Seve, maestro cervecero

Seve regentaba un bazar en Quintana hasta que se hartó de la tienda y se metió de lleno en el mundo de la cerveza. Aprendió a elaborarla en los foros de Internet, entró en contacto con otros cerveceros artesanales y acabaron montando la Asociación de Cerveceros Caseros de España, que hoy tiene más de mil socios.

«Cuando empecé, entre 2004 y 2008, era yo el único extremeño. Aquí, la gente se reía de mí si les contaba que hacía cerveza. En 2012 empecé con los trámites y permisos de la fábrica, calculé y dibujé todos los planos y pruebas, un calderero de Villanueva me hizo los depósitos y superé así una asignatura pendiente porque había dejado Veterinaria en 4º. Ahora tengo un equipo para elaborar 1.300 litros», repasa el proceso.

Seve trabaja solo en su fábrica. «A veces me vengo abajo», confiesa. Pero siempre se acaba levantando para acabar distribuyendo sus cervezas por media España. «Cada una es fruto de la cultura de un pueblo», se enorgullece.

Todas tienen la marca genérica Sevebrau. Luego están los matices. La Castúa es una pale ale inglesa de 5 grados; la Serona Strong Ale tiene 6.8 grados y es de fermentación alta, una clásica cerveza fuerte para aguantar los inviernos; la Gusti Export Lager (5.7 grados) se hace al estilo alemán y lleva el nombre en honor a su cuñado Gusti; la Seve Pils, la más suave entre las cervezas villanovenses y también la de menor graduación (4.5), es de estilo pilsen bávaro y solo se despacha en grifo. Además, acaba de lanzar la Seve Boris Ex1-IPA.

Esta última cerveza, al estilo Indian Pale Ale, con 7 grados y creada originariamente en el condado inglés de Burton-on-Trent para que resistiera las travesías en barco hasta la India, tiene su historia y su galardón. Seve la elaboró en equipo con el maestro cervecero coreano Boris de Mesones. La presentaron al certamen internacional de Shangai, uno de los más prestigiosos del mundo. Los dos primeros premios fueron para cervezas norteamericanas, como sucede en casi todos los concursos. La medalla de bronce fue para esta rubia extremeña.

Seve no se detiene. Acaba de preparar mil litros de una weizen de trigo, que le han pedido desde Oviedo y también despachará en el sexto grifo de su taberna de Villanueva, seleccionada por la prensa especializada como uno de los diez mejores lugares de España para beber cerveza. «La abrí el pasado diciembre y solo sirvo refrescos y mi cerveza en cañas, pintas, copas y tanques. No hay televisión y acompaño las bebidas con huevos rotos, jamón ibérico de Alburquerque, anchoas.», detalla.

¿Por qué son tan caras las 8 marcas de cervezas artesanas extremeñas y también las del resto de España: alrededor de 2.50 euros la botella de un tercio? Seve lo razona: «En primer lugar, porque con el mismo personal, yo elaboro 1.300 litros y una cervecera industrial hace un millón. En segundo lugar, porque los malteros de aquí preparan la malta que les encarga la industria, la que yo traigo de Alemania cuesta el doble que la que se hace en España. En tercer lugar, porque quitamos los restos de levadura durante un mes y medio gastando en frío mientras que la industria no esperan tanto a que se vaya la turbidez».

Seve investiga estos días para sacar al mercado una cerveza de arroz de las Vegas del Guadiana, al estilo de la Budweiser americana, y el 17 de julio imparte un taller sobre 'Defectos de la cerveza' en la Universidad de Vigo. Un año después de lanzar su primera Sevebrau, se ha convertido en un reputado maestro cervecero.