La cripta de Santa Eulalia mejorará su espacio expositivo con paneles y nuevas luces
Se introducen vitrinas para piezas arqueológicas y se cambia el sistema eléctrico por completo en una actuación que asciende a casi 90.000 euros
Reforma en la cripta de la basílica de Santa Eulalia. El Consorcio de la Ciudad Monumental actúa para mejorar su espacio con una actuación que ... acaba de iniciarse y tiene una fecha de conclusión de tres meses. La obra ha sido adjudicada a la empresa con sede en Melilla Theming Profile, con un coste de 88.895 euros.
Las actuaciones que se recogen proyecto son diversas con la colocación de nuevos recursos museográficos. Se van a introducir paneles retroiluminados, maquetas y expositores para piezas arqueológicas. Al mismo tiempo se van a pintar elementos metálicos como barandillas y la verja, además del suelo de la pasarela, pilares y vigas de la estructura del forjado de la iglesia.
También se va a renovar la instalación eléctrica y la iluminación. igualmente se habilitará una instalación para equipo de sonido.
Los restos arqueológicos situados bajo el suelo de la basílica actual fueron excavados a finales del siglo XX. Supuso uno de los grandes hitos en la arqueología emeritense de esa época.
Tras la excavación se realizó un nuevo forjado como suelo de la basílica dejando un sótano arqueológico a modo de cripta, que permite que los restos sean visitables.
Actualmente existe un centro de interpretación en una edificación anexa a la basílica donde se explican los restos arqueológicos antes de la visita de cripta.
El acceso a la misma se realiza mediante escaleras, siendo imposible la instalación de rampa, ni salvaescaleras, lo que imposibilita la aplicación de los criterios de accesibilidad universal en el acceso, recoge el proyecto de actuación.
La pasarela que permite la visita no es viable su modificación ya que atiende a los criterios de preservación de los restos arqueológicos con una mínima afección sobre los mismos. Y la iluminación de este espacio no es adecuada desde el punto de vista museográfico: las luminarias están obsoletas y gran parte de ellas se están fundidas. En este proyecto del Consorcio se va a realizar una reforma en la cripta que se estima como imprescindible.
La historia del solar
Gracias a la excavación se ha podido determinar la historia del solar donde se ubica la iglesia de Santa Eulalia. Los primeros restos documentados pertenecerían a una domus altoimperial, con distintas reformas en cuatro etapas constructivas diferenciadas.
El abandono de la última domus se realizó antes de la construcción de un mausoleo en el siglo IV, reutilizada la zona como necrópolis cristiana. Poseía un edificio de tal importancia (martirial en honor de Eulalia) que provocó la construcción de una basílica cuya planta estaba condicionada a la situación del túmulo.
La fecha de construcción del edificio martirial se sitúa en la primera mitad del s. IV. Tras el enterramiento de Eulalia la necrópolis se pobló de mausoleos y sepulturas. Entre ese y las primeras décadas del VI se construyó una basílica que canalizaría todo el culto hacia la mártir Santa Eulalia.
No parecen existir dudas de que esta basílica, que se construye sobre el edificio martirial, estaba dedicada a Santa Eulalia por la total coincidencia entre los datos que aportan las fuentes y las evidencias arqueológicas documentadas.
La basílica de Santa Eulalia continuó en uso durante todo el s. VII y durante la primera oleada de invasiones árabes. Su destrucción se fecha, gracias al material cerámico encontrado en las fosas de robo, durante el s. IX.
En 1229, tras la Reconquista, se construyó una nueva iglesia dedicada a Santa Eulalia que ocupó el mismo solar donde se situaba la basílica paleocristiana reaprovechando parte de la estructura basilical que aún se mantenía en pie.
La iglesia medieval, tras su construcción, se convirtió en un cementerio ocupado por enterramientos hasta la fundación del cementerio municipal en 1837. A partir de esta fecha se sucedieron los enterramientos selectivos hasta 1960, fecha en la que se realizó el último, destacó en su estudio el arqueólogo Pedro Mateos, actual responsable del Instituto de Arqueología de Mérida.
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