Las maravillas rurales de Extremadura

El Real Monasterio de Santa María de Guadalupe tiene gran valor arquitectónico, mezcla de los estilos gótico, mudéjar, barroco y neoclásico. Cuenta la historia que la imagen de la Virgen fue encontrada por un pastor llamado Gil Cordero que estaba enterrada junto al río desde el año 714. La obras de iniciación del monasterio comenzaron en 1340. La sacristía es una verdadera obra de arte, se la ha llamado «pequeña Capilla Sixtina». En la actualidad ofrece una importante hospedería, donde se celebran muchos acontecimientos, precisamente por la belleza de los alrededores y la majestuosidad del monumento. Cristóbal Colón recibió en este lugar el decreto de los Reyes Católicos que le permitió emprender el viaje del descubrimiento del Nuevo Mundo. A su vuelta, lo primero que hizo fue volver al santuario para agradecer a la Virgen su protección.

Otros muchos pueblos y ciudades enriquecen la región, como la ciudad de Trujillo, «cuna de los dioses». Un pueblo realmente precioso. Tiene un conjunto urbano lleno de palacios, iglesias y torres. Varios monumentos son considerados Bien de Interés Cultural, el castillo, la iglesia de Santa María la Mayor, el palacio de Pizarro y el palacio de San Carlos. Aquí nacieron Orellana, descubridor de la selva amazónica, primer navegante del río más caudaloso del mundo, héroe al que peor ha tratado la historia, dada su escasa notoriedad y Francisco Pizarro, conquistador del Imperio Inca. En la plaza mayor se alza una estatua ecuestre en honor de este descubridor. El arte se respira en cualquier punto de la ciudad.

Pueden considerarse también maravillas rurales el pueblo de Jarandilla de la Vera, con una preciosa campiña donde se encuentra el castillo de los condes de Oropesa en el que residió Carlos V mientras finalizaban las obras de construcción del monasterio de Yuste.

Jaraíz de la Vera, municipio muy conocido porque en él se cultiva el extraordinario pimentón, famoso en todo el mundo es un pueblo muy bello. Tiene muy cerca una piscina natural llamada el Lago, de aguas cristalinas y una campiña que sorprende a los visitantes.

Cuacos de Yuste es otra localidad que ha sido declarada Patrimonio Europeo. En el pueblo se encuentra el monasterio de Yuste, que fue residencia del rey Carlos I desde que abdicó hasta que murió, al parecer de paludismo, aunque algunos historiadores mantienen que su muerte se debió a la enfermedad de la gota. Muy cerca, puede visitarse el cementerio militar alemán, a 28 kilómetros de Plasencia, donde reposan 200 soldados alemanes caídos en la Primera y Segunda Guerra Mundial. En las tumbas figura bajo una cruz de granito el nombre, la fecha de nacimiento y muerte y la graduación de los que allí se enterraron. Sobrecoge la extrema juventud de alguno de ellos.

Preciado tesoro es un pueblo poco conocido, Garganta la Olla, de frondosa vegetación con naturales saltos de agua de tal belleza que se le ha llamado «la Suiza extremeña». Conserva un precioso núcleo urbano, declarado Conjunto Histórico Artístico. Aquí nació la leyenda de la Serrana de la Vera, vengativa mujer que tras sufrir un desengaño amoroso dicen que secuestraba a los hombres que intentaban enamorarla.

Las casas antiguas están muy bien conservadas. La ermita del Cristo del Humilladero es de extraordinaria arquitectura. Hay pueblos en España a los que se adjudica un baldón negativo por la torpeza de sus habitantes. Una injusticia que muchos se complacen en propagar. Este pueblo de Garganta la Olla por el contrario, tiene fama de que todos sus vecinos son muy listos y se cuentan simpáticas anécdotas que intentan demostrar la inteligencia de sus habitantes.

Pocas regiones hay en nuestro país que contengan tantas maravillas y gentes tan abiertas y hospitalarias.