El palacio de Los Stones en Madrid

Aunque se haya hecho un pacto con el demonio contra el paso del tiempo, llegados los 70 años hay que dormir bien o no se rinde. Por eso, cuando el bisabuelo Mick Jagger salte esta noche al escenario del Santiago Bernabéu a incendiar a sus 54.000 almas, estará descansado. Y si no han dormido, será porque él, y Richards, y Wood y Watts, que entre todos suman 278 años, no han querido, pues se cuenta que se alojan entre los algodones del hotel Villamagna del Paseo de la Castellana, la nueva opción hotelera con la que han dado una tregua a su residencia habitual, el lujosísimo hotel Palace, frente al Congreso de los Diputados.

El legendario hotel de la Carrera de San Jerónimo, con sus mozos con gorras de plato, su cúpula de vidriera y toda su deliciosa carga histórica se ha quedado solo esta vez. Los Stones han cedido a la moda y a la modernidad del Villamagna, una mole del lujo XXL que despliega sus puertas en el Paseo de la Castellana, un lugar menos glamuroso pero que seduce a esos viajeros del mundo para los que la factura no es un problema.

Es de suponer que sus satánicas majestades (una de ellas tomó ayer café en el Ritz, otro cinco estrellas de lujo) podrán descansar, por ejemplo, en la suite real, que tiene un tamaño como para organizar un concurso hípico: 300 metros cuadrados. Es, literalmente, la cima del mundo. Está en el ático, ofrece un salón con un piano de cola y un comedor para 10 comensales, despachos, dos baños alicatados de mármol italiano, spa y baño turco, tres camas como tres plazas de toros, gimnasio, cocina con cocinero, masajista y una terraza a la Castellana de 120 metros cuadrados. Se desconoce si han exigido al hotel algún capricho, pero a Keith Richards podrían hasta instalarle un cocotero para hacer sus acrobacias. El hotel, que no confirma ni desmiente la noticia, ha tomado la delantera en cuanto al alto standing después de haber invertido 50 millones de euros en una remodelación que lo convirtió en 2009 en el hotel con más suites de Europa (50).