El agua trastoca los planes de España

La plantilla de la selección nacional de balonmano no pudo completar la segunda sesión de entrenamientos que tenía prevista para la tarde de ayer, debido a que la pista del pabellón de La Granadilla sufrió el efecto de la humedad del ambiente, que provocó la condensación de agua sobre el parqué causando que los jugadores de la selección resbalaran durante el ensayo. Al iniciar el trabajo con balón y practicar los posicionamientos tácticos uno de los jugadores se escurrió y ante el riesgo de una posible lesión, el técnico Valero Rivera, decidió suspender el entrenamiento.

El delegado de la selección, Manuel Montoya informó de que minutos después de que se diera por finalizada la preparación, comenzaron a buscar alternativas con el Ayuntamiento e informaron a la Federación Extremeña de Balonmano de lo ocurrido para conseguir encontrar una solución para días posteriores.

La posibilidad de trasladarse a otras instalaciones de la ciudad para ejercitarse fue descartada, ya que según Montoya, el único pabellón disponible, el Juancho Pérez, no reúne las condiciones que demanda la expedición española, ya que el compuesto de cemento de esta pista es demasiado duro y con tres partidos de alta exigencia física en una semana los jugadores corren riesgo de padecer sobrecargas musculares. Otra de las opciones que se barajan es el uso de bombas de calor, para contrarrestar el efecto de la humedad. Montoya no se aventuró a garantizar taxativamente la celebración del entrenamiento matinal planificado para hoy a las 10.00 horas, pero sí advirtió que si persisten estas contingencias no podrán continuar con la preparación.

El presidente de la Federación Española de Balonmano, Juan de Dios Román, se mostró tranquilo y despreocupado sobre esta cuestión y confió en que para hoy los técnicos del Ayuntamiento hubieran solucionado el problema. «No tengo duda de que se va arreglar y no hay que darle más importancia». Para el ex seleccionador español se trata de un incidente provocado por agentes exógenos, como es el clima, que no puede achacarse a falta de previsión de la organización. «En esta pista juegan durante el año equipos y jugadores de alto nivel».

El capítulo de incidencias registró, además, la rotura de una de las sujeciones que une la portería con las redes de protección, tras un lanzamiento de Íker Romero. La plantilla se trasladó al otro lado de la pista, mientras los servicios de mantenimiento se encargaban de arreglar la portería siniestrada. Ésta era la segunda sesión de preparación, después de que en la mañana de ayer los jugadores tomaran contacto con la pista con un plan de trabajo suave sin consecuencias.