Extremadura no incluye el panga en el menú que se da en los comedores escolares

El panga no forma parte de los menús que más de 13.000 escolares extremeños, de 3 a 11 años, comen cada día de lunes a viernes en los colegios. Ni en los 25 de gestión directa de la Consejería de Educación, ni en los 62 de los que se ocupan las asociaciones de padres y madres de alumnos (ampas) y entre los que están incluidos los concertados.

Tampoco en los 177 adjudicados a empresas de catering la inmensa mayoría a Serunion durante el pasado verano. En concreto, deja claro Educación, «porque en el pliego de condiciones del contrato la consejería puso como requisito que el pescado que se sirviera en los menús escolares debía proceder del mar, precisamente, para evitar que se incluyera el panga (que es de río) por los problemas medioambientales que presenta esta especie».

Además, el departamento que dirige Esther Gutiérrez garantiza que tanto los 264 comedores escolares que este año están funcionando como las 186 aulas matinales que hay en los centros docentes, y en las que únicamente se sirve el desayuno, se someten a controles por parte de los técnicos de la Consejería de Sanidad.

Extremadura, por eso, se mantiene así fuera de la polémica que de nuevo envuelve al panga. No porque este pescado blanco no sea comestible, sino por la contaminación que hay en el delta del río Mekong, en Vietnam, donde se cría, en condiciones higiénicas y medioambientales en entredicho debido al uso de productos agroquímicos.

Carrefour ha puesto sobre la mesa de nuevo la polémica después de que el martes anunciara que va a dejar de vender panga en sus hipermercados y supermercados en España, en línea con la decisión adoptada por el grupo francés en otros países europeos como Francia o Bélgica. El motivo son las dudas sobre los mecanismos de control de las granjas donde se cultiva para evitar que los residuos contaminen sus aguas.

Un día después la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa) ha pedido al Gobierno que prohiba el panga en los comedores escolares «en defensa del derecho a una alimentación sana y saludable de los menores». En una carta dirigida a los Ministerios de Sanidad y Educación, Ceapa exige la eliminación del panga, la tilapia y otros pescados similares en los comedores escolares. Considera que una decisión como la adoptada por las multinacionales de la alimentación «no es habitual» y se debe a muchas más razones que las esgrimidas, informa Efe.

Al mismo tiempo asociaciones de padres y madres de alumnos de diversas provincias del país han iniciado campañas varias para lograr que no se dé panga a sus hijos en los colegios. A pesar de que el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad confirma que hasta el momento España no ha recibido ninguna alerta sanitaria ni alimentaria en relación al panga, pese a las dudas surgidas sobre la calidad de este pescado.

Desde Freapa

El grupo Serunion, que se encarga de la comida diaria de 2.100 colegios de todas las comunidades autónomas (más del 80 por ciento públicos) y entre ellos la mayoría de los extremeños que tienen servicio de catering, ha indicado que ha decidido sacar el panga de los menús como respuesta a la demanda social. Aunque en gran parte de las autonomías, como es el caso de Extremadura, también ha aclarado, es algo que acordó «hace ya tiempo», porque los pliegos de los concursos así lo exigen. Y en el resto de regiones, «que son casos residuales», desde ayer.

«Nosotros hace tres años que ya dijimos, en una nueva polémica surgida en torno a este pescado, que no se consumiera, que no se incluyera en el menú de los colegios y así se está haciendo; por eso nos alegramos, porque los menores son un grupo de riesgo», afirma Joaquín León, presidente de la Federación Regional Extremeña de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (Freapa) y también licenciado en Ciencia y Tecnología de los Alimentos. «Por eso considero que Carrefour ha hecho muy bien en dejar de vender panga y que sería positivo que el resto de grandes superficies siguiera sus pasos».

Para Joaquín León, «los residuos químicos que hay en este pescado, fruto de la contaminación de los ríos donde se cría y donde no se dan los controles precisos de calidad, permanecen y llegan a los organismos que los consumen».