Muchos lectores jóvenes en la Feria del Libro de Mérida
Balance. Los libreros han notado este año un incremento de público juvenil por las casetas y en las presentaciones del Templo de Diana
A. GILGADO
Lunes, 9 de mayo 2022, 07:29
Carmen Posadas y Quijote Tango cerraron ayer la Feria del Libro de Mérida. Largo maratón de presentaciones, hasta cincuenta, y de venta de libros en el Templo de Diana. Los libreros hacen balance de su certamen. La sensación compartida es que han visto más lectores jóvenes que en otras ediciones.
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Mario Quintama, de La Selva Dentro, habla de un tímido auge de la novela histórica, un género que vivió su eclosión justo antes de la pandemia. Mucha salida lo nuevo de Posteguillo y los autores locales como Maribel Carvajal y José Luis Gil Soto. Pero la gran sorpresa, apunta, viene por las ventas de libros ilustrados. Antonio Lorente estuvo firmando durante dos horas el viernes en el rincón literario. El ilustrado suele ser un libro de regalo, de los que aprecian el gusto de las ediciones en papel. Y tiene un público variado. Lectores mayores que se llevan la ilustración de Tom Sawyer que leyeron de niños y también jóvenes que descubren al clásico de Twain a través de la ilustración de autores como Lorente. Más de treinta ilustraciones de Sawyer de Antonio Lorente vendió Mario el viernes por la tarde.
Los adolescentes que se han socializado en la era digital, explica Mario, están valorando cada vez más las ediciones cuidadas de papel. Y en eso, entiende, también influye el desembarco de youtubers e instagramers en las editoriales. «Nos gustará más o menos, pero lo cierto es que lo que está acercando a los jóvenes y a los adolescentes a la Feria son las plataformas y las redes».
Ayer, por ejemplo, fue el día de Martina D'Antiochia. A las doce solo había en el Templo de Diana adolescentes con ejemplares de 'Nadie como ella', 'Nadie como él' y 'Nadie como ellos'.
El libro vivió el año pasado su año dulce en Mérida. Con los aeropuertos cerrados y la movilidad muy restringida durante todo el 2021, la Feria de Mérida alcanzó un volumen de asistencia de casi veinte mil personas. Los números oficiales de 2022 tienen que competir con Womad, comuniones y viajes de fin de curso. «Lo más importante de este año es que hemos afianzado el público joven. Quizás no te compren un libro cada mes, pero lo hacen con ilusión y eso es lo importante para mantenerse como lectores», concluye Mario.
Manuel Torres tiene Emerita Cómics en la calle Berzocana. Cuatro años hará en agosto. Ha vendido en su caseta del Templo muchas adaptaciones a platormas. 'El cuento de la criada', por ejemplo. También literatura gráfica basada en hechos históricos.
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Menos de lo que pensaba de Marvel y clásicos de tebeos que parecían ya para público minoritario han tenido, en cambio, más salida de la prevista. Reclamos de Tintín, Lucky Luke o Mafalda.
Por el el producto editorial de Emerita Cómics se interesan también coleccionistas y mayores que vuelven a revisar los tebeos con los que se iniciaron en la lectura. Pero el elemento común en este segmento lo marca las plataformas.
Las distopías oscuras que tanto se ven ahora en Netflix llevan trabajándose en el cómic desde siempre y las productoras apuestan por adaptarlas. Black Mirror es un ejemplo de esta migración y una de las historias que se ha vendido en la caseta de Emerita Cómics. «Netflix se alimenta mucho del cómic. Algunas funcionan y otras no superan las críticas siempre destructivas de los lectores».
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Manuel Torres ve como la novela gráfica se ensancha. Cada vez hay más variedad generacional. «Se publica bastante para todas las edades, eso quiere decir que hay una demanda detrás».
Belén Herrera es la librera de Lápices, una de las más conocidas en la Zona Sur.
Confirma igualmente el fenómeno youtubers arrastrando a los lectores jóvenes al Templo. «Hemos notado que en todas las casetas ha habido este año mucho público juvenil. No ha sido algo de un día o una caseta en concreto, sino una constante».
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Cree Belén que hay un antes y un después en la Feria del Libro de Mérida con el traslado al Templo. El recorrido por el monumento se hace más cómodo que en la Rambla y el público permanece más tiempo moviéndose entre las casetas. Lo que empezó siendo una propuesta provisional para buscar ubicación acorde con las restricciones de la pandemia ha funcionado. Y ha conseguido que más gente se acerque ya sin indicaciones de aforo ni itinerario único a los libros expuestos.
Para las librerías de Mérida, la Feria es también un escaparate para llegar a clientes que normalmente no pasan por delante de sus negocios. Lápices, por ejemplo, lleva veinte años en la Zona Sur y los cinco días en el Templo le ha valido para que Belén pueda mostrar su catálogo de literatura infantil a padres de toda la ciudad y no solo a los que viven cerca de las Escolapias. «Es un complemento».
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