Belén Fernández habla con Rafael Mateos en el salón de plenos del Ayuntamiento de Cáceres en una imagen de 2023. HOY

Al PSOE le entran las dudas

Análisis ·

Belén Fernández no tiene fácil justificar la repentina puesta en pausa de un acuerdo de presupuestos para Cáceres que ya tenía casi cerrado con el PP

Claudio Mateos

Cáceres

Domingo, 26 de enero 2025, 07:46

No seré yo quien afirme sin pruebas, como ha hecho el portavoz del PP, que la indecisión repentina de Belén Fernández en el ... acuerdo para los presupuestos municipales de Cáceres se deba a una llamada desde Ferraz, pero está claro que algo ha ocurrido en los últimos días para poner en cuarentena un pacto presupuestario que parecía casi cerrado y que ni siquiera implicaba el apoyo expreso de los socialistas, sino simplemente su abstención. Tampoco podemos ser ingenuos y pensar que Cáceres es una taifa independiente y autónoma que no se ve afectada por lo que está pasando a nivel nacional y regional entre populares y socialistas. Por lo que sea, quizás por no convertirse en eso que los comentaristas políticos llaman 'verso suelto', Belén Fernández no ha querido significarse ante los suyos («Hijo, tú no te signifiques», decían antes las madres temerosas) y facilitar en este ambiente enrarecido que Rafael Mateos pueda prescindir de Vox para sacar adelante sus presupuestos, como era su intención. Así que fue ella quien el viernes tuvo que tragarse el sapo de comparecer ante la prensa para tratar de justificar, en un ejercicio de equilibrismo, la puesta en pausa un acuerdo que todo el mundo daba por hecho, el primero el PP, que hasta había aprobado con urgencia ese mismo día en la Junta de Gobierno la subida al 50% de la aportación municipal para la rebaja del bus urbano que le exigieron los socialistas como línea roja.

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Ante el estupor de los que se habían sentado con ella a negociar durante los días previos, Belén Fernández esgrimió una serie de razones que sonaron más bien a excusa de última hora para intentar salir airosa del atolladero. El PP había accedido a incorporar al presupuesto todas o casi todas las peticiones del PSOE, desde el autobús gratis para los mayores de 65 años hasta la eliminación de la ayuda municipal a Red Madre por sus tintes antiabortistas y el aumento de las subvenciones a las asociaciones de mujeres y LGBTI. También se incluía un recorte en las ayudas a la natalidad que impuso Vox el año pasado. Todo parecía servido en bandeja para garantizar al menos la abstención socialista que bastaría a Rafael Mateos para sacar adelante las cuentas, ahora que Vox ha dejado de ser su «socio preferente» por los vientos que soplan desde la calle Génova.

Belén Fernández ha agradecido la disposición del PP a negociar y no ha cerrado todavía del todo la puerta a un cambio de criterio antes del pleno de presupuestos, aunque los socialistas tumbaron el viernes las cuentas del Instituto Municipal de Asuntos Sociales. Ha pedido más tiempo, quizás para ver si en los próximos días la atmósfera se despeja un poco del gas tóxico que envuelve la política nacional y regional, de modo que los socialistas cacereños puedan hacer finalmente –sin atraer miradas torvas de Mérida y Ferraz– lo que se habían propuesto, esto es, borrar el sello de Vox de los presupuestos de Rafael Mateos y sustituirlo por el del PSOE sin que eso signifique dejar de hacer oposición.

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