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Trabajadores de la Junta de Extremadura, en Mérida:: BRÍGIDO
Los extremeños no fichan a la europea

Los extremeños no fichan a la europea

La flexibilización laboral solo se plantea en algunos departamentos de la Administración, donde se aspira a que primen los objetivos sin horarios férreos

J. López-Lago

Domingo, 22 de mayo 2016, 00:37

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Cuando a principios de abril Mariano Rajoy dijo en Sevilla que haría lo posible para que los españoles dejáramos de trabajar a las seis de la tarde, la mayoría de extremeños seguramente se preguntó ¿cómo piensa hacerlo?

El presidente del Gobierno en funciones prometió un gran acuerdo para racionalizar horarios, pero a nadie se le escapa que en Extremadura son demasiadas las personas que viven de la hostelería, el comercio o el campo, tres sectores que no admiten un cerrojazo a media tarde.

Docentes, banca y Administración Pública son los tres grandes sectores que afrontan el trabajo como una jornada continua, sin parones prolongados a mediodía. Por contra, no existen empresas extremeñas de relevancia que hayan decidido europeizar su jornada laboral adelantándose a la idea de Rajoy.

Y salvo la plantilla dedicada a la producción en algunas industrias de la región, la cual se organiza por turnos, los profesionales dedicados a vender el producto desde la oficina tienen que tener en cuenta los horarios de otros países si tratan de exportar al extranjero, un factor a tener en cuenta en aquellas compañías internacionalizadas, donde no conviene dejar vacía la empresa más de la mitad del día.

Este aspecto lo confirma Luis Fernando de la Morena, responsable de Imedexsa, una de las grandes industrias de la región. Situada en las afueras de Cáceres junto a la A-66, da empleo a unas 200 personas. Se dedican a los perfiles metálicos y en estos momentos envían material a 47 países. «Hemos ido creciendo y esto significa adaptarse a las circunstancias explica de la Morena pero en Latinoamérica empiezan a trabajar a las 13 horas y acaban a las 22 horas. Mi opinión es que, cuantas menos horas de trabajo para sacar adelante la producción, pues mejor. E intento adecuar medios productivos, mejoras en los sistemas y procesos, pero lo de trabajar hasta las seis de la tarde pueden hacerlo los que pueden. Si tratas con Latinoamérica debes tener el horario de Latinoamérica».

357.000 ocupados

Las estadísticas oficiales de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) confirman que los españoles trabajan 280 horas más al año que los alemanes, modelo europeo de eficiencia, los suecos o los franceses. Y hay más. Diversos estudios avalan que adecuar la jornada laboral al horario europeo aumentaría la productividad española y reduciría el absentismo. En la práctica, los españoles salen del trabajo a las ocho, los alemanes a las cuatro y media, en Francia se van a las cinco y en Italia, a las seis. Lógicamente, como en España, la organización de la jornada laboral varía en función de la actividad.

En Extremadura, según la última Encuesta de Población Activa, hay 357.500 personas ocupadas, de las cuales 260.300 pertenecen al sector Servicios. Esto da a entender que a muchos empleados no les queda más remedio que adaptarse al público y por tanto partir su jornada en mañana y tarde.

Si desagregamos estas cifras por actividades, la EPA habla de 5.400 personas dedicadas a actividades financieras, personas que trabajarían en la banca y que en su mayoría tienen la tarde libre. Esto rebaja a 254.900 los profesionales del sector servicios que trabajarían mañana y tarde. Si a esta cifra le restamos los 86.000 asalariados de la Administración Pública (13.300 pertenecen a la administración estatal; sobre 25.000 a la administración local; 2.925 a la Universidad de Extremadura; y 44.849 a la Junta, según el Ministerio de Administración Pública) aún quedan 168.900. Esto significa que casi la mitad en torno al 47% de las personas que trabajan en la región tienen jornada continua.

