El método japonés para adelgazar
En el Gran Hermano que es internet saben que vivo casi permanentemente a dieta y por eso no dejo de recibir mensajes y recomendaciones de ... páginas sobre el tema en las que me explican las mil y una maneras de perder peso. La mayoría las conozco, por lo menos la teoría, y sé que, como decía el filósofo y poeta romano Tito Lucrecio Caro, «lo que para unos es comida, para otros es amargo veneno». Pues eso, que el azúcar, las grasas y el alcohol son veneno para mí, algo que he constatado tras varias décadas luchando para intentar conservar la misma talla de ropa.
Ahora que acaba el verano algún algoritmo debe pensar que he acabado con kilos de más porque recibo insistentemente recomendaciones para leer informaciones con los 7 trucos de los japoneses para adelgazar. Los he mirado por curiosidad, porque es verdad que hay pocos japoneses gordos, pero imagino que será por su constitución. El primero de los trucos de este ‘revolucionario’ método para adelgazar sin hacer dieta es no saciarte al comer. Mira tú que novedad. Desde luego es efectivo, pero eso lo pregonaba ya hace décadas el médico y científico asturiano Francisco Grande Covián, que decía que «hay que comer de todo pero en plato de postre». Otra de las cosas que propone para decir adiós al sobrepeso es comer alimentos fáciles de digerir para que el cuerpo esté siempre a la temperatura adecuada, o sea, alimentos crudos en verano y cocinados en invierno. Vamos, lo que hacía mi abuela, ensaladas para hacer más llevadero el calor y puchero en invierno. Comer en función del Ying y del Yang es la tercera propuesta para adelgazar, porque consideran que si comemos en armonía con la naturaleza –dando prioridad a los alimentos orgánicos de cultivo local y de temporada–, nuestro cuerpo estará en equilibrio. Digo yo que estará bien esto de comer en armonía con la naturaleza... siempre que comamos poco, claro. Otro de los ‘trucos’ es bañarse con agua muy caliente, que aseguran que además de relajarnos sirve para quemar calorías. Será cuestión de probar, pero si esto fuera así, estaría en remojo cada dos por tres hasta que se me pusieran los dedos más arrugados que los garbanzos.
Parece ser que los japoneses no van al gimnasio, pero hacen ejercicio de manera lenta y suave al aire libre, caminan mucho y practican yoga para reducir el estrés y beneficiar la digestión. Pues yo camino a diario por lo menos 15 kilómetros y como no lo combine con el ejercicio de mover el cuello de izquierda a derecha y viceversa cuando me ofrecen alimentos calóricos, negando con la cabeza, no me da resultado. Vamos, que tengo que cerrar el pico y dejar descansar la mandíbula. Destacan también la efectividad de cuidar la postura, y un médico ha creado un método con el que dice que se adelgaza con solo tener en cuenta la postura corporal, porque fortalece los músculos abdominales. La técnica en cuestión consiste en colocar una toalla enrollada detrás de la espalda, tumbarte en el suelo con la espalda recta y las piernas separadas e intentar acercar los dedos de los pies en forma de triángulo. No me fío mucho, pero si fuera efectivo, incluso dormiría así si se tercia. Practican también una técnica de respiración que consiste en colocarse de pie en una postura determinada, respirar en profundidad levantando los brazos por encima de la cabeza durante tres segundos y después exhalar con fuerza durante siete segundos contrayendo los músculos...
Seré escéptica, pero creo que voy a seguir con el método tradicional de la dieta mediterránea en plato pequeño y procurando levantar el trasero de la silla durante el mayor tiempo posible.
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