El número de turistas que llegan al Monasterio no deja de crecer

Es martes, día laborable, y el aparcamiento del Monasterio de Yuste está lleno. Decenas de coches y dos autobuses estacionados junto a la entrada esperan a los excursionistas que están dentro, recorriendo las estancias del lugar que Carlos V eligió para retirarse.

El espacio, catalogado como Real Sitio, recibe cada vez a más turistas. Fueron 79.885 en el año 2014, y 87.143 en 2015. Es decir, un incremento del nueve por ciento en un año, casi tres puntos superior al experimentado por el conjunto de los Reales Sitios, entre los que el más visitado es el Palacio Real de Madrid (más de 1,3 millones de personas pasaron por él el año pasado).

No obstante, el nueve por ciento de crecimiento anual registrado por el Monasterio de San Jerónimo de Yuste se queda pequeño comparado con el tirón que las visitas han experimentado en lo que va de año. Durante el primer trimestre fueron 21.274, frente a los 12.186 del mismo periodo del ejercicio pasado, es decir, una diferencia de más de nueve mil personas. O lo que es lo mismo, un incremento del 75 por ciento, según los datos facilitados por Patrimonio Nacional, el organismo público responsable de los bienes de titularidad estatal procedentes del legado de la Corona española.

Para calibrar en su justa medida esta subida hay que tener en cuenta un factor importante: la Semana Santa, una de las épocas del año en las que el monumento recibe a más turistas. Este año ha caído en marzo, mientras que en el 2015 fue en abril. La influencia de este hecho sobre la estadística es clara, aunque probablemente no hasta el punto de justificar una subida tan grande.

Entre los factores que se citan a la hora de explicar esta evolución tan positiva está la proyección de la serie titulada 'Carlos V' (con el actor Álvaro Cervantes en el papel protagonista), que Televisión Española emitió el año pasado y que ayudó a que aumentara el interés por la figura del emperador. Algunas de las escenas de la serie se rodaron en julio del año pasado en el Monasterio, como recuerda bien Pablo Stepkowski. «Grababan por la mañana temprano, porque en esa época hacía calor, y normalmente a las doce habían terminado, así que la verdad es que no podemos decir que nos molestaran mucho». «Lo único de lo que me podría quejar es de que no me ofrecieron ningún papel, ni siquiera uno pequeño», dice entre risas el superior del Monasterio, que conoce bien la historia del lugar en el que el emperador murió en el año 1558.

El monje explica que la primera capilla erigida en Yuste honraba a la figura de San Pablo Primer Eremita, que también da nombre a la congregación a la que pertenecen los cuatro monjes que habitan el Monasterio. Aunque su caso, el nombre no le viene por el Primer Eremita, sino por el apóstol.