El gran boletus de Talayuela
Martín Maqueda y Cristino Antón han encontrado, bajo un roble, un sabroso hongo negro de 1.560 gramos
SERGIO LORENZO
Miércoles, 23 de noviembre 2011, 10:08
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Dos vecinos de Talayuela, Martín Maqueda y Cristino Antón, han encontrado un paraje que es un auténtico paraíso para los amantes de las setas. Es un lugar del que solo desvelan que está en el término municipal de Talayuela, y que hay robles.
El roble era un árbol sagrado para los celtas que llamaban a este ser vivo 'duir', por lo que la palabra druida significa 'el que observa el roble'. A los pies de dos de estos árboles mágicos los vecinos de Talayuela encontraron dos grandes boletus. Cuando llegaron a sus casas comprobaron que uno de ellos pesaba 1.300 gramos, y el más grande 1.560 gramos.
Según los micólogos, las zonas de la Vera y Campo Arañuelo son lugares en los que se puede encontrar sabrosos ejemplares de hongos. Los recolectores de setas indican que hay tres boletus comestibles por excelencia: los edulis, los pinophilus y los aereus. Estos últimos son los más ricos y los que cuestan más caros en las tiendas especializadas.
Los que encontraron Martín Maqueda y Cristino Antón son aereus, también conocidos como hongos negros. Los tratados indican que su sombrero es carnoso, de color pardo oscuro, de tacto aterciopelado y de hasta 20 centímetros de diámetro. Pero, claro, ese es el tamaño descrito por expertos que no han visto los ejemplares de Talayuela.
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Es una especie que nace en bosques con castaños, robles, hayas, encinas y alcornoques, en suelos preferentemente ácidos. Su comestibilidad es excelente, es muy apreciado en Francia e Italia donde se comercializa (a precios muy respetables) desecado, en vinagreta, o en aceite.
Del boletus gigante de Talayuela solo existen las fotos que acompañan a este reportaje: la que les hizo un conocido en el bar en el que pararon a festejar el hallazgo, y la foto de la seta que ocupa un asiento, al lado de un libro que sirve como referencia del tamaño. Ya no hay más fotos porque fue enseguida cortada en trozos y entraron en las neveras de los dos aficionados para ser cocinadas. Este boletus es tan rico que se recomienda hacerlo con pocos condimentos, pudiendo incluso se comido crudo en carpaccio.
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Las setas vienen tardías este año en Extremadura. Ahora estamos en buenos días de recogida por la lluvia, pero se calcula que la temporada será corta.
El boletus aereus es bastante termófilo, por lo que soporta bien las altas temperaturas. Suele salir en los meses estivales o al principio de otoño. Ahora es buena época para intentar tener la misma suerte que los dos vecinos de Talayuela, pero no hay mucho tiempo para intentar imitarles ya que esta seta no soporta el frío, y se morirá con las heladas que ya se avecinan.
Al principio Cristino Antón y Martín Maqueda solo buscaban níscalos en los bosques de Campo Arañuelo, pero una vez que supieron distinguir los boletus han preferido recolectar estas setas. Si ya se alegraban cuando encontraban las de tipo normal, que son como un puño; más ahora con las dos que han descubierto.
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Antes de que venga definitivamente el frío los dos seguirán buscando más boletus gigantes en el fantástico paraje que han encontrado. Eso sí, tomando las debidas precauciones para que nadie les siga y descubran su lugar secreto.
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