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Blanca Bravo cortando las pastillas de jabón y pesándolas en la báscula.
Licopeno de tomate aplicado a la cosmética
NATURAL

Licopeno de tomate aplicado a la cosmética

El antioxidante natural, que se obtiene de esta hortaliza, se aplica a jabón y aceite hidratante mediante una fórmula innovadora

JOSÉ MANUEL MARTÍN

Miércoles, 26 de marzo 2014, 11:47

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El licopeno es un pigmento natural que confiere el color rojo a algunas frutas y verduras. Tiene unas potentes propiedades antioxidantes y puede extraerse de productos como el tomate, la sandía, la papaya, el albaricoque, la zanahoria o los frutos rojos, entre otros.

Está demostrado que el licopeno es beneficioso para la salud humana, ya que debido a sus propiedades antioxidantes protege a las células de la oxidación, por lo que previene las enfermedades cardiovasculares, y tiene efectos beneficiosos sobre el colesterol. El cuerpo humano no puede sintetizar el licopeno y solo tiene capacidad de obtenerlo con la ingesta de los alimentos antes mencionados, a los que pueden añadirse todos los derivados del tomate, como las salsas, el tomate frito o el ketchup.

Además, existen en el mercado productos alimenticios enriquecidos con licopeno, entre ellos algún aceite de oliva. Sin embargo, los beneficios de este antioxidante natural también pueden ser aplicados mediante el uso externo. Es decir con productos de cosmética. Y eso es precisamente lo que han desarrollado desde Cosmética Natural del Licopeno, una pequeña empresa afincada en Badajoz, mediante una fórmula innovadora que tienen patentada.

Esta firma ya tiene en el mercado dos productos, un aceite hidratante y un jabón, con base de licopeno de tomate elaborados según su formulación. «El aceite final es una mezcla de varios aceites naturales y licopeno. La combinación la hacemos de manera artesanal en nuestro laboratorio», explica Blanca Bravo, la propietaria del negocio junto a Gema Correa y Mamen González.

La extracción del licopeno del tomate se realiza de manera natural en una empresa externa al laboratorio. Hasta sus instalaciones llega en forma de oleoresina, «un gel tosco de un color rojo muy intenso», aseguran las propietarias de la empresa, que añaden que la Universidad de Extremadura ha patentado un método de extracción del licopeno a través del aceite de oliva, con lo que se consigue que se haga sin ningún componente químico y es el que utilizan en su fórmula.

«Usamos únicamente licopeno de tomate debido a varios factores. Por un lado, queremos potenciar los productos extremeños y nuestra región es la cuarta productora mundial de tomate. Y, por otro, el licopeno de los tomates extremeños es de gran calidad», aseguran las dueñas de la fórmula.

El primer paso es la disolución, aplicando calor, del licopeno en uno de los aceites que forman el producto final. «A partir de ahí se mezcla con el resto de los aceites y se hacen una serie de filtrados, entre los que se deja reposar, hasta que conseguimos que el aceite quede limpio y sin posos», añade González.

A la mistura final se añaden una serie de vitaminas para completar la receta. Este aceite es, además, la base principal para fabricar el jabón. «Lo hacemos con glicerina y otros componentes naturales, como el aloe vera, y siguiendo otra fórmula que hemos desarrollado mediante la investigación», apuntan desde la empresa.

Controles

Para que el producto final cumpla con todos los trámites legales es necesaria la figura del técnico sanitario. Esta es la persona encargada de revisar todos los procedimientos normalizados de trabajo (PNT). «Él se encarga de revisar los procesos de formulación, de mezcla y filtrado y garantizar que se han seguido de manera correcta», apunta González. Los PNT sirven para garantizar que los productos finales cumplen con los parámetros sanitarios.

En lo que a los productos finales se refiere, uno de los objetivos que se plantearon en Cosmética Natural del Licopeno al iniciar este proyecto fue la de elaborar un producto que solo contuviera elementos naturales. «Teníamos claro que los que pretendíamos era una cosmética natural sin productos químicos», dice Bravo.

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