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Dolores Fernández y su hijo, Álvaro Álvarez. D. A

«Fue muy angustioso. Caían troncos ardiendo. No dormimos en toda la noche»

El incendio originado de forma intencionada en Caunedo arrasó la ladera de Perlunes y puso en peligro las casas. «Aún tengo ganas de llorar»

Ana Moriyón

Gijón

Viernes, 22 de agosto 2025, 11:41

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Aún con el susto en el cuerpo, los vecinos de la pequeña aldea de montaña de Perlunes, en Somiedo, explican con cierta angustia cómo el ... fuego, que se originó de forma presuntamente intencionada en Caunedo y que llevaba días contenido en el Alto La Mochada, arrasó en cuestión de horas la peña que se alza sobre el pueblo y amenazó sus casas, cuadras, animales y vidas. «Fue muy angustioso», coinciden los lugareños, que vieron cómo en pocas horas el pueblo se llenaba de bomberos mientras tres helicópteros sobrevolaban la aldea.

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