Rafael Santandreu

«Los tranquilizantes pueden convertirse en un problema y deberían tomarse con más cautela»

–¿Cuál es el principal miedo al que se enfrentan sus pacientes?

–El miedo agudo, que es una trampa mental en la que cae mucha gente: ataques de pánico, TOC o hipocondría. Le han cogido miedo a sensaciones internas y ahora no saben salir de ahí. Por ejemplo, las personas con ataque de pánico pueden estar viendo la tele y, de repente, el corazón se les pone a mil, les cuesta respirar y creen que les está dando un ataque al corazón. Van a urgencias, les miran bien y les dicen que no tienen nada. Pero a partir de entonces les puede suceder cada día.

–¿Qué hay que hacer para vencerlo?

–Hay que perderle el miedo al miedo, a esos síntomas. Y la única forma definitiva es exponerse diariamente a todo eso, voluntariamente. Es como bajar al infierno y quedarse allí un rato cada día.

–De las personas a las que ha ayudado a vencer sus temores, ¿cuál es la historia que más le ha sorprendido?

–Francesca tenía una gran hipocondría. Cada día creía que tenía un cáncer, pero el problema se multiplicó cuando nacieron sus hijos porque amplió a ellos su hipocondría. El peor momento del día era cuando los bañaba, no podía dejar de palparles por si tenían bultos. Ahora está totalmente bien. Ha vuelto a saborear la paz, la calma, algo que no tenía desde hacía muchos años.

–¿Cómo se expuso ella a sus miedos?

–Imaginando, cada día, su peor fantasía: que efectivamente sus hijos tenían un cáncer. Lo pasaba fatal, pero así se iba desensibilizando. Fue muy duro, pero ahora está muy orgullosa de haber remodelado su cerebro.

–¿Estamos rodeados de gente que tiene miedo?

–En estos momentos, al menos un 1 de cada 10 personas tiene ataques de pánico. Y el TOC afecta a un 5% de las personas. La ansiedad es cada vez un problema más generalizado e irá en aumento. Nuestro estilo de vida es ansiógeno: autoexigencias locas, redes sociales agresivas, vida antinatural… y poca educación en valores, filosófica o espiritual.

–El filósofo romano Séneca escribió ya hace siglos acerca del poder del miedo sobre nosotros y de cómo este es producto de nuestra mente en la mayoría de los casos. ¿Considera que practicar el estoicismo en nuestras vidas, del que él era uno de los principales exponentes, nos puede ayudar a superar los desasosiegos?

–Sí. Puedes amueblarte mentalmente tú mismo, a través de cualquier filosofía benéfica, en forma de espiritualidad, meditación budista o manual de psicoterapia. En este libro hay 20 testimonios, pero en mi canal de Youtube ya llevamos colgados 150. Y la mitad superaron el miedo agudo ellos solos con la guía de mi libro. Ellos mismos explican cómo lo hicieron. Hay empresarios, estudiantes, dos actrices, una deportista profesional, varios médicos… Todo tipo de personas.

–¿Cree que tratamos de evitar demasiado el sufrimiento y buscamos soluciones en los ansiolíticos?

–Sí, y para los trastornos que trata este libro, ataques de ansiedad y TOC, los tranquilizantes pueden convertirse en un problema porque aunque por un lado tranquilizan, por otro lado, le transmiten a la mente la idea de que hay algo que temer. Y así el miedo aumenta. Se deberían tomar con mucha más cautela y, sobre todo, junto con la psicoterapia.

–¿Hay mucha gente que oculta que tiene ansiedad por vergüenza?

–Sí. Y hay que romper ese estigma. Entre los testimonios de este libro hay varios médicos, un empresario y una futbolista profesional, Carla Bautista. Sus testimonios demuestran que los trastornos emocionales no son de débiles. Todos podemos caer en ellos y lo inteligente es aprender a superarlos y hacerse más fuertes y felices.

–¿La autoexigencia a la que nos sometemos aumenta nuestras angustias?

–Sí. Vamos locos todo el día intentando cumplir con mil autoexigencias: estar delgado, tener éxito, muchos amigos, una gran educación, un piso en propiedad, una gran pareja… y diez mil cosas más. Y como falles en una sola, consideras que tu vida es un fracaso. El estrés es muy grande y la gente cae en trampas mentales como los ataques de ansiedad.

–¿Podemos controlar la mente?

–Las herramientas cognitivas-conductuales están comprobadas, pero te exigirán un entrenamiento muy serio. Por ejemplo, Carme, uno de los testimonios, cuando era jovencita, tenía ataques de ansiedad que fueron invadiendo su vida. Se puso manos a la obra y lo superó. Han pasado 20 años de aquello y no ha vuelto a tenerlos.