La UEx no cree que baje la nota media de la nueva Selectividad, que finaliza con críticas en Lengua

«Los exámenes han discurrido con normalidad y los resultados serán equiparables a otros años», prevé Rocío Blas, adjunta al rector para el Vicerrectorado de Estudiantes, Empleo y Movilidad. «Al ser una prueba nueva, el nivel de exigencia, preparación e incertidumbre hace que te prepares incluso mejor y que no haya repercusiones en las calificaciones. Tenemos que estar expectantes, pero creo que serán equivalentes a otros años», añade tras la finalización de una PAU que ha congregado a más de 5.500 alumnos en Extremadura.

Este año, la principal novedad es que solo ha habido un modelo de examen por asignatura y no dos como hasta ahora. Los ejercicios de cada materia se han estructurado en apartados que han contenido una o varias preguntas y, aunque ha existido la posibilidad de elegir entre algunas de ellas, no ha implicado estudiar menos temario.

Además, se ha introducido una prueba competencial en los exámenes para demostrar la capacidad de razonar y no solo ha bastado con memorizar. Asimismo las faltas de ortografía han descontado dos puntos como máximo, un criterio que han seguido la mayoría de las comunidades.

«La valoración que hacemos es muy positiva. Había una gran expectación y mucha incertidumbre respecto a los nuevos modelos de examen. Ha habido cierto nerviosismo el primer día, pero se ha ido calmando con el desarrollo de las pruebas», apunta Blas, que destaca que «no ha habido graves incidencias».

Las más aparatosas se produjeron en la jornada inaugural porque tuvo que intervenir el 112 en dos sedes de la capital cacereña. En un caso fue por una reacción alérgica en un alumno que se examinaba en la facultad de Filosofía y Letras. Fue atendido y tras recuperarse pudo retomar el examen con un tiempo adicional y sin perder la custodia de la prueba. En el otro, un estudiante sufrió complicaciones que se agravaron con el estrés en la Facultad de Derecho. No pudo continuar y la comisión organizadora de la PAU decidió que realizara la prueba con un examen distinto el jueves.

A partir de ahora habrá 240 personas que corregirán los exámenes de los estudiantes hasta el 10 de junio y las calificaciones se publicarán el 13.

Por otro lado, los revisores no han tenido que expulsar a alumnos por copiar. Solo el primer día uno de ellos cogió su móvil durante la prueba y se le evaluó con un cero. La normativa, en ese sentido, es clara y no se pueden utilizar dispositivos electrónicos.

La mayor polémica de esta convocatoria la ha protagonizado el examen de Lengua y Literatura. En concreto el ejercicio de sintaxis. Alumnos, profesores y padres se han quejado de la «dificultad de una oración» que los estudiantes debían analizar. Ante eso, la UEx asegura que «el examen se adapta a los contenidos del currículum» y lanzan un mensaje de calma. «Al corregir se tiene en cuenta el grado de dificultad y pedimos que esperen a ver los resultados», asevera Blas.

Respecto a este ejercicio, la última queja llega de la mano de ampas de los institutos El Pomar y el Ramón Carande de Jerez de los Caballeros, el Virgen de Gracia de Oliva de la Frontera, el de Burguillos del Cerro y el de Llerena. Sus presidentas critican en un escrito que es más complicado que en regiones como Madrid y, ante eso, la Freampa (Federación Regional Extremeña de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Centros Públicos) se ha sumado a esta queja. Considera que «se debe establecer un mismo examen para todos los territorios y evitar cualquier discriminación».

Las cinco ampas que han realizado un escrito mostrando su enfado tildan la prueba extremeña de «claramente discriminatoria en términos académicos y sobre todo en cuanto a modelo respecto a las presentadas en otras comunidades». Indican que el ejercicio de sintaxis de Extremadura no permite elegir entre dos oraciones, como sí sucede en Madrid, y la frase planteada en la región extremeña («Se dedica mucho tiempo a las armas, pero buena parte de ese tiempo no se emplea en incrementar su letalidad, sino en hacerlas más bonitas») contiene 25 palabras y cuatro verbos, frente a la madrileña que cuenta con diez palabras.

A estas críticas se unen también las de docentes extremeños. El jefe del departamento de Lengua del instituto Vegas Bajas de Montijo destaca la «dificultad y la extensión» del examen. En una carta expresa «el malestar» de alumnos y profesores por la dificultad del ejercicio de sintaxis.

Dice que «ha sido difícil, si no imposible, para la mayoría de los estudiantes». Apunta que se trata de «un sentir generalizado entre familiares, alumnos y profesores de otros centros».