'Ifigenia' vuelve a ser brillante y trágica

Agamenón (interpretado por Juanjo Artero) anuncia el sacrificio de su hija Ifigenia (Laura Moreira) para poder arrasar Troya. La primera muerte violenta de una mujer narrada en la literatura occidental, una espiral negra donde Agamenón, padre y jefe del ejército griego, sentencia y clava como una bandera la raíz de la violencia contra niñas y mujeres en el origen de nuestra civilización.

«Antes se hacía por Zeus y ahora se hace por don dinero», reflexionaba Juanjo Artero en una entrevista concedida a este periódico. La directora de la obra, Eva Romero, definía en la rueda de prensa esta representación como una «acción combativa cultural» que exige el fin de la violencia contra las niñas y contra las mujeres, e hilaba también el mensaje de la obra con la masacre de Gaza, otrora Troya.

'Ifigenia' volvía un año después a la capital extremeña tras el éxito de la anterior edición, cuando tuvo el privilegio de cerrar la 70 edición del Festival Internacional de Teatro Romano de Mérida. Este año, la obra se presenta bajo las piedras del milenario escenario emeritense los días 15 y 16 de julio, y en el Teatro de Ostia Antica, en Roma, los días 25 y 26 de julio.

Esta representación del texto de Silvia Zarco está dirigido por Eva Romero, producido por Maribel Mesón, bajo la escenografía de Elisa Sanz y protagonizado por los actores y actrices Juanjo Artero, María Garralón, Beli Cienfuegos, Laura Moreira, Nuria Cuadrado, Alberto Barahona, Néstor Rubio, Rubén Lanchazo y Maite Vallecillo.

La obra introduce en primer lugar al héroe Aquiles, quien pretende casarse con Ifigenia. Ellos fueron los encargados de abrir el teatro en la noche del pasado miércoles. Agamenón y Ulises se presentan al público, con la compañía del anciano esclavo de Agamenón, y es entonces cuando estalla la trama de la tragedia.

Agamenón, obligado por la diosa Artemisa tras cometer el error de matar a una cierva blanca sagrada, anuncia el sacrificio de su hija Ifigenia. La oposición de su esposa Clitemnestra y Aquiles es insuficiente ante la voluntad de los dioses y la ambición.

El rey de Micenas y líder del ejército griego tiene un objetivo, arrasar Troya, y esto es mayor al sufrimiento que supone matar a su hija. La alternativa, que Artemisa no haga soplar los vientos que lleve a sus naves a Troya, o que en lugar de Ifigenia, mueran toda su familia, sus hijos, su mujer y él.

Así se plantea la obra para el público. La muerte, como medio para ocasionar más muerte. Una oleada fatal que desemboca en Troya, en la guerra.

Los griegos vencen a los troyanos, Aquiles muere y, por si no bastaba, más sacrificios: honrar la tumba del héroe muerto en batalla requiere el sacrificio de Políxena (hija de Hécuba y Príamo, reyes de Troya). También pierde a su hijo pequeño, Poliméstor.

Pura tragedia. La muerte que conduce a más muerte, con las niñas y las mujeres como víctimas. 'Ifigenia' cumple lo que promete, romper el silencio y provocar una fuerte mezcla de emociones, ante la presencia de una cruda realidad y el disfrute de una brillante representación.