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Guardería en un pueblo cercano a la capital cacereña. :: LORENZO
El cinturón de Cáceres se salva del despoblamiento
CÁCERES

El cinturón de Cáceres se salva del despoblamiento

La cercanía a Cáceres permite ganar vecinos a Arroyo de la Luz, Casar, Malpartida, Torreorgaz, Torrequemada y Sierra de Fuentes

ANTONIO J. ARMERO ajarmero@hoy.es

Domingo, 31 de enero 2010, 16:13

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Ocho de cada diez pueblos cacereños han perdido población desde que arrancó el siglo XXI. La constatación la hace el INE (Instituto Nacional de Estadística), y sirve de base para reflexionar sobre ciudades y pueblos, su presente y su futuro. A la vista de estos datos podría concluirse que la provincia está en franca regresión. Y no es así.

Porque a fecha 1 de enero de 2000, sumaba 407.546 vecinos, y a 1 de enero de 2009 (el INE publica su informe poblacional con un año de retardo) alcanzaba los 413.633. Lo que hay detrás de estos números es una conclusión en la que coinciden los analistas, y que vale lo mismo para Cáceres que para otros territorios españoles: son las ciudades las que mantienen el ritmo de crecimiento de poblacional.

Y bajo esta premisa, cabe preguntarse qué influencia ejercen las localidades más grandes sobre las que tienen más cerca, por pequeñas que sean. Y aquí, también los datos de la última actualización que ha realizado el INE aportan una pista. En el caso de la capital, los seis municipios más cercanos registraron a lo largo del periodo analizado una evolución con signo positivo, lo que ya de por sí es noticia cuando la mayoría de los pueblos están en cuesta abajo desde hace varias décadas. El crecimiento es pequeño, pero significativo. Al inicio del siglo sumaban 19.476 habitantes , y ahora alcanzan los 20.318.

Esos seis núcleos son Arroyo de la Luz, Casar, Malpartida, Sierra de Fuentes, Torreorgaz y Torrequemada. Aunque en proporciones diferentes, todos ellos tienen ahora más vecinos que al arrancar el siglo XXI. «Sin duda, la explicación está en su cercanía a la capital; sus incrementos de población son bajos, sí, pero es que si no estuvieran cerca de un núcleo de referencia, muy probablemente no sólo no habrían crecido en este tiempo, sino que habrían perdido habitantes, como le ha ocurrido a la mayoría de los pueblos».

La reflexión es de Julián Mora Aliseda, doctor en Geografía, licenciado en Sociología, profesor titular de la Universidad de Extremadura y presidente de Fundicotex (Asociación Profesional para la Ordenación del Territorio, el Ambiente y el Desarrollo Sostenible). Según explica él, en ningún caso se puede hablar de 'área metropolitana' de Cáceres, ya que este término está reservado para ciudades que superan el medio millón de residentes, y con un cinturón que ronde el millón de personas. O sea, unas pocas privilegiadas en toda España.

A la hora de establecer un radio que delimite la posible área de influencia de Cáceres, surge la pregunta de cuál es el límite, y si medirlo en tiempo o en kilómetros. «Coloquialmente -apunta Mora Aliseda-, la gente mide las distancias en horas o en minutos, más que en kilómetros, y la zona de influencia de una cuidad como Cáceres estará marcada por los veinte minutos, porque la gente que vive en esos municipios los elige por el hecho de estar a menos de veinte minutos del sitio de referencia».

En este caso, la regla está avalada por los datos. Ninguno de esos seis municipios (se exceptúa a Valdesalor, una entidad local menor, y a Rincón de Ballesteros y Estación Arroyo-Malpartida, que son barrios de Cáceres) supera los veinte kilómetros de distancia respecto a la capital, y todos ellos han ganado población en los últimos nueve años. Más allá de esa marca, de esos veinte kilómetros que vienen a ser aproximadamente veinte minutos en coche, aparecen otras localidades, y todas ellas han perdido habitantes en ese mismo periodo, un dato que avala la tesis de que la capital ejerce una influencia importante sobre su entorno más cercano.

El precio de la vivienda

Entre los motivos que empujan a los ciudadanos a elegir como lugar de residencia un pueblo a unos pocos kilómetros de la ciudad está la vivienda, más barata en poblaciones pequeñas. «Las diferencias se dispararon con el 'boom' inmobiliario, pero cada vez son menores, están más matizadas», comenta Julián Mora, que precisamente vive en Malpartida de Cáceres. «Elegí el pueblo en lugar de la capital porque creo que es una opción mejor para los niños, y por la tranquilidad, dos argumentos que están detrás de la elección que hace mucha gente».

A ellos se puede añadir el del precio de una casa. Por lo que cuesta un piso en Cáceres se puede comprar una unifamiliar o una vivienda con el doble de metros cuadrados en cualquiera de estas localidades. «En el caso concreto de Malpartida -añade el profesor universitario-, hay que tener en cuenta que apenas dispone de suelo para urbanizar, porque de haber tenido más, seguramente tendría hoy más habitantes de los que tiene».

Un elemento particular en este análisis es la inmigración, un fenómeno que ha contribuido de forma primordial al crecimiento de las principales ciudades españolas en los últimos años, y entre ellas, aunque en menor medida, también Cáceres, que sólo durante 2009 empadronó a más de trescientos, como informó este diario hace unos días. Sin embargo, la repercusión de este fenómeno sobre los pueblos es muy distinta. «Los inmigrantes suelen elegir las ciudades porque buscan oportunidades laborales, y entienden que es más fácil encontrarlas en las ciudades que en los pueblos -razona Mora Aliseda-, pero cada vez se ven más inmigrantes en los municipios pequeños cercanos a núcleos más poblados».

Según su diagnóstico, los extranjeros que eligen la tranquilidad de una población con pocos vecinos suelen ser de clase media o media-alta. Ahora bien, el experto apunta otro aspecto a tener en cuenta: el tamaño del sitio elegido. «Quienes optan por los pueblos cercanos a las ciudades -apunta Mora Aliseda- basan su elección en dos argumentos principales: que esté a menos de veinte minutos y que tenga un tamaño determinado, de modo que suelen rechazar los pueblos pequeños porque buscan lugares con un cierto nivel de equipamiento».

Esos veinte kilómetros son la clave que explica el crecimiento de los seis municipios más cercanos a Cáceres. A partir de esa distancia, es otra historia.

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