<p><h2>ESPELEOLOGÍA</h2><h2> </h2></p>«El problema de Extremadura es que carece de cuevas»
ENTREVISTA AL PRESIDENTE DE LA FEDERACIÓN EUROPEA, EL EXTREMEÑO JUAN CARLOS LÓPEZA pesar de la poca afición que hay en nuestra región, el moralo Juan Carlos López rige los designios de la espeleología europea
JOSÉ LUIS REAL
Martes, 22 de marzo 2011, 01:06
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«No lo niego, cada vez que practico espeleología siento algo de miedo; quién pierde el respeto a una cueva lo acaba pagando». Así lo expresa el presidente de las federaciones europeas y estatal de esta práctica deportiva; que, a pesar de la poca afición en nuestra comunidad, es extremeño. Juan Carlos López (Navalmoral de la Mata, 1965) reivindica la espeleología como un deporte y la ensalza en esta entrevista.
-¿Cómo llega un extremeño a ser presidente de la Federación Europea de Espeleología?
-Mi familia se trasladó, cuando yo era un niño, desde Navalmoral a Madrid. De todas formas, aún poseo casa en la localidad morala y muchos familiares allí y en Plasencia. Con 16 años probé a adentrarme con unos amigos en la cueva del Reguerillo -la más cercana a Madrid- y me gustó. Con el tiempo, mi amor por la espeleología se trasladó de las cuevas a los despachos, primero en la Madrileña y luego en la Española y en la Europea.
-Una ascensión meteórica
-La verdad es que llevo muchos años dedicado a la espeleología. De 1987 a 1997 presidí la Federación Madrileña. Me propusieron dirigir la Española, una decisión que no fue fácil porque se debe 'lidiar' con muchas cosas, como son el impulso de esta práctica deportiva en todo el Estado y tener que 'templar' con todas las federaciones autonómicas. En 2005 se me pidió que comandara la Federación Europea.
-¿Con qué retos se ha ido encontrando en la Federación Española?
-Siempre hemos tenido que aceptar que la espeleología no es un deporte al uso. Cuando yo llegué a la presidencia no teníamos ni competiciones. Hace seis años comenzaron a celebrarse con bastante acierto. No fue una cosa que nosotros nos inventáramos. En Estados Unidos y Rusia ya se llevan a cabo, pero nosotros impulsamos el modelo. Todo ello sin olvidar el objetivo último de la Federación, la exploración en sí misma. Por ello, coordinamos viajes en el Estado y el extranjero.
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-¿Alguna aventura considerable?
-Hemos participado en la expedición que ha conseguido el récord de profundidad en espeleología, al superar los 2.000 metros de descenso en una cueva de Abjasia. Tenemos buenos espeleólogos en España.
-¿Y en la Federación Europea?
-Convocamos encuentros en toda Europa para conocer lo que hay en cada país. Realizamos congresos, simposiums y convivencias.
-¿Qué nivel tiene España en la espeleología?
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-España es la segunda federación más importante de Europa, por detrás de Francia. Tenemos unas 10.000 licencias, sin contar con quienes practican la espeleología sin estar federados.
-¿Y en cuanto a cuevas?
-Si lo comparamos con el alpinismo, el norte peninsular es el Himalaya de la espeleología. De las 60 cuevas más importantes del planeta, a las que podríamos denominar los 'ochomiles de las profundidades', hay 14 en España.
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-¿Cuáles son las cuevas que un espeleólogo no puede dejar de ver?
-Las cuevas de Mammoth Cave, en Kentucky (Estados Unidos), tienen 500 kilómetros de desarrollo de galerías. En Nuevo México, las de Lechuguilla Cave son preciosas por sus formaciones. En Europa del Este también hay otras joyas. En España todo el mundo se queda con Nerja (Andalucía) y El Soplao (Cantabria).
-Y usted, ¿con cuál se queda?
-Las cuevas de la Cordillera Cantábrica no paran de sorprenderme. Son el epicentro de la formación en espeleología y de la exploración, no sólo de España, sino de una buena parte de Europa. Hay cuevas que tienen más de 100 kilómetros de galerías.
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-Un extremeño, como presiente de la Federación Europea de Espeleología, ¿no puede hacer que haya una federación de este deporte en nuestra Comunidad?
-Es difícil. El problema de Extremadura es que carece de cuevas. Sólo está La Jayona y una mina que se ha aprovechado para la espeleología. Los aficionados se tienen que desplazar a otros puntos y eso es un hándicap. Hay dos clubes, pero para que haya una federación debe haber más afición. Es cierto que en Madrid sólo hay una cueva y sin embargo tiene muchos espeleólogos, pero en Extremadura la situación es esa. Y la verdad es que se han hecho varias actividades de promoción, con apoyo de la Junta de Extremadura, en la que hemos participado. En Zafra estuvimos hace un par de años en una actividad relacionada con el programa Deporte y Mujer; y en Plasencia también se llevaron a cabo diversas actuaciones.
-¿Se podría arreglar algo propiciando una 'cantera'?
-Sí. Con una base sólida siempre se desarrolla un deporte, pero sin cuevas... Extremadura es una tierra de aventureros y no en vano grandes alpinistas del Estado son de aquí.
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-¿La espeleología es un deporte seguro?
-Si hablamos de material, es seguro. Las técnicas que se utilizan en la espeleología son parecidas a la de las ascensiones, por lo cual podemos decir que no es ni más ni menos peligroso que la escalada. Pero aquí, además de pendientes escarpadas hablamos de zonas oscuras, humedad, ríos subterráneos... son terrenos peligrosos pero ciertamente es muy difícil despeñarse.
-¿Ha pasado miedo alguna vez?
-Paso miedo cada vez que estoy en una cueva. Si le pierdes el respeto a esta práctica deportiva estás muerto. Normalmente sabes donde te metes. La dificultad te la pones tú con la cueva y el recorrido a realizar.
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-¿Se pierden facultades conforme se va bajando?
-Las cuevas se han formado por una corriente de agua. Esto quiere decir que van 'sobradas' de oxígeno. Siempre vas a poder respirar. Además, el material de hoy día te permite poder ver muy bien. Antes se utilizaba el carburo, que daba una gran visibilidad, pero las nuevas pilas de ahora son menos pesadas y contaminantes. Se ha evolucionado mucho.
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