La Junta quiere reactivar el teletrabajo

  • El teletrabajo consiste en realizar gran parte del trabajo desde casa y trata de propiciar la conciliación. La Junta de Extremadura puso en marcha en la anterior legislatura un programa experimental. Fue en 2012 y aquel ensayo estuvo destinado a funcionarios de carrera. Hubo 28 solicitudes y finalmente participaron 21 personas, incluida una mujer embarazada. La experiencia piloto iba a durar un seis meses y luego se prorrogó seis meses más. Según indican desde la Junta de Extremadura, hubo una comisión de evaluación cuyos informes no fueron negativos, por eso desde la Junta no descartan reactivar el teletrabajo. Sin embargo, desde Comisiones Obreras opinan que esto requiere de un esfuerzo extra para mejorar este último experimento. «Se puede potenciar, pero debe aplicarse a más gente, no solo a unos pocos. Y además hay que tener en cuenta que teletrabajar no es solo llevarte los papeles a casa, hay que dotara los trabajadores de equipos, marcar objetivos y muchas más cosas», señala Marisol Salazar, de la federación de Servicios a la Ciudadanía de este sindicato.

En otros casos, como en las grandes industrias, hay procesos de producción donde no se puede parar pues no es eficiente reiniciar determinada maquinaria. Valga el ejemplo de las factorías del Grupo Gallardo de Jerez de los Caballeros o Alconera, donde se trabaja en tres turnos que cubren las 24 horas del día.

Ocurre igual en la planta que tiene la empresa alemana Deutz en Zafra. En esta instalación dedicada al mecanizado y montaje de componentes para motores trabajan en la actualidad 400 personas.

Hay un primer turno de seis de la mañana a dos de la tarde. Otro de dos de la tarde a diez de la noche, y un tercero desde esta hora hasta las seis de la mañana, horarios que afectan a la mayoría de la plantilla

«En el caso del personal de oficinas (unas ochenta personas) hasta que llegó la nueva gerencia en 2012, se entraba a las siete a hasta las tres de la tarde horas, y ahora se ha transformado en un horario de ocho a cinco de la tarde con una hora para comer para dar cobertura a más parte del día. En algunos casos se puede entrar una hora más tarde y salir una hora después. La transformación ha sido paulatina, y se ha asumido bien porque afecta a gente que tiene una responsabilidad y lo entienden. Se debe a que las empresas se han ido internacionalizando y las franjas horarias no coinciden en muchos países. En Asia y Estados Unidos hay desfases de entre cinco y ocho horas. «Si te vas a las tres de la tarde, para ellos son las diez de la mañana. En nuestro caso el contacto es casi siempre con Alemania, donde es la misma hora», explica Ildefonso Expósito, director de recurss humanos de Deutz en Zafra.

A esta masa laboral específicamente ubicada en el sector industrial más puro, y que en Extremadura no es demasiado representativa, habría que añadir los trabajadores que generan otros entornos de trabajo como los polígonos, probablemente las zonas más madrugadoras de cada localidad.

Es cierto en los de las tres principales ciudades extremeñas El Nevero en Badajoz, El Prado en Mérida y Las Capellanías en Cáceres hay una actividad variada, pero por lo general a partir de las seis o las siete de la tarde comienzan a vaciarse. Solo en estos tres polos industriales se estima que trabajan entre 12.000 y 15.000 personas.

El resto está en el campo, en la construcción (normalmente solo en verano se trabaja únicamente por la mañana), talleres, oficinas, despachos de abogados, asesorías y comercio, donde tienen jornada partida, lo que obliga a aquellos profesionales que son padres y madres a depender de una variada oferta de actividades extraescolares o de los servicios de abuelos o canguros para atender a los hijos cuando aún son pequeños.

Sobre estas certezas se quiere abordar la racionalización de la jornada laboral. En estos momentos, salvo la promesa de Rajoy que nadie sabe aún cómo se articularía, solo en la Administración Pública se podría hoy abordar una racionalización de horarios, confirman en los sindicatos CSIF, Comisiones Obreras y UGT.

Llegar después, irse después

En realidad, el personal funcionario de la Administración Autonómica ya tiene un decreto (el 149/2013, de 6 de agosto), por el que se regulan la jornada y horarios de trabajo, los permisos y las vacaciones. Este texto revisa las normas de 2006 y se basa en compensar la ley del gobierno central del verano de 2012, que entre otras cuestiones impuso las 37 horas y media semanales.

