La Burrina en versión reducida
La procesión de la Cofradía de los Ramos se limitó a llegar hasta San Juan y a la tradicional bendición de palmas por la lluvia
manuel m. núñez
Domingo, 20 de marzo 2016, 17:54
Noventa metros. Esa fue la distancia que recorrió La Burrina. Los que separan la sede de ACISJF y la iglesia de San Juan. Era una de las procesiones más esperadas de la Semana Santa, pero la lluvia cumplió los peores presagios. Hizo estragos. Aunque no llegó a suspenderse, el desfile de la Cofradía de los Ramos arrancó a las 12.03 horas y se desplazó con el acompañamiento musical hasta la parroquia para cumplir con la tradicional bendición de palmas. No se pudo hacer más, pese a que en ese momento solo caían «cuatro gotas», como insistían los más optimistas en busca de un cambio de decisión inviable.
«Lo vimos sobre la marcha. Es cierto que entonces no parecía que el agua fuese un impedimento, pero las previsiones que teníamos eran muy malas. No tenía sentido arriesgar», detalla Pedro Canelo. No fue el mejor día para el mayordomo de la hermandad, a la que pertenecen unos 700 cofrades. El propio Canelo y el presidente de la Unión de Cofradías, José Manuel Martín Cisneros, encabezaban el séquito. El paso de la Entrada triunfal de Jesús en Jerusalén se limitó esta vez a un recorrido reducido, una especie de versión mini que reunió a cacereños y turistas en la Plaza de San Juan y los alrededores. Todos desafiaron a la lluvia en medio de un intenso olor a incienso y ramas de olivo entre las manos de numerosas personas.
Era el día de los lamentos, de las caras largas, un Domingo de Ramos que la climatología tiñó de negro. Pese a ello, el presidente de la hermandad recordaba que seguía cumpliéndose la tradición: «En 70 años La Burrina nunca ha dejado de salir. Hoy -por ayer- también lo ha hecho, aunque haya tenido que ser de esta forma».
Pulseras
El ambiente fue el de las grandes citas. Una de las aceras del parque de San Juan estaba repleta de público, al igual que sucedía con la intersección con Pintores y San Pedro y el lateral de la plaza. Hubo representación política en este primer desfile del día. La alcaldesa, Elena Nevado, al frente. Junto a ella, los concejales Laureano León y Valentín Pacheco. No podía faltar Víctor Bazo (PP). Forma parte de la propia cofradía. También estuvieron Andrés Licerán y Belén Fernández, por el grupo socialista. Voluntarios de la hermandad vendieron pulseras a un euro con la leyenda 'Ramos y Esperanza'. El lote es de unas 500.
Ya por la tarde las miradas estaban puestas primero en Santiago y más tarde en San José. A las siete arrancaban los pasos de El Señor Camino del Calvario, el Santísimo Cristo de los Milagros y Nuestra Señora de la Misericordia escoltados por los hermanos de Jesús Nazareno. Santos Benítez, el mayordomo, estaba convencido de que la lluvia les dejaría tranquilos. No había plan B. Poco después de las siete y media, la Dolorosa Esperanza ante la Caridad del Padre y el Señor de las Penas empezaron recorrido desde Santa Gertrudis con la Cofradía del Cristo del Amor. Cientos de personas se agolpaban en las calles a la espera de las procesiones. De Cánovas a la Plaza Mayor el trasiego fue constante.