La AI mató la estrella de la radio
LA BRECHA ·
Jacinto J. Marabel
Lunes, 10 de abril 2023, 07:04
En 1979 'The Buggles' predijo el final de una etapa en la era de las comunicaciones. El formato televisivo irrumpía con fuerza por entonces y ... el videoclip de su canción 'Video killed the Radio Star' se prestó al estreno de un nuevo canal, MTV, destinado a revolucionar la industria musical de finales del XX. Paradójicamente, su éxito se debió a que las emisoras radiofónicas difundieron aquella pegadiza canción por todos los rincones del planeta. Y como no podía ser de otro modo, el vaticino no llegó a cumplirse: la radio, como antes ocurriera con los diarios, sobrevivió a las innovaciones tecnológicas y convivió durante décadas con el resto de medios de comunicación, televisión incluida. Hasta que el Maligno hizo la oscuridad y de ella surgió Internet.
El Diablo creó mundos virtuales, zahúrdas y redes sociales, donde albergar fauna de todos los pelajes y colores, para que los hombres pudieran solazarse como cochinos en el barro. Hasta que el séptimo día, viendo que estos tenían que descansar y coger impulso para continuar insultándose en Twitter, parió la Inteligencia Artificial. La sierpe de la AI, como seguramente la conocerá por sus siglas en inglés, se abrió paso entre las tinieblas del Averno y buscó acomodo para siempre en nuestras vidas. Confieso que algún párrafo insustancial le he colado usando el celebérrimo ChatGPT, pero no es más que un pecadillo venial al lado de lo que se nos viene encima. Noam Chomsky ha advertido sobre sus perniciosos efectos en la capacidad crítica de los jóvenes y Paul Krugman sobre la incidencia que tendrá en las próximas décadas el uso de tan diabólica tecnología en el sistema económico mundial.
Al igual que a principios del siglo XIX los luditas rechazaban la automatización del trabajo y quemaban telares, en muchos países han comenzado a surgir movimientos que exigen un paréntesis en el desarrollo de la AI, para que, al menos, pueda llegar a ser asumida por los ciudadanos. Se trata de coger aire, reflexionar sobre el futuro que queremos y regular aquellos aspectos más controvertidos. Blindar algunos derechos fundamentales, como el acceso a una información veraz, por ejemplo.
El paradigma de todos estos males estaría encarnado en RadioGPT. Se trata de una emisora piloto, sin sede física, que comenzará a retrasmitir muy pronto en Estados Unidos, generando contenidos y difundiendo noticias en tiempo real, gracias a un algoritmo que interpreta más de 250.000 fuentes de información, redes sociales, blogs y otras plataformas digitales. Su software desarrolla un guion, sin intervención externa, en el que unos locutores virtuales, cuyas voces, previamente seleccionadas, se corresponden con las de auténticos presentadores, podrán anunciar la lista de los éxitos musicales del momento, realizar entrevistas a personajes famosos y reproducir boletines informativos las 24 horas al día.
No sé si el periodismo, como otras tantas profesiones, acabará herido de muerte o si la AI conseguirá matar la estrella de la radio, pero estoy seguro que, a este paso, muy pronto no seremos capaces de discernir la realidad de la ficción.
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