El decreto de la Junta que entró en vigor un año después ya hablaba de flexibilizar los horarios. Fija una franja obligatoria desde las 9 a 14 horas de lunes a viernes, y permite que las doce horas y media que sobran puedan repartirse entre las 7.30 horas y las 19 horas de hasta el jueves, y hasta las 15.30 horas los viernes; o cómo se recuperaría el tiempo dedicado como servicios extraordinarios en sábados y domingos, así como la vacaciones, entre otras cuestiones de organización de la jornada

Ahora se avecinan novedades. La Junta de Extremadura ha empezado a trabajar sobre medidas de flexibilización de la jornada de trabajo de los empleados públicos del ámbito de la Administración General, acerca de lo cual ya existe un borrador, que contiene las aportaciones que ha hecho cada consejería. Como antecedente figura la promesa electoral que el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, depositó ante notario. Aquel documento, en su punto 19, hablaba de negociar con los sindicatos de la función pública «un nuevo contrato de conciliación».

Bajo este epígrafe se habla de la posibilidad de negociar la jornada semanal y diaria con un límite mínimo de cinco horas diarias; la posibilidad de acumulación de horas con el límite máximo de diez horas diarias, con el objetivo de poder incrementar los días de asuntos propios compensando el exceso de horas realizadas; y posibilitar el sistema mixto de realización de jornada, con parte presencial y parte a través de teletrabajo.

Según la Consejería de Hacienda y Administración Pública de la Junta de Extremadura, tras el reparto del borrador a los sindicatos, queda citarlos a una Mesa denominada de Administración General y Comisión Negociadora.

En cuanto al teletrabajo, que consiste en realizar gran parte del trabajo desde casa, la Junta de Extremadura puso en marcha en la anterior legislatura un programa experimental. Fue en 2012 y aquel ensayo estuvo destinado a funcionarios de carrera. Hubo 28 solicitudes y finalmente participaron 21 personas, incluida una mujer embarazada. La experiencia piloto iba a durar seis meses y luego se prorrogó seis meses más. Según indican desde la Junta de Extremadura, hubo una comisión de evaluación cuyos informes no fueron negativos, por eso desde la Junta no descartan reactivar el teletrabajo.

Sin embargo, la reivindicación prioritaria que tienen los sindicatos es volver a las 35 horas semanales, una cuestión que los ejecutivos autonómicos no pueden abordar al depender de una normativa estatal.

Benito Román, presidente de CSIF-Extremadura, cree que en el ámbito laboral «estamos obsesionados con el cumplimiento de horarios, y lo que hay que concentrarse es en la consecución de objetivos». Este sindicatos es el de mayor representación entre los funcionarios extremeños, y entre sus objetivos está, dice Román, «una administración pública eficaz y solvente gracias a una flexibilización de horarios salvo en puestos que haya que estar de cara al público». Para Román, los cambios vendrían por dar al trabajador la posibilidad de que organizara su propio horario, y facilitar opciones encaminadas a la conciliación. Un ejemplo: si una persona que tiene una jornada de ocho de la mañana a tres de la tarde optara por llevar a su hijo al colegio y tuviera que llegar a las nueve y cuarto de la mañana después podría marcharse a las cuatro y cuarto de la tarde.

«Vivimos en una cultura laboral en la que parece que los horarios tengan que ser inamovibles cuando lo que debemos es ser eficientes y cumplir objetivos porque flexibilizando los horarios se consigue mejorar la calidad de vida de las personas, se potencia la corresponsabilidad en el reparto de tareas domésticas y cuidado de personas dependientes, se favorece la igualdad entre hombres y mujeres, se reduce el absentismo laboral, se aumenta la productividad de la empresa y mejora el clima laboral».

Todo esto lo recoge el borrador de la Junta de Extremadura, del cual CSIF comparte la mayoría de sus puntos, pero el sindicato se niega, dice su responsable, a que la Junta lo imponga de manera unilateral, por eso Román pide que sea negociado con los sindicatos antes de que pudiera entrar el vigor.

Este documento que aún es borrador habla además de un disfrute fraccionado de los días de asuntos particulares, siempre y cuando las necesidades del servicio lo permitan. También contempla que en el caso de enfermedad de un hijo o persona sujeta a guarda legal, menor de doce años , o discapacitado que le impida ir al colegio, los empleados públicos podrán disminuir su jornada de trabajo hasta en 40 horas por año natural, con carácter recuperable dentro de los cuatro meses siguientes.

