carter y George Mitchell, es la que hizo suyas todas las peticiones de la izquierda abertzale y, de paso, cumplió con una de las demandas que ETA siempre ha planteado: la verificación internacional del fin la violencia.

En su histórica declaración, los terroristas no hacen autocrítica. Ni un amago de reconocer algún error en su medio siglo de sangrienta trayectoria. Ni mención al sufrimiento creado. Ni un atisbo de pedir perdón a las víctimas de sus atentados. ETA, en su adiós, solo se acuerda de los suyos, de que la "crudeza de la lucha se ha llevado a muchas compañeras y compañeros para siempre" y que "otros están sufriendo la cárcel o el exilio".

El próximo Gobierno

El comunicado del 20 de octubre, más allá de certificar el fin de la violencia, es además el banderazo de salida de un proceso sobre el fin de definitivo de ETA que se presume larga y que gestionará el Gobierno que salga de las urnas el próximo 20 de noviembre. El PSOE y el PP pactaron ya hace meses que solo se sentarían a hablar con ETA después de que la banda anunciase su fin. Aunque técnicamente, los terroristas no han hecho pública su disolución, populares y socialistas consideran que el "cese definitivo de la actividad armada" es un paso suficiente para iniciar unos contactos, que, en cualquier caso, no tendrán lugar hasta 2012 y en los que, en principio, se descarta la intermediación internacional tan demandada por la propia ETA y su entorno político.

Aunque la izquierda abertzale considera que el fin de la violencia debe llevar emparejado automáticamente la legalización de su partido, Sortu (cuya inscripción en el registro pende de la decisión del Constitucional), PP y PSOE quieren que las conversaciones traten exclusivamente sobre los presos y, en su caso, sobre el retorno de activistas huidos al extranjeros sin causas en España, según explicaron responsables de la lucha antiterrorista. El anuncio del cese de hoy no llevará a ningún tipo de amnistía, insisten estas mismas fuentes.

Si los reclusos de la banda no piden individualmente perdón a sus víctimas, aceptan hacer frente a sus indemnizaciones y colaboran con la justicia, sobre la mesa solo van a estar los acercamientos al País Vasco y las excarcelaciones por motivos humanitarios, ya que el Código Penal hace ilegal cualquier beneficio penitenciario con los terroristas que no rompan de manera fehaciente con ETA.

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