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Urgente Herido muy grave un hombre de 28 años tras una salida de vía en la provincia de Badajoz
Alumnos del instituto 'Albalat', de navalmoral de la Mata, corren bajo la lluvia para que no se le escape el autobús.|ELOY GARCÍA
EL DOBLE DE DISTANCIA DE MEDIA QUE EN EL RESTO DEL PAÍS

Los jóvenes extremeños, los que más kilómetros hacen para ir al instituto

Extremadura sufre un déficit de accesibilidad a los servicios básicos que debería ser compensado, según un estudio de ámbito nacional de la Uex. Los estudiantes de la región tienen que recorrer el doble de distancia de media que en el resto del país

CELIA HERRERA

Miércoles, 4 de marzo 2009, 09:35

Iguales en derechos, en teoría, pero más lejos de ellos en la práctica. Así nos encontramos los extremeños en relación al acceso a servicios básicos como los estudios de Bachillerato o la atención sanitaria, según concluye un estudio elaborado a nivel nacional por la Universidad de Extremadura, y que concluye, entre otras cosas, que «las diferencias de accesibilidad observadas entre las distintas regiones españolas suponen un importante lastre, tanto para la garantía de este principio, como para la igualdad efectiva de derechos», que debe ser compensado. Por ejemplo, un estudiante extremeño tiene que recorrer de media unos 6,6 kilómetros para llegar a su instituto más cercano, cuando la media nacional es casi la mitad, 3,4 kilómetros. Sin embargo, la realidad es a veces más cruda que la que indican las estadísticas, y hay alumnos de Bachillerato que tienen que recorrer hasta 60 kilómetros, de ida y de vuelta, para llegar a su centro de estudio. 28 km de ida y vuelta El joven Manuel Carrasco, de 17 años, y vecino de Villar del Rey, forma parte de casi el 9% de extremeños (el doble que la media nacional) que se encuentran a una distancia comprendida entre los 10 y los 15 kilómetros de su instituto más cercano, y tiene que recorrer 14 kilómetros para asistir a las clases de 2º de Bachillerato que recibe en el instituto 'Sierra de San Pedro', situado en La Roca. Todas las mañanas, a las ocho, coge uno de los tres autobuses que salen a diario desde el recinto ferial de Villar del Rey, a las afueras del pueblo junto a otros 224 jóvenes de la localidad. En el trayecto aprovecha «para dormir a la ida, y charlar, a la vuelta», aunque los días que tiene examen, le viene bien el tiempo extra para dar un ultimo repaso a los temas. Lo cierto es que ya está acostumbrado a estos trayectos diarios en autobús hasta su instituto porque lo hace desde hace seis años, cuando dejó el colegio y empezó a estudiar Secundaria. Su caso no es el único ni el más grave. En Extremadura, el 15,04% de la población se encuentra a más de 15 kilómetros de distancia de su centro público de Bachillerato y de Formación Profesional más cercano. Los alumnos de Brozas, por ejemplo, tienen que recorrer 26,8 kilómetros para acceder a su instituto, y los de Hoyos, 23,2. En la provincia de Badajoz, los estudiantes de Secundaria de Talarrubias deben recorrer 18,8 kilómetros para ir a clase, y los de Azuaga, casi 13. El estudio, dirigido por el profesor Luis Murillo, del Departamento de Economía de la Uex, analiza, en todo el país, y por comunidades, las denominadas 'balanzas de accesibilidad' en servicios públicos fundamentales, como la sanidad y la educación. El concepto de 'accesibilidad' es un indicador novedoso a la hora de evaluar el principio de equidad en la prestación de estos servicios, tras comprobar las importantes diferencias existentes en la morfología poblacional y territorial existente entre las comunidades. Este instrumento mide en tiempos y distancias de acceso la capacidad que el ciudadano de una comunidad autónoma, y de su población, tiene para acceder a los servicios sanitarios y educativos que en dicha comunidad son ofertados. «Sólo en el caso de que el Estado se estructurara en comunidades con idénticas poblaciones, extensiones territoriales y densidades de población resultaría válida la utilización de cualquiera de estos criterios», entienden los autores del estudio. En teoría, todo ciudadano español «tiene derecho a disfrutar de unas infraestructuras educativas similares a las infraestructuras educativas medias del Estado español». Para comprobar si todas las regiones españolas están disfrutando de un nivel de servicios educativos igual, los autores del estudio han considerado que la variable óptima es la distancia media que tiene que recorrer un ciudadano para llegar al centro educativo más próximo. Efectos negativos La mayor distancia se traduce, en opinión de los investigadores, en una menor calidad educativa ya que tiene tres efectos negativos directos: mayor tiempo de desplazamiento en el trayecto entre el domicilio y el centro educativo; necesidades de transporte escolar para un mayor porcentaje de población; y mayor desmotivación de los alumnos para continuar sus estudios tras completar la enseñanza obligatoria. En el norte de Cáceres, donde las distancias para llegar a los institutos, conocen bien estos tres efectos. Los tres institutos de Educación Secundaria, Bachillerato y Ciclos Formativos de Navalmoral de la Mata, por ejemplo, cuentan con hasta un 40% de alumnado proveniente de otros municipios, informa Eloy García. En el caso concreto del instituto Zurbarán, 350 de sus más de 800 alumnos matriculados proceden de diferentes poblaciones, algunas tan lejanas como Carrascalejo, cercana al límite provincial con Toledo, y separada de Navalmoral por más de 60 kilómetros de tortuosas carreteras. De ahí que muchos recurran al vehículo familiar o incluso a un taxi para acercar a los chavales hasta el transporte escolar porque, a pesar de la veintena de rutas que discurren por las comarcas del Campo Arañuelo, La Jara, Los Ibores y la Vera, algunas poblaciones con pocos habitantes y menos alumnos quedan 'descolgadas' de este entramado. Al margen del caso llamativo de Carrascalejo, existen numerosos alumnos en la zona que han de recorrer una distancia cercana a los 30 kilómetros, como le ocurre al 20% de los 820 alumnos del instituto Augustóbriga, donde diariamente llegan alumnos de Navalvillar de Ibor, a más de 40 kilómetros; o Castañar, a unos 35 entre otros; y algo similar ocurre, aunque con menos alumnos, en el instituto Albalat.

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