Además, se contempla una bolas horaria para asuntos personales de hasta 30 horas al año; o incluso cuando los hijos estén empezando a ir al colegio acomodar el horario al inicio escalonado de las actvidades lectivas, unas horas que luego habrían de recuperar en los cuatro meses siguientes.

En cualquier caso, la principal demanda sindical ahora mismo en el seno de la función pública es el retorno a las 35 horas semanales desde que ésta subió a 37 y media en 2012 con el Real Decreto de estabilidad financiera. Román recuerda que el presidente de la Junta de Extremadura incluyó esta promesa durante su campaña, por eso ya han recabado, asegura, 7.000 firmas para hacérselas llega, un cambio que en CSIF reclaman que también alcance al sector privado.

Para Teodoro Casares, secretario de formación y empleo de UGT-Extremadura, efectivamente es más fácil flexibilizar la jornada laboral en el ámbito de la administración pública que en el sector privado.

También pone por delante primero la reducción de la jornada de los empleados públicos y después la flexibilización. «Ahí lo que reivindicamos son las 35 horas semanales, y a partir de ahí abordar la conciliación de la vida personal y laboral».

Respecto a la empresa privada Casares opina que los cambios en esta parcela siempre van vinculados a los convenios colectivos. «No podemos establecer de un plumazo que todos entren o salgan a una determinada hora. Cada empresa tiene sus características propias. Las hay que van a turnos, unos con jornada de mañana y otros partida. Y estas cuestiones los sindicatos queríamos tratarlas en negociación colectiva, una herramienta que los sucesivos gobiernos se han cargado con sus reformas laborales permitiendo descuelgues de convenios. En Extremadura, por los sectores que predominan, no abogamos por una jornada concreta, por ejemplo el campo están a jornada completa durante dos meses, y en otra época solo por la mañana».

Marisol Salazar, de la Federación de Servicios a la Ciudadanía de Comisiones Obreras, recuerda que ya está establecida la flexibilización de la jornada dentro de una franja obligatoria dentro de la Junta de Extremadura. «El problema señala es que no se puede aplicar en todos los centros. Depende de los servicios que prestes, por ejemplo en una residencia de mayores sería imposible que cada uno haga su horario y garantizar la atención. Esta flexibilización sirve sobre todo en servicios administrativos».

Según dice, el borrador que está en marcha para avanzar en la flexibilización habla de reducir jornada reduciendo retribuciones, por lo que no es lo que se espera. En cualquier caso, están esperando a matizarlo en mesa de negociación, y nosotros en CCOO trabajamos en más propuestas de las que la Junta plantea.

Como sus colegas sindicales de UGT y CSIF, la principal reivindicación de CC OO es recuperar las 35 horas semanales. «Cualquier medida se habla, pero esto está por delante», dice tajante instando a que el gobierno autonómico reclame al gobierno central a que retire la medida.

Tener la hora como Portugal

En realidad la propuesta estrella del PP de Rajoy para la próxima legislatura si consigue gobernar incluye, además de salir a las seis del trabajo, volver al huso horario de Reino Unido y Portugal, además de un banco de horas para que los padres puedan ir a reuniones del colegio de sus hijos. Lógicamente, esa racionalización de horarios que el presidente se comprometió a promover habría que conmensuraba con agentes económicos sociales y excluiría a muchos servicios públicos y empresas que requieran turnos nocturnos. Lo de adelantar la hora es una reivindicación vieja y se resume en ajustar los relojes españoles a las horas de luz, pues ahora cuando el sol está en su punto más alto (hora solar) el reloj marca las 13.30 horas.

Esto lo provocó Franco. Al acabar la Guerra Civil en 1939, el caudillo optó por sacar al país del huso horario que le correspondía por su situación geográfica, la del meridiano de Greenwich, como Portugal y Reino Unido, para adoptar el de Alemania e Italia, el GMT+1 que en verano se convertiría en el GMT+2. Esta herencia la asumió la democracia cuando llegó en 1977 y el resultado es que a día de hoy provoca retrasos en la hora de comidas y cenas e incluso en el inicio del prime time televisivo, el arranque de los programas estrella y de máxima audiencia, a partir de las 22.30 y su conclusión ya superada la medianoche, algo que solo ocurre en España y que se quiere empezar a corregir.

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