La última moda del turismo sanitario: tratamientos dentales en Marruecos

El problema es que estas ofertas, que incluyen estancias en hoteles e, incluso, experiencias turísticas como montar en quad, no se hacen a través de canales oficiales, sino en las redes sociales, fundamentalmente en TikTok. Y tampoco se aporta información ni documentos sobre la formación de quien realiza los tratamientos. Los interesados solo tienen que escribir (nunca cogen las llamadas) por WhatsApp a números de España para recibir las condiciones de la oferta. Un ejemplo: carillas de 'composite', más vuelos de ida y vuelta, más alojamiento con las tres comidas principales incluidas, el transporte y los traslados costaría 1.250 euros a una persona y 2.000 si el pack es para dos. También precisan el tiempo en la clínica: «De dos a tres horas». En caso de estar interesados, la persona con la que hablan, que no se identifica, les pide una foto de la boca (que pueden hacerse con el móvil), confirma que son aptos para el tratamiento y les invita a ingresar una señal del 40% del precio del paquete a un número de cuenta. A partir de ahí, solo queda esperar la fecha y presentarse en el hotel y en la clínica a la hora.Los tratamientos que se ofertan son en su mayoría de carácter estético. Prometen una sonrisa de cine a partir de carillas o de fundas con unos precios especialmente bajos. Los materiales usados, dicen, son exactamente los mismos que en España. También colocan las piezas que faltan, hacen implantes...

Sin embargo, EL CORREO destaca que los odontólogos españoles ya han puesto el grito en el cielo. El turismo sanitario existe y es lícito, pero detrás de estos anuncios lo que ven es «una temeridad», asegura el presidente del Consejo General de Dentistas de España, Óscar Castro. El sector echa mano del refranero español para alertar de los peligros que conlleva contratar estos packs de viajes: lo barato sale caro.

Según explica Castro, estos tratamientos «se hacen en apenas unas horas, lo que impide dedicar el tiempo suficiente a realizar un diagnóstico completo y una planificación personalizada para cada paciente». Pero es que, además, pueden «surgir inconvenientes tanto a corto como a largo plazo»: infecciones, pérdida de piezas, etc. Según el odontólogo, no sería la primera vez que un paciente acude a un profesional para arreglar los problemas surgidos: ya ocurrió hace unos años cuando lo que se puso de moda fue ir a Turquía para arreglarse los dientes.

Otro asunto que los clientes deben tener en cuenta es que «las clínicas de otros países no están sujetas a la misma regulación que en España, donde existe una estricta normativa, inspecciones sanitarias y, sobre todo, se exige que el dentista esté debidamente colegiado». Todo ello redunda en la seguridad del tratamiento al que nos estamos sometiendo y una garantía de resultados. «Si el paciente tiene algún problema puede recurrir a su dentista, pero no sabemos qué ocurre si estando ya en España surge alguna complicación con las carillas de Marruecos ni quién responde a esta situación», precisa De Castro.

El reclamo de estas ofertas muchas veces incluye vivir también una experiencia de ocio: conocer la ciudad en cuestión, visitar determinados lugares o hacer excursiones de aventura. Invitan a disfrutar de unas vacaciones mientras te hacen el tratamiento. Sin embargo, los dentistas españoles no lo ven claro. «No se puede mezclar ocio con salud. Cualquier tratamiento odontológico y médico debe llevarse a cabo con todas las garantías de seguridad y con profesionales colegiados», zanja De Castro.