Literario otoño
Zona de paso ·
VICTORIA PELAYO RAPADO
Viernes, 17 de noviembre 2023, 22:57
Por fin, hace un mes, llegó el otoño meteorológico a Cáceres, falta hacía. También ha llegado un año más, y ya van cuatro, el Otoño ... Literario, que pretende inundar de literatura la ciudad. En esta edición, como novedad, se han incrementado los lugares donde tienen lugar las actividades literarias y, como novedad también, recibí el encargo de presentar el libro 'Lo que piensan los hombres bajo el agua', de Marino González Montero, una zambullida literal y literaria a la piscina. Uno de los mayores logros de González Montero ha sido, en tiempos digitales, mantener a flote la editorial De la Luna Libros treinta años después de hacerla emerger; si difícil es publicar, imagino qué retos entrañará coordinar cada nuevo y distinto libro.
Con este, el último de la colección Lunas de Oriente, González Montero ha buscado una hibridación de géneros para contar lo que realmente quería. Quizá por eso cuando empecé a leerlo enseguida me vino a la mente la idea de que estaba ante una especie de diario, cuentos de un diario o diario de cuentos, un regreso a Ítaca, en palabras del propio autor. Para mí lo es porque lo veo en muchas de sus páginas, y aunque yo no lo conozco demasiado, sí he conocido, a través de sus palabras, su sentido del humor, su amor por su profesión y la añoranza por una época perdida, presente en el libro y fuera de él también, porque cuando le piden que recomiende un poema, entre tantos posibles, González Montero nombra 'No volveré a ser joven' de Gil de Biedma.
El libro está dividido en cuatro partes, piscina, supermercados, bares e instituto, que componen, como buen diario que es, una especie de monólogo con la pared, porque su autor no solo habla solo, sino que espera que nadie responda. Él pasea entre las secciones del supermercado como si fueran los Campos Elíseos, se apasiona por el orden de los estantes de libros, por el despliegue de cuchillos en la ferretería, o por los frigoríficos, a los que compara, cuando están alineados, con el 'skyline' de las grandes ciudades.
El autor, al igual que otros poetas, cantantes o trovadores, no ha podido sustraerse a la magia de contar el universo que se esconde tras la barra de un bar, el de Sebastián en este libro, ya lo dice uno de los personajes: «No hay bar que por bien no venga». Sebastián es el camarero de los camareros, amigo, confidente, paño de lágrimas, el que todo lo ve y todo lo calla, el que sabe escuchar mejor que nadie, el que no juzga, ni critica, ni levanta la voz, el que sabe poner el café al gusto de cada cliente, caliente, templado, con leche, cortado, con azúcar o sin ella.
Así como el otoño meteorológico propicia el placer de comer un cucurucho de castañas asadas de camino a la Plaza, o tomar un chocolate caliente en una tarde lluviosa, el Otoño Literario brinda la posibilidad de sumergirse en las aguas cálidas de esta piscina sintiente. Me sumergí en su lectura y descubrí un secreto.
Ánimo, lectores, naden y lean.
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